VIEJO OREGON
A principios del siglo XX, el condado tuvo aquí algunas de las primeras cantinas del Lejano Oeste; hoy atesora el último Blockbuster de Estados Unidos, historias aborígenes y los mejores almacenes de ramos generales.
Los habitantes de Bend, Oregon, están unidos por la creencia fundamental de que viven en un lugar hermoso. Pero la belleza incomparable también siembra el temor que el esplendor natural de la ciudad montañosa corra peligro si llegan demasiadas personas y arruinan el sitio. Una etiqueta popular en los parachoques locales dice: “Bend apesta, no te mudes aquí”.
La región central de Oregon, que los nativos americanos alguna vez llamaron Quelah, el Hermoso Valle, alberga el último videoclub Blockbuster del mundo y es conocida por su abundancia de dispensarios de cannabis y cervecerías artesanales. Sin embargo, la bebida, la marihuana y el alquiler de videos no son las únicas atracciones aquí. Con todas las oportunidades que dispone para escalar, andar en bicicleta, remar en kayak, pescar y fantasear
en la naturaleza intacta que rodea a Bend, es un ámbito perfecto para la diversión en familia.
Día 1. Terapia de inmersión
No hay mejor introducción familiar a Bend y sus alrededores en un día caluroso que flotar por el río Deschutes. Alquile una cubierta flotadora en Tumalo Creek Kayak & Canoe (US$ 16), y tome el transbordador Ride The River (US$ 3), o camine hacia el parque Riverbend, donde flotará hasta el parque Drake y luego tome el transbordador de regreso. Este perezoso recorrido lo llevará al norte a través del distrito Old Mill, con sus tres chimeneas industriales altísimas –un legado de los aserraderos que alguna vez operaron en la región– luego pasará por una sección estrecha del río donde verá los jardines traseros de algunos hogares pintorescos para desembocar en el bello parque Drake, que toma su nombre de Alexander Drake, un empresario del Medio Oeste que construyó allí una cabaña en el año 1900. En 1905, el año en que se incorporó la ciudad, el primer médico de Bend, Urling Coe, escribió en una carta que el pueblo tenía dos aserraderos, ocho cantinas con juegos de azar abiertas toda la noche, siete líneas telefónicas y un “lujurioso distrito rojo conformado por varias chozas a lo largo de la ribera”, frecuentado por “transportistas, ganaderos, arrieros, pastores de ovejas, encargados de inventario forestal, apostadores y visitantes transitorios de todo tipo”. Actualmente,
la movida está en las dos calles principales al sur y al norte del centro de la ciudad, Bond y Wall, donde se puede caminar a gusto y hay aún una vida nocturna bastante activa. El centro está especialmente animado el primer viernes de cada mes después del trabajo, pues los negocios aptos para menores como la juguetería Leapin’ Lizards y la librería y cafetería Dudley’s se quedan abiertos hasta tarde. Siéntese en una de las mesas de picnic con vista al embalse Mirror Pond y las cumbres cubiertas de nieve de los volcanes Tres Hermanas en Crow’s Feet Commons, una combinación de cafetería, bar, y tienda de bicicletas y equipo para esquiar, y sentirá como si estuviera en el pórtico delantero de
Bend.
El venerable restaurante
Pine Tavern, fundado por un par de mujeres emprendedoras durante la Gran Depresión, es un clásico de Bend, con un patio amplio que tiene vista al Mirror Pond y un pino gigante que crece en medio del comedor. Los niños pueden darse una fiesta de macarrones con queso, tiras de pollo o sándwiches de queso a la parrilla por US$ 6. Si busca otra cosa, está Bos Taurus, una churrasquería elegante que vende carnes de calidad de todo el mundo, o Zydeco Kitchen & Cocktails, para disfrutar una corvina roja a la parrilla (US$ 27), sentado a una mesa sobre la banqueta mientras observa el desfile de transeúntes. En Pine Tavern o Zydeco, las cenas cuestan desde US$ 20, bebidas no incluidas, y en Bos Taurus, desde US$ 30. Con casi dos decenas de cervecerías en la ciudad, prácticamente cualquier hora del día es buena para tomar cerveza. Wanderlust Tours y Bend Tour Company ofrecen recorridos para todas las opciones. Si quiere acompañar su ale oscura y cremosa con algo de historia de Bend, visite la McMenamins Old St. Francis School para toda la familia, un complejo construido en el terreno de lo que solía ser una escuela católica y que incluye un pequeño hotel, un cine, una cervecería y restaurante, cuatro bares íntimos (entre ellos el bar oculto y acertadamente llamado Broom Closet, o cuarto de limpieza) y, si llega unas horas antes, una piscina termal como las de Turquía en la que cualquiera puede remojarse por US$ 5 entre las fuentes y los vistosos azulejos que plasman episodios de la historia de San Francisco (lleve su propia toalla). Oculto detrás del restaurante principal frente a un patio está Okanes, el pub más
encantador de McMenamins. Su homónimo, Hugh O’Kane, era un irlandés de 136 kilos que viajó por el mundo como polizón hasta que fundó el primer hotel y taberna de Bend en 1905. Tome asiento afuera, junto a las fogatas y no se pierda los vitrales de las ventanas y sus puertas antiguas de iglesia.
Día 2. Caminar y caminar
Llegue temprano al local original de la panadería Sparrow, cerca de Bend Parkway, antes de que se forme una fila por los “ocean rolls” (US$ 4,50), el bollo imperdible de Bend. Preparado con masa de medialunas, con vainilla y cardamomo, denso, suntuoso y delicioso. Luego del desayuno haga un paseo en una bicicleta de Zagster (US$ 1,50 por 30 minutos) o de Wheel Fun Rentals. Dé una vuelta por el sendero (parcialmente) pavimentado del río Deschutes a través del distrito histórico de Drake Park para ver algunas casas hermosas, como la de G.P. Putnam en 606 Northwest Congress, que alguna vez fue el hogar de George Palmer Putnam. Nacido en Nueva York, llegó a Bend a los 21 años en 1909, se convirtió en editor del periódico local y luego en alcalde en 1912. Bend se enfoca más en la Madre Naturaleza que en los museos, pero puede disfrutar ambos en el magnífico
High Desert Museum (adultos US$ 17), un museo interior y exterior de 54,6 hectáreas en un área boscosa al sur. El museo hace énfasis en la historia natural del desierto alto de Oregon, el folklore aborigen estadounidense, y en los animales que no pueden sobrevivir por sí mismos en la naturaleza. A los niños les encantarán las aves rapaces, las tortugas del desierto y tres nutrias de río con olor a almizcle que se lucen por todo su entorno.Los expertos en
Visit Bend pueden confirmarle el número aturdidor de actividades y opciones de recorridos al aire libre, según sus gustos y su condición física. En la ciudad, una excursión a pie (o en auto) de
3,2 kilómetros, ida y vuelta, hasta la cima del Pilot Butte de 146,3 metros de altura, ofrece vistas panorámicas del desierto alto, árido y salpicado de artemisas, del lado este y las montañas cubiertas de nieve del lado oeste. Las familias con niños pueden ir en bicicleta por el parque Shevlin, una de las áreas verdes s más hermosas de la l ciudad. idd Más lejos, los senderos de las cataratas Dillon y de North Fork en las cascadas de Tumalo son buenos para tomar fotografías, o puede refrescarse dentro de la cueva Lava River Cave (US$ 5), donde la temperatura siempre está en 3,3º C. Y no puede irse sin aventurarse hacia el monte Bachelor, el mejor centro de esquí de Bend, donde puede tomar el teleférico en pleno verano hasta la altitud de 2.370 me metros en la que se encuentra el res restaurante Pine Mar Marten Lodge (US$ 20) 20), pedir d algo de cenar o descender los 20,9 kilómetros de senderos montañosos para bicicletas. Finalice su tarde de diversión con un paseo en auto por los pintorescos senderos de Cascade Lakes Scenic Byway hasta el idílico lago Lucky, donde una sencilla caminata de 1,6 kilómetros se recompensará con el derecho de tomar un glorioso chapuzón lejos de las multitudes veraniegas. El pueblito que creció alrededor del Rancho Farewell Bend fue nombrado Farewell Bend, hasta que la oficina postal lo acortó a Bend. Puede aprender sobre la historia de la explotación forestal en la ciudad al leer los letreros explicativos a lo largo del sendero del río Deschutes en el animado distrito Old Mill de Bend, donde verá las tres chimeneas industriales que han dominado la silueta urbana de Bend desde la década de 1920. Si viaja 1,6 kilómetros al oeste del distrito Old Mill hasta Cuban Kitchen, podrá jugar al dominó y saborear delicias latinas caseras preparadas con amor por la familia Aguilar (US$ 13).
Día 3. Hacia el norte
Sisters es un pueblo ranchero encantador al norte de Bend, originalmente llamado Three Sisters por las cumbres cercanas de las Tres Hermanas, Faith, Hope y Charity, conocidas más prosaicamente como Norte, Media y Sur. El pueblo tiene pintorescos locales al estilo del Viejo Oeste, un divertido rodeo anual, y una hiperabundancia de actividades al aire libre en los alrededores. En Sisters Coffee tomará el que se considera el mejor café de Oregon y a una cuadra de la vía principal está, Paulina Springs Books, probablemente la mejor librería independiente de la zona. Después atraviese el pueblo hasta Sisters Bakery, un edificio de 1908 que fue el almacén general del pueblo hasta 1950. Pruebe los inmejorables panes de zarzamora o de queso cheddar y tocino ahumado (US$ 4) o las donas de doble chocolate (US$ 1,25). Conduzca otros veinte minutos al norte de Sisters hasta Camp Sherman, una encantadora comunidad de doscientas personas aislada del mundo en lo profundo del bosque, a lo largo del río Metolio, el sueño de quienes practican la pesca con mosca. A los niños les encanta el criadero de peces de Wizard Falls, donde pueden alimentar a la trucha arco iris por un cuarto de dólar, además, hay senderos paisajísticos y zonas de acampe a todo lo largo del río, entre los que destacan Allen Springs y Lower Bridge. Visite el almacén general más completo del oeste estadounidense, Camp Sherman Store & Fly Shop, abierto desde 1918.