OPERA Y REDES SOCIALES
Aida tiene una voz que la llevó a ganar el Operalia de 2013, a firmar contrato con Decca o a estar en la lista de las potenciales vencedoras de los Opus Klassic. También es dueña de una belleza natural que acompaña su talento, y de una frescura que da por tierra esa idea de que la modernidad y el clasicismo no podrían viajar juntos. “Muchas veces, la gente ve mi vida sobre el escenario y piensa: ‘es tan glamorosa’; y lo único que haces es subirte al escenario, cantar, sonreír… Te ves fabulosa y la gente te ama, pero tu vida no es solo eso. Debes aprender roles aunque estés cansada o debes subir al escenario aunque estés enferma. Muchas veces subí al escenario y canté para una gran audiencia que no sabía que yo tenía fiebre altísima y que me sentía horrible, por ejemplo”, cuenta la protagonista de las ceremonias de apertura y cierre del último Mundial de Fútbol.
—¿Es sencillo reconciliar dos mundos aparentemente opuestos, como el de la ópera y las redes sociales?
—No creo que las redes sociales sean otro mundo. En los tiempos de María Callas era diferente, porque todas estas tecnologías no existían y lo más importante era la voz. Hoy tenemos grandes posibilidades y podemos ganar audiencia y llegar a la gente joven. Me hace muy feliz cuando mis fans de todo el mundo me escriben mensajes y me dicen que nunca antes habían escuchado ni entendido la ópera, y que gracias a mí, comenzaron a hacerlo y a concurrir a espectáculos del género. Las redes ayudan mucho, son como una ventana al mundo.