Más complicaciones para el acuerdo Mercosur-ue
La Defensora del Pueblo de la Unión Europea avaló la queja de cinco ONGS que criticaron que no haya completado un estudio de impacto ambiental del tratado antes de que se firmara. Francia y Alemana ya adelantaron sus dudas sobre el tema.
La defensora del pueblo de la Unión Europea (UE), Emily O’reilly, apoyó este ayer la posición de cinco ONGS que criticaron a la Comisión Europea por no haber publicado a tiempo un informe sobre el impacto ambiental del acuerdo comercial entre el bloque y Mercosur.
La UE proyecta sus valores a través de sus acuerdos comerciales. Cerrar un acuerdo comercial antes de una evaluación completa de su impacto potencial corre el riesgo de socavar esos valores y la capacidad del público para debatir los beneficios del acuerdo , señaló la funcionaria irlandesa, al fin de una investigación abierta en julio pasado.
También se corre el riesgo de debilitar la capacidad de los parlamentos europeos y nacionales para debatir plenamente el acuerdo comercial , añadió, y pidió que dichas evaluaciones se completen antes de cualquier acuerdo final durante las próximas negociaciones comerciales.
Las entidades no gubernamentales Clientearth, Fern, Veblen Institute, The Nicolas Hulot Foundation y la International Federation for Human Rights exigieron conocer el impacto del acuerdo sobre los planes económicos, sociales y medioambientales.
No finalizar la evaluación de este acuerdo expone a la UE a críticas sobre que no se toma en serio todas las preocugenerado paciones planteadas , subrayó la defensora del pueblo.
Concluido en junio de 2019 luego de veinte años de negociaciones, el acuerdo comercial de la UE con el bloque formado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay ha una ola de críticas europeas, particularmente del sector agrícola y ambientalistas.
Negociado por la Comisión Europea en nombre de los países de la UE, el tratado no será ratificado definitivamente hasta que haya sido aprobado por los parlamentos de todos los Estados miembros.
Sin embargo, varios países –como Francia y Alemania– se han mostrado reacios a la ratificación, alegando fundamentalmente dudas sobre el compromiso de Brasil en la defensa del medioambiente, especialmente tras los incendios en la Amazonía y a la política ambiental permisiva con la explotación de recursos en esa región del presidente Jair Bolsonaro.
Para desbloquear la ratificación, la UE sugirió en enero una declaración conjunta complementaria sobre compromisos con el desarrollo sostenible, incluida la reducción de la deforestación en la Amazonía. ■