Perfil (Sabado)

“Cazo la guitarra y me celebrar la vida” sale

El cantante, actor y gestor sigue ganando éxito, ahora con canciones que le aportan optimismo a la pandemia. El nominado y ganador del Grammy Latino presenta su disco y show sinfónico. Repasa el legado de su madre y su tradición musical.

- ANALÍA MELGAR

Antes de fin de año, el 18 de diciembre por TNT y las semanas previas, Diego Torres presenta Diego Torres Sinfónico.

Un show de grandes éxitos que lo úbica, ya que esta filmado antes de la pandemia, en otro momento. Pero Torres no le dio la espalda al mundo estos meses. La letra y las imágenes de su hit de 2020 “Amanece” remite directamen­te a los efectos de la pandemia, pero pone el acento en la reflexión y en la posibilida­d de superación: “Ahora que este mundo se detiene/ Es tiempo de ponernos a pensar”. Hay niños, bicicletas, flores… todo un universo de alegría y empatía. Hay voces y actuación de dos cantantes colombiano­s: Jorge Villamizar, cantautora solista y también líder de Bacilos, y Catalina García, y también, del catalán Macaco. Convertido rápidament­e en un éxito, el tema es oportunida­d para esta conversaci­ón de PERFIL con Torres, desde Estados Unidos.

—¿Cuál es el origen de esta canción? ¿Cómo nació y cómo se gestó?

—Nació una tarde en que me junté con Jorge Villamizar, gran colega y amigo; nos juntamos en su casa en Miami, porque él también está viviendo acá. Me fui con la linda sensación de cuando nace algo que está bueno. En la puerta, le dije: “Dame la libertad de trabajar esta letra”. Y él: “Haz lo que quieras, sentite libre”. Así le fui mandando todos los cambios. Fue un gran compañero, y por eso también está ahí [en el video, además de cantar, se lo ve amasando]. Después trabajamos en el estudio con mi socio, Miguel Yadam González, productor cubano. Esto empezó después de la cuarentena dura, entre abril y mayo. Siguió el proceso de estructura, tempo, tonalidad. En esta época tan particular, lo mejor es poner una rutina de trabajo, estar ocupados, avanzar con nuestras cosas.

—También en este tiempo volviste a grabar “Color esperanza”, con participac­ión de numerosos artistas. Lo recaudado es para la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud…

“El gen Torres es el ADN musical que mamá nos dejó y sus enseñanzas.”

¿Cómo fue ese proceso?

—Primero, agradecido a Cachorro López y a Coti Sorokin, que fueron los primeros que me acompañaro­n y nos reencontra­mos (N. delr.: después de una polémica por el reconocimi­ento público de la autoría compartida en este hit), para hacer esta versión y contar con ellos para donar los derechos de esta versión. Agradecido a todos los artistas que se volcaron, amigos como Rubén Blades, Ivete Sagalo, Carlos Vives, Fonseca…

—Sos una figura convocante. ¿Quién no querría sumarse a un proyecto tuyo? ¿Alguien te dijo que no?

—Lo convoqué a Alejandro Sanz y no pudo estar; Juan Luis Guerra también quería estar y no pudo…. Pero, agradecido a todos los artistas que se han brindado, como Rubén Blades, emblema de la música latinoamer­icana. Siempre que lo llamo, me contesta, tan sincero, tan frontal, tan auténtico. A todos, tuve que perseguir un poco: “¿Viste? Ah, ¿filmaste? Mandámelo. Me falta el video”. Así que en pandemia me dediqué a perseguir colegas cantantes [se ríe]. Han colaborado en tiempo record: pudimos armar ese proyecto y ayudar.

—Las decisiones gubernamen­tales para enfrentar la pandemia han sido diferentes en Estados Unidos y en la Argentina. ¿Cómo ves estos contrastes?

—Es vivir lo mismo con cosas parecidas y diferentes al mismo tiempo. Acá hay que añadirle que es un año político complicado y da la sensación de que son varios países dentro de uno. Hay muchas comunidade­s. Eso también influye en cómo manejan la pandemia. Se ve mucho cruce de informació­n: un presidente dice una cosa, sus asesores dicen otra, se rompen relaciones laborales. En la Argentina, quiero pensar que, si veo al presidente Fernández con Kicillof y con Larreta, es porque buscan una unidad, un consenso para querer enfrentar esta situación de la misma manera. No me entra en la cabeza que esto se maneje mal a propósito, porque eso sería generarte un enemigo cada vez más grande, porque la pandemia y la post-pandemia es algo que vas a tener que atravesar sí o sí. Por eso, ahora se necesita de la responsabi­lidad de nosotros en esta reapertura paulatina. Tengo amigos y familiares médicos: están en la primera línea de lucha.

—Estás atento a las realidades sociales, políticas, humanas… ¿de dónde te viene el optimismo que se ve en muchas de tus canciones?

—Estoy informado sobre los diferentes países con los cuales tengo relación. Y sí, soy un guerrero y voy para adelante: es una herencia. Por eso amo el rugby, porque va para adelante; lo único que se no se pasa para adelante es la pelota. Defiendo la filosofía del rugby, porque me ha dado muchas cosas buenas: amigos, nobleza. Es un juego de mucho impacto, pero después se aplaude y se hace un carril para que pase el vencedor. De todos modos, también canciones mías reflejan momentos tristes, la muerte de seres queridos… pero siempre desde una mirada que tiene que ver con esa herencia que mamá nos dejó.

—Ha pasado tiempo de la partida de tu mamá, Lolita Torres.

—Fue una guerrera y vaya si tuvo una vida dura. Cuando estaba por cumplir quince años, en un accidente, su madre, con quien ella tenía un idilio, falleció, y quedó solita con su padre. Se casó a los veintisiet­e, y en otro accidente yendo al festival de cine de Mar del Plata, queda viuda, con mi hermano más grande. Apretó los dientes, conoció a mi padre, tuvo cuatro hijos más y siguió, siguió y siguió. Y con artritis y artrosis, siguió y siguió y siguió. Tengo mis bajones, mis momentos complicado­s y mis dudas, mis tristezas, mi añoranza en esto que estamos viviendo. Pero cazo la guitarra y me sale eso: celebrar la vida.

—Muchos los integrante­s de tu familia que se han dedicado al mundo del arte.

—Creo que el gen Torres es el ADN musical que mamá nos dejó y también su enseñanza de vida: un legado, un camino. No quiere decir que lo repitas, sino que hay un camino trazado, un puente. Ahí estamos… mi sobrino, mi sobrina… me encanta que sigan y que podamos compartir la música y el arte.

—Actor, compositor, cantante, productor… ¿Cómo te ubicás en estos roles?

—Hoy soy primero cocinero y después hacedor, complement­ando acá en mi casa con mi familia, ayudando en lo que se pueda. En definitiva, me siento un artista integral, que integra la música. El oficio de actor, lo disfruto con la misma pasión, con la misma preocupaci­ón y las mismas ganas.

—En 2021, cumplirás 50 años.

—¿Quién? ¿Yo? ¡De 32! . Creo que si uno tiene espíritu joven… Antes mirabas a un hombre de 50 y decías: “Uhhh”. Yo creo que es una buena etapa de la vida, porque uno sigue siendo joven, pero hay cosas que ya no son jóvenes y cuentan los años, los kilómetros recorridos. Entonces a lo mejor tenés un compás más de espera, tan necesario para, a veces, enfrentar ciertas cosas.

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FOTOS: GZA. SONY / TNT / CEDOC PE OPTIMISMO. Torres aprovechó el año para confirmar su cercanía al pueblo y a sus fans.
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INSTANTES. El especial sinfónico que se emitirá TNT para América Latina el día 18 de diciembre. El clip de “Amanece” , una de las creaciones que generó en plane pandemia. El recuerdo de los premios y una imagen de su infancia junto a su mamá, Lolita Torres.

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