Perfil (Sabado)

El suelo bajo nuestros pies

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“¿Cómo sabemos que todavía tenemos mucho por hacer por el suelo?” se pregunta en forma retórica Alejandro Petek. Y hace un ejercicio sencillo. “Hay varios datos indicativo­s. El primero es que cada vez que un camión sale de un campo se lleva nutrientes del suelo. Y cuando se hace el avance sobre las cosechas totales y su exportació­n contra las compras totales de nutrientes el balance es negativo. No llegamos ni al 50% de lo que exportamos de los lotes. No me gusta hablar de números -en este caso-, porque las cifras difieren y no quisiera dejar un dato erróneo. Para algunos investigad­ores 1 tonelada de soja se lleva 7 a 8 kg de fósforo; pero otras fuentes hablan de 4 kg. Sin embargo, lo que sí sabemos es que el balance de Fósforo es negativo a nivel global en la Argentina y eso lleva a que los niveles vayan mermando”, explicó. De acuerdo a Petek lo mismo pasa con el Potasio, aunque de este hay mayores niveles en los suelos. “Pero pasa con todos los nutrientes”, alertó Peteck “por eso un objetivo que tenemos por delante es remediar esto”, dijo.

Respecto a los niveles de Materia Orgánica, consideró que se encuntran en la mitad de lo que tenían cuando comenzó la agricultur­a en la Argentina. “Las buenas prácticas no se reducen sólo a hacer SD, sino que se requiere mantener rastrojos en superficie, hacer rotaciones con gramíneas, nutrir los suelos, en fin hay que hacer un uso eficiente para que el suelo mantenga la mayor cantidad de vida posible”, indicó Petek.

Uno podría pensar que con 30 años SD la situación de los suelos pudo haber cambiado. “Sin SD sería mucho peor, seria una situacion de gran debilidad. Conseguimo­s cosechas récord porque la tecnología mejora y porque pudimos preservar, entre comillas, el suelo. Treinta años más de labraza sería una exposición del suelo a voladuras, a erosion hídrica y eólica. Sería dramático”, concluyó Petek.

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