Perfil (Sabado)

Lo inconcluso

- DANIEL GUEBEL

La semana pasada narré una escena extraída del libro El zen en el arte del tiro con arco. Cuando iba a extraer la moraleja, advertí que me había quedado sin espacio. Acá va resumen y colofón faltante.

En el libro, su autor, Eugen Herrigel, describe su aprendizaj­e de arquero zen, guiado por un maestro japonés que venda sus ojos para que descubra el “aquí y ahora” disparando su flecha a un blanco que no ve, para que descubra que no hay yo interior y objeto exterior, sino que lo animado y lo inanimado deben ser uno y lo mismo: yo, arco, flecha, blanco.

Un día, luego de años de tirar flechazos a la bartola, Herrigel suelta su flecha, siente que acertó, se quita la venda de los ojos y, efectivame­nte, su flecha ha dado en el blanco. Celebra eufórico y en ese momento su maestro le pega un sopapo en la nuca y le dice: “Nada de qué alegrarse. Es Ello lo que acierta”.

El relato es perfecto, la disolución del yo está garantizad­a. Pero ¿debemos creerle al narrador? ¿Comprendió la enseñanza? ¿Y si en vez de eso sintió de pronto lo poco que resulta todo luego de años de ansia sin resultado, y en vez de manifestar su desilusión mostró alegría para darle satisfacci­ón a su maestro? O, peor aún, ¿acertó él, o fue su maestro quien lanzó la flecha, harto del alumno que no la embocaba nunca? Tal vez, en ese reino de saberes centenario­s y cortesías rituales, lo que el maestro no pudo hacer es decirle: “Rajá de acá, inútil, y andá a escribir el librito mentiroso que andabas buscando con la excusa snob de la experienci­a de Oriente”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina