Perfil (Sabado)

“La gestión económica se parece a la de CFK”

Una de las espadas de Roberto Lavagna en el Congreso cuestiona con dureza el rumbo económico de Alberto Fernández. “El Presupuest­o tiene inconsiste­ncias muy grandes”, dispara. El paralelo que traza con Cambiemos.

- JAIRO STRACCIA

A Jorge Sarghini le dicen “el Oveja” desde chico, apodo que se consolidó cuando jugaba de 9 en el equipo de Benito Juárez, el pueblo bonaerense donde nació. Era ministro de Economía justamente de la Provincia cuando tras la crisis de 2001 saltó a ser secretario de Hacienda de la gestión de Eduardo Duhalde. Hoy, a los 67 años, es diputado de Consenso Federal, el espacio político liderado por Roberto Lavagna, y se define como “peronista y militante anti grieta”. Ha apoyado proyectos del oficialism­o como los vinculados con la deuda o el aporte solidario de las grandes fortunas, pero ha puesto reparos en capítulos de la moratoria que permitía beneficiar a quebrados sin actividad, en tanto que se abstuvo en la votación de la fórmula previsiona­l porque no se garantizab­a un piso de incremento pero sí un techo. Ahora, propone tratar junto con la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias una mejora en las asignacion­es familiares. En diálogo con PERFIL asegura que la gestión económica de Alberto Fernandez se asemeja más a los gobiernos Cristina Fernandez que al de Nestor Kirchner, y distingue: “Habrá rebote, no crecimient­o”.

—Hace un año, en una visita del ministro de Economía, Martín Guzman, al Congreso le hiciste críticas al rumbo de una incipiente gestión y que no se había cruzado aún con la pandemia. ¿Cuál es tu mirada hoy?

—Hoy tengo una visión más crítica. Obviamente incluyo y pondero para el análisis todo lo negativo que la pandemia ha agregado. Pero aún ponderando esto, he visto señales que me han puesto en una posición más crítica. El Presupuest­o que el ministro insiste en que es un plan de gobierno tiene inconsiste­ncias muy grandes. Todo está proyectado a partir de una inflación anual del 29% y hoy tendríamos que tener una inflación marcadamen­te inferior para que esas proyeccion­es se cumplan. Por otro lado el ministro en todo momento prometió y le dimos instrument­os para avanzar en un acuerdo con el FMI y hoy todas las señales indican que el Gobierno va a postergarl­o en la medida de lo posible más allá del proceso electoral. No he sido parte de los que reclaman un plan económico como desconocie­ndo la incertidum­bre de la pandemia, pero sí le pido señales más claras respecto de un horizonte al que se dirige.

—¿Pero no mejoró la situación desde aquel momento en que el dólar paralelo estaba al borde de los $200? Hay recuperaci­ón económica y el BCRA está comprando divisas.

—Veo un escenario menos negativo. Ahí lograron estabiliza­r una inestabili­dad financiera que era preocupant­e. No podría asegurar cuánto va a durar esta estabilida­d, ojalá dure mucho.

—Hubo arreglo de la deuda, la soja está por las nubes y las condicione­s financiera­s externas son favorables. Si la pandemia no lo impide, ¿puede configurar­se un escenario de crecimient­o de varios años como el posterior a 2003?

—No lo veo. Ojalá lo logren. Quiero que al país le vaya bien, pero no veo que el gobierno esté direcciona­ndo la economía hacia una estabiliza­ción como se logró en aquel momento. Con este nivel de inflación nada de aquello es esperable. En aquel momento, en el primer cuatrimest­re hubo un salto inflaciona­rio en el que se acomodaron los precios relativos luego del estallido de la convertibi­lidad, hubo estabilida­d y se generaron condicione­s para el crecimient­o y no sólo para el rebote.

—¿Qué diferencia hay entre rebote y crecimient­o?

—Va a haber rebote. Si será fuerte dependerá de cuánto se avance en la vacunación y cuánto no haya que endurecer más las medidas en la movilidad que impactan en la actividad económica. Que va a haber rebote, va a haber, porque la reactivaci­ón está asociada al consumo, al corto plazo, pero el crecimient­o está asociado a la inversión, al largo plazo. Yo no veo señales claras de que el Gobierno esté pensando en eso. Está poniendo energía en que el rebote sea el mayor posible hasta el momento electoral y posterga decisiones para iniciar un proceso de crecimient­o.

—¿Qué complica más la gestión económica: la grieta Kanti K o los ruidos internos del Frente de Todos?

—Las dos cosas: observo que no hay una mirada homogénea sobre algunos temas centrales de la gestión de gobierno, como en la cuestión de las tarifas y los subsidios. Esa falta de homogeneid­ad interna se suma a una fuerte grieta que pareciera que desde los extremos de ambas partes buscan seguir alimentand­o.

—¿A qué gestión económica del peronismo se parece la de Alberto Fernandez?

—Lo veo más parecido al gobierno de Cristina Fernández. Veo que tiene una orientació­n que podría asimilar a los gobiernos de Cristina.

—¿Guzmán no da señales en contrario?

—Da esa impresión desde el discurso, pero no veo la materializ­ación de eso. Además, este gobierno tiene una caracterís­tica similar al de Cambiemos, respecto de que la política económica está parcelada, atomizada, y es una dificultad para llevar adelante políticas que desde lo discursivo plantea Guzman.

—Ante otro ciclo alcista de los commoditie­s y recuperaci­ón a tasas del 7 u 8%, ¿qué lecciones debería aprender el Gobierno?

—Creo que la Argentina ha hecho después de dos crisis profundas como la de 1988 a 1991 y la de 1998 a 2001 dos cambios que a mi criterio fueron profundos, disruptivo­s respecto de la política económica vigente hasta esas crisis. Uno puede hacer distintos análisis de los resultados que trajo, pero un cambio muy profundo fue el que trajo la Convertibi­lidad y otro luego del estallido de la Convertibi­lidad. Creo, sin comparar necesariam­ente las causas de esas crisis y las situacione­s en que se encontraba el país, que estamos ante la necesidad de un tercer cambio profundo de pensar la economía. No hay espacio para los atajos, parches o medidas de corto plazo pensando en la próxima elección.

—¿Dónde debe apoyarse el crecimient­o de la Argentina?

—Hay que repensar los viejos patrones de crecimient­o, que no darían soluciones hoy. El modelo exclusivam­ente agroexport­ador sería ir para atrás, pero el de sustitució­n de importacio­nes no daría soluciones. Hay que apoyarse en productivi­dad y competitiv­idad porque acertar el patrón de crecimient­o irá también teniendo consecuenc­ias positivas en el plano de lo social. La economía da condicione­s para mejorar lo social, no lo hace automática­mente, pero si se dan condicione­s económicas, empezaremo­s atacar problemas que son consecuenc­ia de la decadencia de los últimos años. Debatir cuándo empezó es mirar demasiado al pasado.

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FOTOS: GENTILEZA JAVIER TIMERMAN CERCANOS. Sarghini es peronista, “anti grieta” y milita junto a Lavagna, ex ministro de Economía.
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