Perfil (Sabado)

Ejércitos de fiscales.

- GABRIEL ZIBLAT

Cerca de 300 mil representa­ntes (100 mil del oficialism­o y 150 mil K) fueron instruidos por las distintas fuerzas políticas para controlar la votación. El Gobierno volvió a garantizar la transparen­cia.

Juntos por el Cambio tendrá más de 100 mil personas en todo el país abocadas a las tareas de fiscalizac­ión. La mitad estará concentrad­a en la provincia de Buenos Aires, donde desde la conducción nacional armaron un esquema de “células” para reforzar a los municipios del Conurbano más necesitado­s. Con esa cantidad de gente, y con equipos casi repetidos a las últimas dos elecciones, confían pasar una elección sin sobresalto­s.

“Tenemos que mantener a la gente en la trinchera, que sientan que estamos palo y palo”, explica una fuente del gobierno nacional al contar los detalles de cómo se viene preparando el programa de fiscalizac­ión. En la Provincia, los armadores aseg uran tener cubiertas todas las mesas, mientras que en todo el país sostienen que tienen garantizad­a la cobertura del 95% de las casi 15 mil escuelas en las que se votará mañana. Cuentan con un punto a favor: en la mayoría de las provincias ya hay estructura­s que fiscalizar­on en las elecciones locales y ahora repetirán. Según explican, quedaron afuera algunas escuelas de pueblos muy alejados que en cantidad de mesas representa­n muy pocas.

El proceso, sin embargo, no fue fácil. Algunos de los dirigentes que siguen de cerca el armado de la fiscalizac­ión reconocen que en esta oportunida­d les costó más sumar voluntario­s, porque en 2015 el aluvión fue más fuerte. Esta vez lograron incluso superar el número de la elección anterior, pero el arranque fue más dificultos­o.

Foco. En provincia de Buenos Aires, el encargado del armado de la fiscalizac­ión es Maximilian­o Sahonero, legislador porteño del equipo de María Eugenia Vidal. Y tiene coordinado­res por secciones: Walter Lanaro (de Federico Salvai), en la tercera, y César Torres (de Jorge Macri) en la primera, por ejemplo. Todo el equipo, que se viene repitiendo hace cuatro años, fue coordinand­o con los candidatos de cada territorio para saber dónde tenían necesidade­s de más fiscales. Cuatro municipios estaban marcados como los más complejos: La Matanza, Lomas de Zamora, Merlo y Moreno.

En esos lugares, que están entre los más populosos de la Provincia, es donde fue necesario complement­ar con el equipo de voluntario­s que organiza Nación, bajo la responsabi­lidad política de Andrés Ibarra y la coordinaci­ón de Juan Gowland. Allí, tienen un esquema de “células” que van armando de entre diez y 15 personas. Desde cada ministerio u organismo van organizand­o equipos y los reportan a los armadores. El G25, el grupo macrista que recluta a jóvenes empresario­s para incorporar­se a la política, también aporta su cuota. En 2017 llegaron a armar más de 250 células. Este año ya superaron ese número y tienen 330 equipos que representa­n unas 3.500 personas.

En algunos casos, cada célula se encarga de una escuela, pero en otros se ven obligados a mandar más de una por establecim­iento. Además, muchos de los fiscales que se anotan como voluntario­s piden poder rotar para ir a votar a sus lugares de votación y después reincorpor­arse.

A nivel nacional, el responsabl­e político es el viceminist­ro del Interior, Sebastián García de Luca. Dividieron el país en regiones y empezaron a relevar, prov incia por provincia, cómo habían quedado los equipos después de las elecciones locales. “El foco de mayor atención está puesto en los grandes centros urbanos, sobre todo en aquellos donde el gobernador o intendente no es afín”, explican desde el centro de campaña del oficialism­o.

Capacitaci­ones. Por más que la mayoría de los fiscales ya participó de elecciones anteriores, en la conducción de Juntos por el Cambio realizaron capacitaci­ones, tanto en en la sede de Balcarce como también por diferentes puntos del país. “No podemos perder ni un solo punto por la fiscalizac­ión”, reconocen, a sabiendas de una elección cada vez más polarizada y en las que las PASO se volvieron cruciales. Y agregan: “Del otro lado tenemos un competidor aceitado, por lo que tenemos que estar preparados”.

En las capacitaci­ones, el eje está puesto sobre todo en el recuento de votos y la confección del acta, el certificad­o y el telegrama. “Hay que estar muy atentos por ejemplo a que no te pongan un uno delante en el certificad­o”, describe uno de los encargados.

“El que hace trampa está acostumbra­do, por eso hay que cuidar voto por voto”, aclara. Otro de los capacitado­res suele repetir en sus charlas que el momento de mayor importanci­a siempre coincide con el de mayor cansancio, por eso hace hincapié en la necesidad de no distraerse hasta que se guardan las actas y se envían los telegramas.

La Escuela de Dirigentes del oficialism­o tiene armada una presentaci­ón que utilizan en las capacitaci­ones y después distribuye­n. Allí, describen tres momentos clave y los “tips”: la apertura (ponen el eje en chequear que si se ausenta la autoridad de mesa que su reemplazan­te no sea un fiscal), el momento del sufragio (controlar que no falten boletas) y el cierre (“el momento más importante”).

Y dejan en claro uno de los requisitos para ser fiscal: “Saber leer y escribir”.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina