El futuro de la Argentina y el ahorro a largo plazo
JACQUELINE MAUBRE / BNP PARIBAS ASSET MANAGEMENT
Al ser 2019 un año en el que los argentinos deberán definir cuál es su próximo presidente y, consecuentemente, el modelo de país que van a consolidar, es razonable que el protagonismo esté dado por los eventos políticos. Sin embargo, paralelamente y en voz baja, se están debatiendo temáticas fundamentales para la sustentabilidad económica de los argentinos a largo plazo y es menester otorgarle la notoriedad que este tipo de acontecimientos debería tener.
Más allá del contexto reinante, el mercado de capitales argentino está atravesando un período de importante evolución estructural a partir de la aprobación de la Ley de Financiamiento Productivo y de su consecuente reglamentación, y tales transformaciones pueden impactar directamente en la economía argentina.
Claramente, el espíritu de la Ley de Financiamiento Productivo es vigorizar el rol del mercado de capitales como fuente necesaria para el crecimiento y desarrollo de las actividades productivas del país. Para ello, adicionalmente se introdujeron modificaciones a la Ley N° 24.083 de fondos comunes de inversión (FCI) y se derogaron ciertas disposiciones establecidas por esa reglamentación.
Haciendo foco en la Ley de Financiamiento Productivo, una de las innovaciones que introduce es la autorización para la creación de FCI abiertos y cerrados con el objetivo de ahorro para retiro voluntario.
Además, la ley dispone la creación de fondos para inversores calificados e introduce nuevas pautas en materia de liquidación de los FCI abiertos y el funcionamiento de las asambleas ordinarias y extraordinarias de los FCI cerrados. Asimismo, se podrán constituir fondos que reproduzcan el comportamiento de un índice financiero o bursátil, o de una canasta de activos.
Esta evolución potencia y permite el diseño de productos y herramientas que se van a incorporar a la oferta actual. Y con la llegada de distintas opciones para el ahorrista, también llegan nuevos y necesarios debates. ¿Dólares o pesos? Ese no es el debate El nuevo marco regulatorio dará la oportunidad de que se realice en el mercado local un debate mucho más profundo que la contienda maniquea entre inversiones en pesos o inversiones en dólares. La verdadera discusión que se debe dar a nivel país y a nivel inversores es la de pensar en corto plazo versus largo plazo.
Los argentinos, debido a la volátil economía en la que vivimos inmersos, solemos concentrar la atención en el día a día, olvidando que las decisiones que tomemos en el ahora pueden afectar favorable o desfavorablemente nuestro futuro. Es decir, es importante tomar decisiones de inversión no solo teniendo en cuenta la rentabilidad inmediata sino también los frutos que pueden dar a futuro otro tipo de instrumentos.
En este sentido, los vehículos que introduce la ley están destinados a crear una cultura de ahorro a largo plazo y podrían ser aprovechados por los ciudadanos y también por las empresas.
Actualmente existen corporaciones que imitan el modelo estadounidense de 401 k (programas de ahorro complementario corporativos y compartidos). En esos planes, el empleador les ofrece a sus empleados participar de ese programa. Si el empleado decide incorporarse al mismo, al ahorrar $ 100, la empresa hace un depósito equivalente a ese monto y se genera así un fondo de ahorro adicional. El empleado podría disponer de ese dinero al cumplir determinadas condiciones, básicamente de estabilidad dentro de la organización en el momento en que se desvincule de ella o de su retiro.
Una adecuada regulación para la puesta en marcha de estos programas de ahorro de mediano y largo plazo en nuestro país, alentando la participación de los empleadores y sus empleados, no solo a través de incentivos fiscales sino también con menús de inversión atractivos, resulta fundamental en este momento de la Argentina.
A las personas les permite generar un ahorro complementario orientado a objetivos de mediano y largo plazo, que puede incluir la etapa de retiro. Esta última posibilidad cobra singular relevancia a medida que el mundo va tomando conciencia del envejecimiento poblacional y como este está deteriorando seriamente los modelos clásicos de sistemas previsionales.
En un futuro no muy lejano, es claramente predecible que los Estados no estarán en condiciones de cumplir con sus promesas de beneficio en la etapa de jubilación, simplemente porque cada vez hay menos aportantes para financiar a mayor cantidad de retirados que tendrán una vida más larga.
Adicionalmente, este tipo de ahorro, al fomentar la estabilidad del inversor en un mismo vehículo y con la mirada no en lo inmediato, será un instrumento que colaborará para poder crear un mercado de capitales que ofrezca un financiamiento razonable y de mediano y largo plazo al país.
Actualmente, la inflación y la devaluación del dólar atentan contra la capacidad de ahorro y enfocan a los individuos y a los agentes económicos en el corto plazo, pero es hora de que los argentinos empecemos a cambiar el foco.