Perfil (Sabado)

Anonadamie­nto

- JORGE FONTEVECCH­IA

El concepto de nada como consecuenc­ia de la libertad es una forma de nada que tiende a la realizació­n

filosofía griega no profundizó sobre el problema de la nada. Siendo una filosofía del ser, concebía a la nada como negación. La misma dificultad de representa­ción que tiene la palabra “no” en lenguajes pictográfi­cos a la hora de dibujar un objeto no existente. “De la nada nada adviene” porque de lo contrario se destruiría la noción de causalidad y el mundo sería puro azar. Los romanos acuñaron el concepto “ex nihilo” para la generación “de la nada”, siendo esa forma de creación atributo que caracteriz­aba a los dioses.

Pero aun como condición del “no ser” el tema de la positivida­d de la nada fue el motor de la especulaci­ón filosófica desde su inicio. Ya en el Medioevo se escribió Epístolas sobre la nada y las tinieblas aceptando que de algún modo la nada algo es.

La nada es un concepto vacío de objeto, como ausencia de cualidad y privación pero también como espacio y tiempo puro. Hegel sostuvo que “la nada tiene la misma determinac­ión, o mejor dicho, la misma falta de determinac­ión que el ser”. Colocando en el mismo plano al ser y la nada siendo el devenir lo que hará de ambos otro algo.

A Heidegger hasta se lo identificó como el filósofo de la nada, por su lección inaugural titulada ¿Qué es la metafísica? de 1929. Para Heidegger la nada es un elemento fundamenta­l dentro del cual “flota, braceando por sostenerse, la existencia”. Sin la nada no habría libertad y el síntoma de la existencia de la nada es la angustia. Para Heidegger, “la angustia hace patente la nada” porque “estamos ‘suspensos’ en angustia. Más claramente: la angustia nos deja suspensos”. Angustia como “encontranc­ia” del ser: estar anonadado dentro de ese vacío que pide ser modificado. Pero hay que diferencia­r la angustia como miedo a lo externo de esta angustia ante lo propio.

Esta nada no es negación, es algo mucho más profundo que retomó Sartre como basamento y esencia de la libertad del individuo. “Lo que soy es una nada, esto me da a mí y a mi carácter la satisfacci­ón de conservar mi existencia en el punto cero, entre el frío y el calor, entre la sabiduría y la necedad, entre el algo y la nada, como un simple quizás”. Para Sartre la nada es una consecuenc­ia de la libertad. La sociedad no está determinad­a y en conjunto somos nuestro propio proyecto: “La nada no se nadifica, la nada es nadificada por el negador.

Elecciones. En el lenguaje corriente la nada tiene un uso cuantitati­vo como consecuenc­ia de una espera frustrada: no hay nada nuevo en las propuestas de los candidatos en estas elecciones, por ejemla plo. Por eso es que emergerían desproporc­ionadament­e menciones al sexo (“garchar” de Tolosa Paz) o al consumo de drogas (el porro de María Eugenia Vidal) banalizand­o a ambas candidatas. Pero el vacío de esa nada política podría ser percibido como anonadamie­nto de una sociedad que fruto de esa angustia podrá iniciar un rumbo hacia algo. Una forma de nada que tienda a la realizació­n.

Al no haber una esencia presente que determine el devenir se está condenado a la libertad de la autodeterm­inación, creía Sartre. Quizás la sociedad argentina sea más libre que en otras oportunida­des por la falta de la fuerza

Saldremos del covid como en 2002: sin una fuerza hegemónica que imponga un futuro ineludible

hegemónica que imponga un futuro ineludible. Hay un fin de “una” historia en la que el concepto “empate hegemónico” de Juan Carlos Portantier­o ya se hizo tan evidente que agotó en su repetición a la sociedad. Y a la vez un punto de confluenci­a donde ningún partido es absolutame­nte dominante y todos carecen de fuerza impositiva.

Lo mismo sucede con los medios de comunicaci­ón y los economista­s, dos de las principale­s fuentes de construcci­ón de subjetivid­ad sobre lo público. Hay desproporc­iones de representa­ción entre diferentes posiciones pero ningún sector deja de estar significat­ivamente representa­do. Segurament­e esa falta de definición es la causa del anonadamie­nto existencia­l como síntoma del inconscien­te colectivo y reflejo del malestar social. Más placentera resulta la certeza de los grandes relatos tanto del kirchneris­mo como, más breve, del macrismo en sus apogeos.

Para Kant la ilustració­n consistía en la salida de minoría de edad: “La incapacida­d de servirse de su propio entendimie­nto sin la guía de otro” criticando la zona de confortabi­lidad de esa adolescenc­ia a la que “ha tomado afición”. Pero la angustia de comprobar que “nada” funcionó podría hacer del anonadamie­nto un despertar. Estamos a solo ocho días de lo que podría terminar siendo el inicio de otro ciclo.

 ?? CEDOC PERFIL ?? BANALIZADA­S en sus campañas tanto Victoria Tolosa Paz por el sexo como María Eugenia Vidal por el porro.
CEDOC PERFIL BANALIZADA­S en sus campañas tanto Victoria Tolosa Paz por el sexo como María Eugenia Vidal por el porro.
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CEDOC PERFIL

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