TRAGEDIA Y COMEDIA
Todo tendría sentido si no existiera la muerte (estrenada en 2017 en el Centro Cultural Rojas) y La vida extraordinaria, ambas obras de Mariano Tenconi Blanco donde ha actuado Lorena Vega, junto con Imprenteros comparten un difícil equilibrio entre el dolor y la risa. Muertes y diversas formas de la violencia aparecen en los tres casos, a la vez que celebran una actitud vital. La intérprete reflexiona sobre esto: “Hay un tejido interno en la puesta, en la combinación de los materiales. La percepción no tiene ruido ni sobresaltos; hay algo que corre, como los discos de vinilo que no están rayados. En cada material, yo trabajo el tono, qué nota tiene que sonar; es como afinar el instrumento. En lo personal, tengo un vínculo muy grande con el humor; es la forma en que miro las cosas”. Y agrega: “Hago una lectura de los acontecimientos, un recorte con el cual, aun en la tragedia, en el dolor, en las profundas crisis de estos relatos, uno los puede habitar, porque todo eso es parte, no es algo a rechazar. Lo es en la vida, lo entiendo así. Los acontecimientos son parte de la vida y por algo están, y algo de eso se traduce en la escena. Las crisis nos traen información de lo que somos y nos está pasando. Las recibo como una parte que no es extranjera, no queda afuera, sino incorporada. En Todo tendría sentido… hay un humor desopilante. Me siento muy afín con la comedia dramática, con el enredo, con la comedia de puertas. Es un humor que mamamos mucho en nuestro país, con programas de humor en la tele que tengo como inspiración”.