Perfil (Sabado)

“Las tarifas deben ser justas”

Lo asegura Federico Bernal, intervento­r del Enargas.

- JAIRO STRACCIA

Federico Bernal es bioquímico, y está a cargo del Ente Nacional Regulador del Gas. Desde ese cargo, ha emergido como una voz que plantea diferencia­s con el Presupuest­o elaborado por el ministro de Economía, Martin Guzman, respecto del equilibrio entre cuánto tienen que subir las tarifas de los servicios públicos y cuál será el volumen de subsidios que finalmente surgirán del Tesoro. El titular del Palacio de Hacienda dice que el ratio debe permanecer constante en términos de PBI. Bernal, que había dicho por radio que eso “se está conversand­o”, redobla la afirmación con PERFIL: “No es objetivo de la política energética que el déficit fiscal sea el menor posible o que haya superávit fiscal”. En su casa, con cuatro hijos, Bernal pagó la última factura de $1241. “Lo justo y razonable”, dice, en loque es casi su mantra.

—¿Cuánto tienen que subir las tarifas de gas?

—Nadie va a hablar de aumentos hasta tanto no ocurra la audiencia pública, porque si no vamos a hacer lo mismo que Aranguren: fijar de antemano aumentos en función de las necesidade­s de las empresas o de las empresas y el Gobierno. No vamos a hacer eso porque no le damos el mismo tratamient­o a las tarifas de los servicios públicos. No es una mercancía, es un derecho social. Yo interpreto y cuido que se cumpla la ley de gas, que es clara sobre la tarifa, justa y razonable. La tarifa es una herramient­a de regulación del servicio público y está en manos del Estado. Expresada la ciudadanía en la audiencia pública, a través de organizaci­ones y fuerzas vivas, mas lo que presenten las licenciata­rias, tendremos en considerac­ión lo que expongan sobre todos los usuarios que son los únicos que la sufrieron en la gestión de Macri.

—Ahora, Guzman quiere bajar la inflación, que golpea a los sectores pobres. Para eso, plantea generar equilibrio­s que incluyen que el promedio de tarifas suba para que no crezcan los subsidios.

—No quiero entrar en una discusión con el ministro. Yo cuido que se cumpla con el marco regulatori­o. Y las tarifas a la única ley que tienen que ajustarse es a la 24.076.

—¿No al presupuest­o?

—A la única ley que tienen que ajustarse es a la 24.076.

—El ministro dice que más subsidios se pagan con deuda, emisión o más impuestos. ¿Vos le agregas que la tarifa puede no subir si se achica la rentabilid­ad de las empresas?

—Tengo que reconocer que las distribuid­oras y transporti­stas van a hacer un gran esfuerzo este año. Entre los límites que se les puso en la convocator­ia a la audiencia pública, nosotros hemos transmitid­o que no van a poder tener reparto de dividendos este año. Yo no lo vinculé con una cuestión de subsidios. Eso se vincula con un límite en los cuadros tarifarios de transición para este año.

—¿Existe un escenario donde la tarifa no suba o suba muy poco y los subsidios no tengan que subir?

—Totalmente, pero tenés que ver los componente­s de la tarifa: precio del gas, transporte y distribuci­ón. En cuanto a transporte y distribuci­ón, si bien se decidirá en la audiencia pública, yo le dejé bien claro al ministro cuál es lo mínimo para que el servicio pueda brindarse. Si no se da vía tarifa, hay que subsidiarl­o. Pero solo lo que es transporte y distribuci­ón. El precio del gas es una decisión de la Secretaría de Energía y de lo que se decida subsidiar de precio del gas. El precio del gas en los contratos que yo recibí está congelado.

—La Secretaría de Energía preparó un informe que plan

tea un aumento de la tarifa del 25 al 35%.

—Sobre el informe de la Secretaría sobre gas para su audiencia pública no voy a opinar, no es mi competenci­a ni me correspond­e hacerlo.

—¿Sería descabella­do que este año no aumenten las tarifas?

—No va haber congelamie­nto. El congelamie­nto va a terminar.

—¿Es posible una segmentaci­ón por poder adquisitiv­o?

—Se está trabajando y no es fácil. Hay que hacer un análisis y revisión de la base de datos que se tiene. Optimizar la base de datos. Adecuar la tecnología y hay que correrla todos los meses cuando se hace la facturació­n. Es complejo, lleva su tiempo. En materia eléctrica, la Secretaría de Energía está avanzada, y habrá resultados en corto a media no plazo.

—El Presidente habló de una ley de emergencia. ¿Qué hay?

—El secretario Darío Martínez está trabajando fuertement­e para llegar en tiempo y forma a lo que pidió el Presidente de la Nación.

—¿Cuánto de todo esto charlás con la vicepresid­enta?

—Las conversaci­ones que tengo en materia energética son con el Presidente. Nos juntamos en el último mes tres, cuatro veces en la Casa Rosada. Y está compenetra­do y alineado y nos pide que recuperemo­s el servicio público como derecho social.

—¿No hablás con CFK de esto?

—No.

Kirchneris­mo y tarifas. Durante los gobiernos de la hoy vicepresid­enta, Bernal fue una de las voces más fuertes en los medios de comunicaci­ón para defender la gestión del entonces ministro de Planificac­ión Federal, Julio De Vido, incluso cuando recibía acusacione­s por irregulari­dades en la compra de gas en el exterior. Ahora hace un año que no habla con el ex funcionari­o, que se ha vuelto en un férreo crítico del Gobierno a través de su cuenta de Twitter.

En tanto, uno de los libros que revisa los problemas de la gestión económica de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner es “Los tres kirchneris­mos”, donde se señala entre otros problemas los graves inconvenie­ntes que generó en materia de balanza comercial y de mercado cambiario la política de energía barata y subsidios generaliza­dos a los servicios públicos sin contemplar el poder adquisitiv­o de la población. Su autor es Matías Kulfas, el ministro de Desarrollo Productivo.

—¿Lo leíste?

—No.

—¿Considerás que la política energética del kirchneris­mo, con tarifas congeladas y más importacio­n, fue un talón de Aquiles del gobierno de Cristina Kirchner? ¿Cuál es tu balance?

—A mí me gusta hablar de la energía no como una cuestión de macro o de balanza comercial. Porque la energía y los servicios públicos de la energía no están hechos para contribuir al superávit de la balanza comercial, no es objetivo de la política energética que el déficit fiscal sea el menor posible o que haya superávit fiscal, por aporte de la energía. El objetivo de un sistema energético es que la gente tenga energía. En la mayoría de los países desarrolla­dos del mundo la producción no les alcanza e importan energía. Que hayan aumentado las importacio­nes de combustibl­e no es un síntoma de un sistema que no funciona. Porque un buen sistema energético es aquel en el que la población tiene energía, de forma continua, accesible, que la pueda pagar y que esa demanda crezca, independie­ntemente de lo que ocurra con la balanza comercial. Mejor si la energía contribuye a que la balanza sea superavita­ria, pero no es el fin del sistema ése. Yo no lo tengo como una preocupaci­ón.

—¿No?

—No pasa por ahí la cosa. China, Japón, Australia, Canadá, son importador­es netos de energía y no tienen una crisis. Se importa para que haya energía accesible y servicios públicos accesibles. Durante el kirchneris­mo lo que pasó con las importacio­nes de gas en parte puede ser atribuible a una caída de la producción que debería haberse agarrado a tiempo. ¿Pero qué pasa si yo te sumo todo lo que se exportó de gas desde mediados de la década del 90 y no debería haberse exportado. ¿Qué pasa si te digo que todos los pinchazos que se hicieron para aumentar la producción de gas en la plataforma continenta­l con destino a la exportació­n depredaban los yacimiento­s? ¿Qué pasa si ese gas en vez de exportarlo se hubiera hecho una explotació­n seria y responsabl­e en función de las necesidade­s internas? La importació­n no hubiese sido la que fue.

—¿No hubo un error en ese período porque no se dio incentivos para mejorar la producción y se consumiero­n las reservas energética­s?

—Miro todo el periodo de 2003 a 2015 y en 2015 la producción de petróleo se termina estabiliza­ndo, la producción de gas termina creciendo 3,4% y el déficit energético cayendo desde 2014. La producción de gas revirtiend­o desde el lanzamient­o del plan gas. Cuando se analiza ese período hay mucha politizaci­ón. Además, entre 2003 y 2015, a pesar de que las importacio­nes crecieron, el servicio público se expandió como nunca en su historia, se incorporar­on 8 millones de usuarios a los servicios y las redes de gas y electricid­ad crecieron como nunca en su historia. Y el consumo siguió creciendo. Las naciones que más energía per cápita consumen son las más desarrolla­das. Son datos objetivos que el propio Macri publicaba.

—Con los subsidios, durante el kirchneris­mo hubo gente que climatizó las piletas en barrios cerrados. ¿Qué pensas?

—Se podría haber corregido y se podría haber una política de subsidios más dirigida y segmentada, pero no nos olvidemos que las veces en que el segundo gobierno de Cristina Kirchner quiso aplicar una segmentaci­ón por ingresos de subsidios aparecían las tapas de los diarios sobre el “tarifazo”. Y en dos oportunida­des se abrió un registro para renunciar a los subsidios y no se bajaba nadie. ■

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BIOQUÍMICO. Bernal era defensor de la gestión del ex ministro de Planificac­ión, Julio de Vido. Hace un año que no habla con él.
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PRESIDENCI­A PRESIDENTE. Pidió que la energía sea un derecho social.

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