El llamado de Domínguez a CFK que originó el reencuentro
La invitación no salió de la Casa Rosada. No fueron ni Alberto Fernández ni Julio Vitobello, encargado de los asuntos protocolares. La idea de que Cristina Kirchner llegara por tercera vez en 22 meses a Balcarce 50 fue del ministro de Agricultura, Julián Domínguez. Y con su invitación, logró el reencuentro de la fórmula presidencial después de la fuerte crisis interna que protagonizaron.
Se vieron por última vez el martes 14 de septiembre. Fue la vicepresidenta la que develó los detalles de aquella charla en la que discutieron por el nuevo rumbo del Gobierno. Después llegó la ola de cartas de renuncias a disposición de los funcionarios kirchneristas y la misiva de Cristina Kirchner que precipitó y obligó a hacer cambios. Hubo una conversación más: fue telefónica y para acordar los nuevos nombres del gabinete en las horas previas al 20 de septiembre, día que asumieron.
El día del acto, que sirvió para que se volvieran a ver cara a cara, lo eligió la vicepresidenta ya que le pidió al ministro que fuese el jueves, para poder participar. Cristina Kirchner encontró en esta actividad una manera de mostrar que la crisis interna comienza a saldarse, aunque sea hasta el 14 de noviembre.
Después de la elección de 2015 en la que perdió la interna a gobernador bonaerense contra Aníbal Fernández, Domínguez se alejó pero nunca rompió. Supo mantener el vínculo con la ex jefa de Estado, lo que lo llevó a estar siempre en la lista de posibles funcionarios cada vez que se habló de cambios de gabinete.
Fueron varias las veces que Domínguez y Cristina Kirchner se reunieron antes de que este 20 de septiembre asumiera como ministro de Agricultura. El hombre de Chacabuco incluso auspició de mediador entre la vicepresidenta y algunos gremialistas como Ricardo Pignanelli, secretario general de Smata. En ese entonces, nadie creía que en 2019 el peronismo podía volver al poder.
Pignanelli fue quien reconcilió a Domínguez y al también recién asumido Aníbal Fernández. El ministro de Seguridad fue quien contó que dos meses atrás saldaron las diferencias en un almuerzo. La pelea por la gobernación había llegado al punto que Domínguez acusó a Fernández hasta de fraude. “Hubo cosas de las elecciones que no se pudieron explicar. No coincidían las actas y miles de cosas más”, aseguraba en aquel entonces. Todo quedó atrás.