LAS FAKE NEWS
Aquí estoy yo de nuevo, dispuestos a brindarles la posta de la posta de la posta, porque si hay algo que tengo claro es que estos tiempos merecen opiniones equilibradas e inestables, como para entender realmente lo que pasa. Hoy quiero referirme a ese fenómeno que inunda los medios y los costados: las denominadas fake news. Algunos aseguran que son creadas por gente mal intencionada, otros que son paranoias y también, fantasías o especulaciones. Pues bien, ni lo uno ni lo otro ni lo otro ni lo otro tampoco. Aunque algo de eso hay. Uno puede tomar un ejemplo reciente: Donald Trump afirmando que las elecciones que lo hicieron despedirse sin indemnización del poder fueron fraudulentas. ¿Qué podemos decir al respecto? En principio, que el multimillonario norteamericano no es un recién nacido, tiene experiencia como para no dejarse engañar ni entrampar por mecanismos electorales justos y probados. Y es que lo de Trump fue insólito: su convocatoria a una manifestación al Congreso fue de una irresponsable responsabilidad, una locura lógica frente al valiente temor de que sucediera un fraude honesto. Y así, el hombre de la cabeza color amarillo Tweety se fue del poder teniendo razón, aunque pareciera haberla perdido hace mucho. Y si todos tenemos la certeza de que todo tiene que ver con todo a pesar de que haya infinitas excepciones, a modo de conclusión digamos: con las fake news, alguien se beneficia y alguien se perjudica. O no, claro.