Frentes de protesta ya apuntan con sus reclamos a Alberto
La devaluación y el resultado de las PASO limitaron el poder del Gobierno, por eso grupos piqueteros tienden lazos con el peronismo. Los que redoblan la apuesta.
El pulso de la protesta ya inició la transición, a pesar de que recién en octubre se definirá el próximo presidente. Para la mayoría de los dirigentes sociales las expectativas, reclamos y estrategias que despliegan por estos días tienen la mira puesta en un nuevo gobierno que, descuentan, será presidido por Alberto Fernández. El pedido de esta semana del candidato, para que se eviten incidentes callejeros, no hizo más que reforzar esta tendencia que comenzó desde la derrota del oficialismo en las primarias y se aceleró, por las consecuencias que tuvo el cimbronazo político sobre la capacidad de gestión de las autoridades del área social.
Por la devaluación y la situación política se ha limitado el poder de fuego en el campo de la asistencia del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, que conduce Carolina Stanley. La devaluación y el “reperfilamiento” de títulos públicos motivaron la caída de licitaciones para la asistencia alimentaria en productos básicos como leche y aceite. Desde la cartera aseguran que se está regularizando la situación, pero reconocen que hubo inconvenientes. Según múltiples testimonios de actores sociales que interactúan con el área de gobierno, hay además problemas administrativos que se adjudican al momento político.
Otro problema que dejó la devaluación es el de los proyectos de infraestructura social, que financia el ministerio, que quedaron con valores muy retrasados. En algunos casos, los proyectos se vieron afectados también por la renuncia del director de Desarrollo de Infraestructura Local, Juan Manuel Erdocia, y todo su equipo, quienes integraban el área de Economía Social, a cargo del secretario Matías Kelly. En este caso, el pase fue al sector privado. En otros, los inconvenientes surgen por puentes que tienden algunos funcionarios con el equipo de Desarrollo Social de Alberto Fernández. Sería el caso, afirman fuentes de la cartera, de Sebastián Welisiejko, responsable de la Secretaría de Integración Social y Urbana, quien esta semana se habría reunido con Daniel Arroyo, referente social en el Frente de Todos, en busca de garantizar la continuidad de su equipo.
Estrategias. Ante este cuadro, las apuestas políticas de los movimientos sociales afines al Frente, y los que ya se perfilan como opositores, han ajustado su estrategia con la mira puesta en una futura administración. Los sectores afines, que incluyen al Triunvirato de San Cayetano (CTEP, CCC y Barrios de Pie-Somos), al Frente Popular Darío Santillán y otros, ya tienen la mira puesta en el lugar que tendrán en una futura gestión peronista. Por otro lado, trabajaron en las últimas semanas, a pedido de Alberto –con quien tienen línea directa– en contener a otros sectores para evitar que el delicado cuadro económico pueda verse agravado por la conflictividad social.
En la vereda de enfrente, el sector que lideran el Polo Obrero y Barrios de Pie-Libres del Sur planea mantener el pulso callejero de la protesta. De hecho, el pedido de bajar los decibeles que hizo Fernández reforzó la idea de marcar una posición independiente. Durante el fin de semana, tomarán un tiempo para dar espacio a una respuesta del Gobierno. Si no llega, se anunciarán nuevas medidas. El abanico de opciones incluye un acampe por 72 horas y “ollas populares” en los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires. Un sector propuso marchas a supermercados, algo que habría sido descartado por los principales dirigentes. En paralelo, otro sector liderado por el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) prepara una respuesta a Fernández que, anticipan, incluirá un compromiso de mantener la presión callejera más allá de la transición política.