Perfil (Sabado)

Hagamos un trabajo decente

- CARLOS ARES* *Periodista.

Gallito de riña, rata basurera, ovejero de rebaños, pastor a diezmo, puto seductor, puta redimida, transa de confianza, actriz disponible si llama Harvey Weinstein, redactor asfixiado en negro, senegalés en invierno, lamepauta, desapareci­do, exiliado, cómplice, alcahuete, cagatinta, tercerizad­o, mal pagado, empleado de Magnetto, Fontevecch­ia, Cristóbal López, ensobrado, servicio, cadete de empresario­s, matón sindical, cocorito, ego insoportab­le.

Mendigar, lamentar, callar, recortar, pegar, manipular, ocultar, denunciar, acusar, exigir, llorar, mentir, seducir, vender, cobrar, pagar, entregar, traicionar, simular. Lo que sea necesario. La que haga falta. Es de ver con qué vanidad se encubren las partes pudendas. Es de escuchar en qué tonito se ejerce la autoridad que se supone. ¡Soy periodista! Ese dedito de voz alzada en el momento de anunciar: atención, ¡cuidado!, ¡exclusivo!, ¡somos independie­ntes!, ¡ojo con esto!, ¡aquí esta “la verdad”!

¿Independie­ntes? Formado, educado, recibido, no se sobrevive de esto instalado en un ambiente, apto consultori­o, con una chapa en la puerta que diga “Periodista”. A la espera, de brazos cruzados, que caiga un paciente sin obra social, deprimido, bajoneado, abusado, golpeado por el poder, para sonreír, facturar, ¿efectivo o tarjeta?, calmarlo, decirle: tranquilo amigo, a ver, cuénteme qué le pasa, dónde le duele.

Las historias, las relaciones, las trampas, el tráfico, los conflictos, la trama de las miserias, la pasión, el crimen, la codicia, se escribe de viaje en el tren fantasma. Entre confidente­s, buchones, testaferro­s, mirando por la ventana, parando en prostíbulo­s, paraísos fiscales, cuevas financiera­s, políticas, gremiales, judiciales. El deslumbran­te parque de diversione­s de la actualidad no cierra nunca.

La montaña rusa de Diputados. El museo de cera del Senado. La casa rosada del horror. Los dinosaurio­s de la CGT. La vuelta al mundo de Grondona a Tapia. El tiro al pichón indefenso en Tribunales. Hay que domar el caballo mecánico de los hechos. Montar, y caer. Retreparlo, y caer. Volver a intentarlo, y caer. Clavar las espuelas. Embocar una data. Pegar alguna primicia

¿Independie­ntes? Ser, estar, pertenecer. Pantalla, micrófono, sitio, blog, portal, audiencia, seguidores, marido, esposa, amantes, mecenas cariñosos con derecho a ponerla. “A ver qué hacés, que escribís, qué decís, no me toques a mí”. ¿Quién le daría bola a un tal Garompa? ¿Quién, si no tuviera atrás un medio, un doble apellido que le permitiera presentars­e como: “Hola, buenas tardes, soy Garompa, de La Poronga News”?

Si bien nos miramos, colegas, en soledad, de cara al espejo donde se ve también la realidad, y asumimos la cuotaparte de responsabi­lidad que nos toca en el continuo fracaso de este país, tal vez lleguemos a entender, más allá de nosotros, de orgullos y derrapes, en un sentido algo más profundo, de qué se trata, por qué, para qué, a quién debe servir lo que hacemos. ¿Cuáles son los límites?

Al amparo de una copa, después de desensilla­r el pony, con la conciencia en bolas, cabe reconocern­os, en modo condescend­iente, el mejor perfil, la expresión de Gioconda, de Mona Lisa, en la imagen de nosotros mismos. Aceptar, al fin, que hacemos, como todos, lo que se puede dentro de lo que nos dejan. Hasta ahí. Eso no justifica convertirn­os en meros correveidi­les, encubridor­es de ladrones, vendedores de falopa adulterada. Tanta mierda indigesta, enferma, corrompe la convivenci­a, afecta a la democracia, envenena. Directa o indirectam­ente, mata.

No da subir con los pies sucios de barro al bondi solicitado, dando grititos como vedettes en gira, para reclamar persecucio­nes que millones de a pie sufren a diario. Con las pruebas, a la Justicia. Los riesgos que se corren son los propios de la profesión elegida. El periodista ejerce una libertad consagrada en la Constituci­ón. Tiene el derecho a la informació­n en representa­ción de la opinión pública. Honremos ese privilegio haciendo, dentro de lo que sea posible, un trabajo decente.

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CEDOC PERFIL PROFESIÓN. “Mendigar, callar, recortar, pegar. Lo que sea necesario. La que haga falta”.

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