“Soy enemigo de la indiferencia”
Su nuevo hit satura, de la mejor forma
posible: El fenómeno del mambo, el adelanto de su nuevo disco, lo tiene pintado de Cynar y tropical, con una potencia que parece haber, sin errores, multiprocesado los ritmos de su Córdoba natal. Juan Ingaramo es quien canta, y su alteración sentida a lo tropical llama la atención: “Sinceramente y no es para hacerme el raro, me cuesta. Dentro de mi espíritu conviven muchos ritmos, desde el rock a la salsa, la cumbia... creo que en pop puede convivir todo eso. No sé tampoco hoy en día cómo se define la música. Postglobalización todo se mezcla bastante, los géneros se mezclan bastante. El gen de mi obra es más intuitivo que tradicional. A veces hay que definirla, pero eso te lo dejo a vos”.
¿De dónde sale eso que logra Ingaramo? “Las influencias que veo en mi trabajo. Me cuesta definirlas, están formadas por mi soundtrack del pasado, por mi infancia, por mi juventud, lo de hoy. Y sobre todo por lo que considero que puede ser un espacio nuevo, un sonido nuevo, lo que sería el futuro. No tengo una música en particular que influencia, es muy al modo de hoy, esa cosa de la playlist, no generar choque, ser orgánico. En ese sentido, a la hora de la música tropical, creo que aparece sí o sí el cuarteto, el tropical, el post años 90, que ya recibió la inmigración dominicana y se mezcló con la cosa europea. La cuestión de Miami Sound Machine, la salsa”.
Ahora es un suceso, y suena distinto, feliz, consciente de todo lo que pueden implicar los estereotipos de lo tropical y desarticulándolos: “¿Viste que dicen que uno canta lo que es? No me cuesta eludir los prejuicios para la música tropical, porque no lo siento ni lo soy. Estamos en un país machista, con cifras grandes de femicidio, y aun así siento que tenemos diferencias, por ejemplo, sin pensar del reggaetón más duro. Eso se lo debemos al trabajo de las mujeres intentando cambiar esa realidad y mostrarnos que no está mal de todo eso. Lo que quiero lograr nace de la intuición. No entra la razón. La razón entra una vez que esa obra ya está hecha. Soy enemigo de la indiferencia. Lo que quiero es que lo escuche todo aquel que lo pueda disfrutar. Que pueda recibirlo y que le pueda generar algo. Ahora está todo esto de los haters, de los lovers, y tengo que ser sincero: si genera algo, fantástico”.