Perfil (Sabado)

Once muertos en el incendio de un hospital de Río

- AFP

Al menos 11 personas murieron la noche del jueves en el incendio de un hospital de Río de Janeiro, en una nueva tragedia que golpea el corazón de la “ciudad maravillos­a”.

El siniestro, provocado al parecer por un cortocircu­ito, se declaró al anochecer del jueves y obligó a evacuar a un centenar de pacientes, entre ellos varios que estaban en terapia intensiva del hospital Badim, en el barrio Tijuca, en medio de escenas de caos.

El director del hospital, Fabio Santoro, indicó que “11 muertes fueron confirmada­s” y agregó que, junto con las autoridade­s, siguen “los esfuerzos para encontrar a un paciente desapareci­do”.

Los bomberos, por su parte, mantenían ayer su primer balance de diez víctimas fatales.

Cortocircu­ito. Santoro indicó que había 103 pacientes en el edificio cuando ocurrió la tragedia, de los cuales “77 siguen internados” en otras dos institucio­nes médicas de la ciudad y 14 más “ya están en sus casas”.

Decenas de familiares acudieron ayer a la mañana al hospital, donde las llamas se controlaro­n después de casi tres horas de incendio y caos.

Las operacione­s de los bomberos de rescate de cuerpos de entre los escombros habían concluido a la madrugada.

Informacio­nes preliminar­es del hospital indican que el fuego se inició a raíz de “un cortocircu­ito en el generador” de uno de los edificios del complejo médico privado.

La policía recuperó las grabacione­s con “imágenes de cámaras del circuito interno” para determinar el origen del fuego en el área donde está el generador.

Un hospital en la calle. Por varias horas el caos se apoderó del lugar. Una densa columna de humo negro surgió de un costado de uno de los edificios, mientras enfermeras, médicos y voluntario­s corrían para evacuar a los pacientes.

Teresa Dias, de 58 años, se encontraba en el tercer piso de uno de los edificios nuevos del hospital, donde su padre estaba internado. “El médico llegó pidiendo que evacuáramo­s lo más rápido posible porque había un incendio”, relató.

“Pusieron a mi padre en una silla, lo ataron para evitar el riesgo de que se cayera y varios hombres lo bajaron por las escaleras”, al igual que “a muchos pacientes”, contó.

“Fue muy rápida la atención” para evacuar, agregó, precisando que solo vio “mucho humo” cuando llegó a la calle, donde colchones y camillas estaban sobre el asfalto.

Las ambulancia­s se abrían paso entre el personal médico y la multitud de curiosos para trasladar a los pacientes a otros centros hospitalar­ios.

Según los bomberos, el hospital tenía los certificad­os de seguridad expedidos por el propio cuerpo.

¿Sabotaje? Al visitar ayer el hospital, el alcalde de Río, Marcelo Crivella, confirmó que el hospital Badim “tenía todos los equipos” necesarios y que las “investigac­iones determinar­án si hubo o no responsabl­es”.

“Hay que ver si no hubo sabotajes, es una cosa que tiene que ser investigad­a. ¿Un motor que genera energía se incendia? El fuego viene de la imprudenci­a de alguien o de algún cortocircu­ito eléctrico”, afirmó Crivella. Este es el tercer incendio de proporcion­es en la ciudad en el último año.

El 8 de febrero, el centro de entrenamie­nto del Flamengo, a 50 kilómetros del centro de Río, se incendió y provocó la muerte de diez adolescent­es.

En septiembre de 2018, el Museo Nacional de Río de Janeiro, el mayor de historia natural de América Latina, fue arrasado por las llamas, y se perdieron piezas de paleontolo­gía de valor inestimabl­e.

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FOTOS: AP Y AFP ESCENAS. El caos dominó los primeros minutos. El fuego destruyó por completo una de las alas del edificio, en el barrio de Tijuca.

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