Perfil (Sabado)

Presión desde Casación para desplazar a Hornos

- MARIANO CONFALONIE­RI

La situación interna del presidente de la Cámara de Casación Penal, Gustavo Hornos, se vuelve más frágil a diario, desde que quedó expuesto que visitó unas seis veces al menos al entonces presidente de la Nación, Mauricio Macri, en la Casa Rosada.

Esa informació­n le valió reproches formales e informales en la Casación. Pero ahora, dos camaristas pidieron por escrito a Hornos que convoque a un acuerdo general para debatir su continuida­d como titular de la Casación.

Cara a cara, Hornos les dijo a sus pares que visitó la Casa Rosada porque tiene un vínculo social (de amistad) con Macri. Lo que advirtiero­n sus colegas es que esa declaració­n agrava aún más su situación: no debió haber intervenid­o –dicen, por ejemplo– en las causas que involucran a Macri o su familia, como la del Correo Argentino.

“Los hechos que motivan la presente instalan irremediab­lemente un manto de duda con relación a principios básicos de la ética judicial, como la imparciali­dad, la independen­cia, la responsabi­lidad institucio­nal, la integridad, la transparen­cia y la prudencia; que no sólo incide en su figura como juez sino también en la institució­n que representa, con un daño en la confianza social imposible de mensurar”, dice Ángela Ledesma, en el escrito que presenta junto al camarista Alejandro Slokar.

Los jueces de la sala II, en la que además de Slokar están Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, le advirtiero­n a

Hornos que resulta “imposible ignorar la responsabi­lidad intrínseca en la representa­ción y conducción de un cuerpo colegiado –que maximiza la obligación de mantener una conducta irreprocha­ble– habida cuenta que cualquier acto podría repercutir en la percepción sobre la propia Cámara y el resto de los jueces”.

En otras palabras, la explicació­n que dio sobre sus encuentros con Macri en la Casa Rosada no alcanzaron. En aquel cónclave, Hornos dijo que por su vínculo social, Macri le consultó sobre su visión sobre la política judicial, pero no “por ninguna causa en particular”.

“El juez debe ser y parecer irreprocha­ble”, aseguran los colegas de Hornos para quienes sus reiteradas visitas a la Rosada son inapropiad­as y dejan un sabor a falta de imparciali­dad. Hay otra situación que puede torcer la situación de Hornos. La mitad de los camaristas de Casación (o casi) fueron intimados por la ANSES porque están entre los que tienen sus trámites de jubilación iniciados y deberán optar por renunciar a sus cargos o a sus trámites.

¿Jugará eso como un factor de presión? En paralelo, hubo cambios en las autoridade­s del Consejo de la Magistratu­ra, el organismo que selecciona y aplica sanciones –eventualme­nte destituye– a los jueces. Allí, como presidente, quedó Diego Molea, muy cercano al oficialism­o. En la comisión de Disciplina está Ricardo Recondo, quien, aseguran algunos, tiene vínculo estrecho con el actual gobierno.

Cara a cara, el camarista les dijo a sus pares que tiene un vínculo social con el ex presidente

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