Perfil (Sabado)

La pandemia en tiempos de humor y comedia

- CAMILO NICOLÁS*

Si hay algo que caracteriz­a al argentino, es la alegría y la diversión; muchos sostienen que es propiedad del país vecino carnavaler­o. Pero no. No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que el argentino siempre se las ingenia para levantar la cabeza, tragar saliva y reír. Ejemplos tenemos de sobra; desde el 1 a 1, las Lecop, la inflación, la hiperinfla­ción, las promesas incumplida­s, la ausencia de sus ídolos. Nos ha pasado de todo, todito, lo que se pueda llegar a imaginar para que un país esconda su sonrisa y chispa.

Al día de hoy es que nos reímos de nosotros y con nosotros: del que se pone el barbijo de hamaca de la papada pensando que le puede esquivar al bicho, del que teniendo el barbijo puesto se lo baja para toser y hablar (que es como si te pusieras un preservati­vo para chapar y te lo sacaras para “culear” –palabra del diccionari­o cordobés, que merece ser escrita, gritada, celebrada y perdonada, siempre–).

Nos reímos de esos negocios que le encontraro­n la vuelta al “gasto” del alcohol en gel. Porque hay dos tipos: el “caro”, que te lo ponés y a los dos segundos, ppff, desaparece, y después está el otro, ese que te lo ponés, y empezas a refregar y es todo viscoso, todo puaaaj, y pensás: “si a esto no lo cortan con Boligoma no se entiende” (ya empezás a mirar a los empleados como diciendo, como quien recuerda un viejo amor de verano permanente: “estuvieron hinchando los huevos con el pote, no me charlen a mí, que esto a los 16 años lo tuve en las manos, y no había pandemia, no había nada”).

Dicen que el humor salva y que las risas curan. Los argentinos no esquivamos ni un solo segundo esas frases. Estamos atravesand­o momentos de mucha incertidum­bre y dudas, como las que nos surgen al momento de entrar a un negocio de ropa.

Esta “nueva anormalida­d” (me rehúso a decirle “nueva normalidad” a no abrazar a mis abuelos, a mis viejos, no ir a la cancha, no tomar del mismo vaso de un amigo y de negarle un beso o abrazo a alguien) que estamos viviendo nos hace dudar al momento de querer entrar: hoy nos recibe un cartel que dice “Capacidad máxima tres personas”, y una mesita improvisad­a de alcohol en gel y del aparatito que mide la calentura del cuerpo. Ahí nos quedamos en la puerta, pensando y meditando, si la capacidad máxima me abarca a mí, a los otros clientes, más ellos y el seguridad, si habrá alguien en el probador. Yo siempre ante la duda me mando al negocio, y espero el reto de alguna empleada: “¡¿no ve que la capacidad máxima del local ya está colmada!?”. Y siempre les devuelvo mi mejor cara de póker, alegando que es mi “primer pandemia, que me disculpen”. Situacione­s confusas si las hay.

Las Navidades del 2020 para comprar los regalos éramos un millón dentro de los locales. Parecían hormiguero­s, todos “a cocochito” para poder comprar el regalo. Se ve que el “bicho” se había vuelto a China a comprar regalos para sus creadores; que tampoco me parece tan mal, son más baratos y si los tuvieran que cambiar, les quedaría más a mano segurament­e.

Lo loco sucedía después de Nochebuena: cuando querías ir a cambiar vos el regalo, el mismo al que entrabas como si nada durante todos los días previos a la llegada del “Niño”, ahí se acercaba nuevamente la vendedora con ínfulas de policía “¡¿No ve que la ‘capacidad máxima’ está colmada!?”. ¡Ah claro! ¿Y ayer qué? Éramos la peregrinac­ión a la Virgen de Lourdes para pagar, y ahora me venís con el distanciam­iento. “Tamos todos locos”. Ahí siempre les sale la sonrisa, y a gastar como Dios manda.

De eso se trata, gente, de mirar siempre el vaso lleno, y no medio vacío; de poner siempre una sonrisa, antes que un gesto puteable. De recibir lo que nos toque con un humor y comedia, de practicar la alegría en serio.

Los veo el sábado 20 de marzo en Paseo La Plaza, en el estreno de mi unipersona­l Es un montón.

*Comediante y actor.

 ?? FOTOS: GZA. PRENSA ANTONELA SANTECCHIA ?? COMEDIA. El córdobes presenta una forma distinta de burlarse de nuestra nueva cotidianid­ad, alterando ciertos lugares comunes en torno a la pandemia y a nuestro día a día en ella. Ha sido un suceso en redes sociales y ahora llega el desafío de un estreno en vivo junto a su fiel audiencia.
FOTOS: GZA. PRENSA ANTONELA SANTECCHIA COMEDIA. El córdobes presenta una forma distinta de burlarse de nuestra nueva cotidianid­ad, alterando ciertos lugares comunes en torno a la pandemia y a nuestro día a día en ella. Ha sido un suceso en redes sociales y ahora llega el desafío de un estreno en vivo junto a su fiel audiencia.
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