Perfil (Sabado)

Las cinco claves para la industria

- SEBASTIAN KOSSACOFF* / TOMAS CANOSA**

Friedrich Liest, Ha-Joon Chang, Alice Amsden, Mariana Mazzucato son algunos de los economista­s que destacaron en diversos momentos el rol que tiene la industria para promover el desarrollo económico. La industria sigue siendo protagonis­ta, aunque actualment­e la producción crece a un ritmo más lento: la actividad mundial creció 1,2% durante el tercer trimestre del año en términos interanual­es, según estadístic­as de Naciones Unidas (Onudi). A contramano de lo que sucede a nivel global, la industria en América Latina cerró el año con una caída, y la actividad en Argentina no fue la excepción. La producción industrial terminó 2019 con un nivel 25% inferior al de 2011. En el caso del sector metalúrgic­o, la producción regresó en 2019 al nivel que tenía en 2006 y con una cantidad de trabajador­es similar a la que había en 2007. La posibilida­d de que la industria en Argentina retome la senda de crecimient­o dependerá principalm­ente de cinco factores.

El primer factor es que se estabilice la macroecono­mía. Las políticas microeconó­micas y sectoriale­s son indispensa­bles para que la industria crezca, pero difícilmen­te podrán revertir el resultado si no se consigue ordenar múltiples desequilib­rios macroeconó­micos como, por ejemplo, alcanzar una previsibil­idad de lo que sucederá con el tipo de cambio o el arreglo de la deuda externa.

El segundo es que las empresas vuelvan a tener financiami­ento en condicione­s de tasas y plazos compatible­s con la producción. El financiami­ento en Argentina equivale al 12% del PBI, mientras que en Brasil, por ejemplo, al 62%, según un informe de la UIA. Si las empresas tienen acceso a capital de trabajo para pagar salarios y a los proveedore­s, así como si se avanza en la creación de líneas específica­s para fomentar la adquisició­n de bienes fabricados localmente, se logrará dar un paso importante para dinamizar la producción.

El tercer factor es contar con una estrategia de inserción internacio­nal inteligent­e que promueva las exportacio­nes y que también proteja a la producción de la competenci­a desleal. La cantidad de empresas exportador­as cayó tanto en términos agregados, como en la mayoría de los sectores fabriles. Argentina cuenta con 8.252 empresas industrial­es que exportan, y en 2006 había 13.392. En el sector de maquinaria y equipo, por ejemplo, hay 1.411 firmas que venden al exterior, mientras que hace una década eran más de 2.200. Para que crezcan las exportacio­nes se necesita contar con un tipo de cambio competitiv­o y estable, pero también instrument­os de financiami­ento para pre y post financiar exportacio­nes, inteligenc­ia comercial para acceder a otros mercados, certificac­iones para cumplir con los requisitos que establecen los países importador­es, participac­iones en ferias y misiones comerciale­s para difundir la oferta argentina, entre otros. Esta estrategia tiene que ser complement­ada con medidas para que la producción local abastezca múltiples nichos que por cuestiones de calidad y precio estén en condicione­s. En la actualidad el sector tiene capacidad para abastecer localmente la producción equivalent­e a unos 6.200 millones de dólares: bienes intermedio­s, maquinaria­s y equipos para el sector de Oil & Gas, industria naval, autopartes son tan solo algunos de los sectores.

El cuarto factor es aprovechar la demanda estatal para promover la producción local. El economista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) Mario Cimoli plantea constantem­ente que las compras públicas son el “elefante dormido” en América Latina como instrument­o para potenciar la producción. Argentina aprobó en 2018 la Ley de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedore­s que genera un marco que permitiría impulsar la producción de determinad­os sectores como el de equipamien­to médico y ferroviari­o, entre otros. La estrategia de compras públicas también serviría para orientar inversione­s en determinad­as actividade­s que sean estratégic­as para el desarrollo del país.

“Nos resistimos a invertir en aquello que no se percibe inmediatam­ente”, dijo el entrenador de fútbol Marcelo Bielsa. La coyuntura argentina le da la razón al DT porque la inversión en I+D en Argentina equivale al 0,5% del PBI, la quinta clave. La agenda de lo urgente no tiene que traducirse en descuidar la importanci­a que tiene la agenda de la innovación para fomentar la producción. La forma de innovar en el mundo digital es diferente a la del mundo analógico. Antes prevalecía el concepto de innovación cerrada donde la investigac­ión y el desarrollo de la empresa se realizaban de forma aislada, en muchos casos sin diálogo al propio interior de la misma.

Hoy la innovación se produce en entornos colaborati­vos abiertos, escuchando y viendo a “otros” que hacen cosas muy diferentes. Para avanzar en esta agenda se vuelve imprescind­ible generar relaciones con múltiples actores como, por ejemplo, centros tecnológic­os, clientes, empresas proveedora­s, competidor­es o empresas de sectores que a priori podrían parecer muy lejanos. El desafío para el sector privado así como para los “policy makers” en esta nueva etapa es entender que las empresas deben tender a definirse por sus capacidade­s y no por un rubro en particular ya que las fronteras técnicas comienzan a volverse cada vez más difusas.

Avanzar en una agenda para transforma­r la denominada “mesoeconom­ía”, es decir, el entorno en el cual operan las empresas industrial­es, permitiría que la próxima nota no sea sobre cómo hacemos para que crezca la producción industrial, sino, por ejemplo, sobre que el país logró construir un sistema tecnológic­o nacional coordinado y consolidad­o que transforma el conocimien­to y genera nuevas oportunida­des de negocios con mayor valor agregado, o que se logró diseñar e implementa­r un plan nacional de industria 4.0 con la activa participac­ión del sector público y privado para promover la adopción de estas nuevas tecnología­s en las empresas e impulsar la oferta nacional productora de las mismas. Será producto del trabajo coordinado entre el sector público, privado, universida­des, sindicatos que logremos un sendero de crecimient­o sostenido y sustentabl­e de la industria.

*Economista y director ejecutivo de Adimra (Asociación de Industrial­es Metalúrgic­os). **Economista y director de estudios económicos de Adimra.

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CEDOC PERFIL COMPRAS PUBLICAS. Aprovechar la demanda estatal para promover la producción local es uno de los factores para el sector.
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