“No hay que entrar en esa jugada”, dicen cerca de Alberto Fernández
En el búnker de campaña de Alberto Fernández y Cristina Kirchner repiten que para ganar las elecciones deben cumplir con dos objetivos: no cometer errores y lanzar una campaña de propuestas. ¿El conflicto sindical entre el Gobierno y los aeronáuticos forma parte de los errores de campaña? “No”, responden inmediatamente desde el Frente de Todos. Y detallan: “Hacer esa lectura es caer en el relato de que es un gremio kirchnerista y que tenemos un botón que activamos y desactivamos el conflicto. Está más que claro que esto no nos beneficia, pero tampoco somos quienes, para decirle a los trabajadores que no hagan reclamos ante la crisis porque estamos a dos semanas de la elección”, dice un hombre de confianza del candidato presidencial.
Pablo Biró ganó la elección de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) en 2015, que representaba a La Cámpora. Aunque en el kirchnerismo aseguran que hoy no tienen el control sobre el gremialista y las medidas de fuerza que votan sus trabajadores, hubo contactos en las últimas horas para que el conflicto no escale. “Macri busca pelearse con los sindicalistas y ligarlos al kirchnerismo, no hay que entrar en esta jugada”, le dijo uno de los referentes económicos de Alberto esta semana a un gremialista que tiene contacto con Biró. El mensaje llegó y aseguran que en los próximos días, el nivel de conflictividad bajará.
“Estamos ordenados y ninguno de nosotros va a hacer algo que no tiene que hacer, pero no nos podemos hacer cargo de todos. Ahora también nos hacen cargo de un cordobés que escrachó a Macri por haber estado en un acto de Alberto”, se quejan desde el entorno de la candidata a vicepresidenta, y agregan: “Hay un empleado municipal y militante del radicalismo de Mendoza que atacó a una candidata nuestra y no los vemos decir que es un hombre del gobernador Cornejo”.
Más allá de la pelea con los pilotos, en el Frente de Todos evalúan que a pesar de la crisis, hay un bajo nivel de conflictividad. “Ahora no hay que cometer errores”, insisten cada vez que un gremialista amigo llega a las oficinas con el objetivo de escalar el plan de lucha.