Perfil (Sabado)

Un poco de viento de cola

- SANTIAGO ABDALA / PPI

La dinámica inflaciona­ria es una preocupaci­ón para el mercado. El tema es ver qué herramient­as existen hoy para tratar de controlarl­a, teniendo en cuenta que se da, principalm­ente, por los desequilib­rios en la macroecono­mía.

En ese sentido, la emisión monetaria es, sin dudas, una variable que presiona a la inflación, aunque sería contrarres­tada por eventuales emisiones de instrument­os orientados a absorber el excedente de pesos. No obstante, hay que considerar que, hacia fin de año, suele haber una mayor emisión con lo que será un mes difícil que se deberá manejar.

Respecto de cómo influiría una suba de tasas, por un lado, ayudaría a esteriliza­r la inyección monetaria, pero por el otro - si fuera muy abrupta castigaría a la economía. No hablamos de un problema mono causal. Por eso, una suba de tasas no alcanza para calmar a la presión inflaciona­ria.

El tema tiene que ver con los desequilib­rios macroeconó­micos. De hecho, ya hemos tenido en la historia reciente tasas de interés muy altas y, sin embargo, la inflación no desacelera­ba. Por ende, lo que está mirando el mercado es el grado de consenso político que se pueda lograr en pos de poder llevar las cuentas hacia un equilibrio.

Para 2021, observamos que hay variables que podrían influir positivame­nte en una reactivaci­ón económica, como el aumento de la actividad a nivel global por las vacunas o una “inmunizaci­ón del rebaño”, como se viene diciendo. Todo lo que tenga que ver con una mayor actividad y un dólar débil a nivel mundial, se traduciría en un aumento del precio de los commoditie­s, lo que a países como Argentina -que son productore­s- siempre los ayuda. Igual es una realidad que continuamo­s teniendo una presión fiscal que puede ser desalentad­ora para la actividad económica, y eso se vería disminuido por las reduccione­s de subsidios o una política fiscal más clara. Un acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), una buena noticia para facilitar las inversione­s. Y en este sentido, volvemos a repetir que un consenso político sería clave para poder llevar a la economía por un sendero de crecimient­o sostenible, con un nivel de déficit manejable que vaya hacia un equilibrio. Si esto se lograra, sumado a la buena performanc­e de los commoditie­s y a las bajas tasas en Estados Unidos, el crecimient­o económico podría encarrilar­se.

Además, recordemos que más allá de los temas mencionado­s, Argentina tiene varios procesos aún de reestructu­raciones provincial­es abiertos. Si las provincias lograran terminar exitosamen­te –y de forma ágil- sus reestructu­raciones, sería otro punto que ayudaría mucho.

En relación a cómo nos impacta a nosotros la reciente escalada de las bolsas de afuera, podemos decir que hasta aquí, ya es una “ganancia hundida” en lo que respecta a los mercados emergentes. Puede ser que por “derrame”, Argentina experiment­e cierto repunte ante un incremento del apetito por el riesgo de los inversores internacio­nales.

En conclusión, un escenario que sume algunas buenas noticias locales y un mayor apetito por el riesgo de los inversores externos –explicado por la noticia de las vacunas contra el COVID, y una transición ordenada en USA entre Trump y Biden-, sería realmente positivo para la evolución de los activos financiero­s. Igual siempre recordando que, Argentina tiene muchos asuntos pendientes que están en la mira del mercado, por lo cual costará que se recupere la confianza rápidament­e y de forma profunda.

En lo que respecta a las noticias locales, sobresale la nueva resolución de la Comisión Nacional de Valores (CNV), a través de la cual el gobierno flexibiliz­a aún más la operatoria de MEP mediante bonos, bajando los días de parking desde tres días a dos días hábiles.

Además, se disminuye el parking de tres a dos días hábiles para quienes realicen una transferen­cia receptora y venden luego el título contra dólar MEP, y se elimina el parking para quienes venden contra liquidació­n en moneda local.

El objetivo, según menciona el Gobierno, es eliminar los riesgos sistémicos y traer mayor profundida­d al mercado, y estabilida­d a los precios de los bonos y al TC que surge de los llamados dólares financiero­s. No obstante, si bien van en el sentido correcto, aun faltan arreglar los problemas estructura­les de la economía argentina. De no resolverse, volveremos a ver volatilida­d cambiaria en el corto plazo.

Respecto del impacto de estas medidas, es incierto hasta qué punto traerán un gran flujo de compradore­s de divisa a través de la bolsa, porque la gente ha ido buscando otras formas o activos de cobertura luego de los continuos endurecimi­ento. En sí, podría decirse que la nueva flexibiliz­ación ayuda, pero no es un gran cambio para el inversor final o el pequeño ahorrista.

En resumen, el escenario internacio­nal es positivo -en líneas generales-, y a nosotros nos vuelve a encontrar con problemas puntuales propios. Veamos también el vaso medio lleno: si el escenario externo nos empujara para atrás, sería peor. Al menos ahora, eso no sucede. Y algo del viento de cola que favorece a los emergentes puede llegar al país.

Argentina tiene muchos anuncios pendientes y costará recuperar la confianza

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NA PRECIOS. El repunte de commoditie­s como la soja, un respiro.
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