Alberto y Cristina, una convivencia por conveniencia hacia el 14N
El Presidente y la vicepresidenta ya no disimulan las diferencias. CFK reunió a sus legisladores y les pidió hacer el esfuerzo para sumar votos y dijo que ganaron “los que se radicalizaron”.
Cuando Alberto Fernández terminó de repasar el discurso que daría durante el anuncio para el campo, Cristina Kirchner se acercaba al despacho presidencial. Ambos se reencontraron en el pasillo del primer piso de la Casa Rosada, se saludaron con frialdad y se tomaron el ascensor que los llevó al subsuelo. Lo que pasó ahí adentro durante los pocos minutos que estuvieron solos lo saben ellos dos, pero cuando las puertas se abrieron ambos estaban en silencio. Ayudaron a distender el momento Juan Manzur y Julián Domínguez, quienes los esperaban para iniciar el acto.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner mantienen y mantendrán una convivencia por conveniencia. El jueves 16 de septiembre fue la última vez que el Presidente vio posible una ruptura con quien lo eligió como candidato en 2019 pero esa idea quedó atrás cuando la vicepresidenta hizo pública la pelea. Alberto Fernández se sentó a negociar y el resto es historia conocida.
¿Cómo seguirán ahora? Ya ninguno necesita disimular. Convivirán y gestionarán porque ni el Presidente ni la vicepresidenta están dispuestos a perder. El objetivo de ambos es recuperar votos en la elección del 14 de noviembre.
La vicepresidenta reunió el jueves al bloque de senadores. Fue la primera vez que muchos dirigentes la escucharon hacer un análisis electoral. Cristina Kirchner hizo una especie de arenga asegurando que “no es fácil dar vuelta el resultado pero hay que hacer el esfuerzo”. El análisis de la derrota que hizo la ex jefa de Estado tuvo que ver con que en esta elección “ganaron todos los que se radicalizaron” y detalló que el Frente de Todos los hizo quedar en el medio, en un “no lugar” que los terminó perjudicando. Quienes la escucharon aseguran que el planteo no tuvo que ver con tomar una postura más dura, sino con un relato de lo que pasó en las PASO.
Ningún sector de la alianza garantiza lo que pueda pasar después de los comicios generales. “Esto no se arregla si se pierde pero tampoco si se achica la diferencia ni se gana la elección”, dicen desde la intimidad presidencial. Alberto Fernández sabe hacer equilibrio. Lo hizo durante los 22 meses de su gestión, cuando se sentía tironeado de un lado y del otro. Lo seguirá haciendo. El diálogo con la vicepresidenta será aún menos habitual pero, más que nunca, funcionarán los intermediarios.
Durante los últimos días, Fernández demostró que puede convivir con Eduardo “Wado” De Pedro y Máximo Kirchner, aunque el albertismo los identifica como los principales ejecutores de las maniobras contra él.
Hay discusiones que no podrá dar, como la del Presupuesto 2022, que ahora discutirán en el Congreso. Allí confía en que Sergio Massa pueda mediar ante un kirchnerismo que ya anuncia que le discutirá a Martín Guzmán todos los números. El ministro de Economía defenderá algunos números pero sabe que la palea está perdida. Su lugar en el gabinete no solo depende de la negociación con el Fondo Monetario Internacional. También tiene que ver con la vicepresidenta, quien por ahora le aseguró que no va contra él.