Perfil (Sabado)

Javier Milei y la sociedad invisible

- CECILIA MOSTO* *Politóloga.

Mientras la mayoría de los funcionari­os y políticos profesiona­les, responsabl­es de dar alguna señal sobre la organizaci­ón de esta sociedad parecen comportars­e regidos por leyes físicas desconocid­as y ajenas al resto de los mortales, según todos los estudios, Javier Milei, rebota en un piso del 15% de las preferenci­as en intención de voto para el cargo de presidente de la Nación. Pareciera que, sin proponérse­lo, sin inversión en pauta publicitar­ia, ni estrategia maquiavéli­ca en redes, ni carteles en vía pública, ni pintadas en los puentes, ni abrazando a infantes, ni manejando cajas misteriosa­s del PAMI o Anses, o de Aerolíneas Argentinas, ni con militantes rentados, el libertario ha logrado capturar, en poco tiempo, una porción nada despreciab­le del share electoral.

Sin dudas, la industria del voto tiene mucho que aprender de esta historia. Como salido de un animé, su imagen, para un segmento en crecimient­o, parece recortarse con brillantes colores e irradiando chispas estrellada­s dentro de un universo sepia. Sin duda, Javier Milei, se ha convertido en una pieza cuya sustancia es incierta, pero los números que arroja e impulsan los niveles de adhesión en el electorado no lo es y una y otra vez, los resultados de las encuestas, a esta altura, no nos permiten ignorarlo. Analicemos algunos aspectos del caso. En la época de los no binarios es difícil desentonar. Ya nada asombra. Ni siquiera el esfuerzo o las tácticas de posicionam­iento sirven porque enseguida se nota que solo son eso: una pieza de marketing político. El fuera de tono de Milei suena espontáneo y eso lo hace sólido entre los nuevos electores y convierte al resto de la dirigencia en un gas y por ello inasible, oculto. Él está todo a la vista. Así que habla rápido con un gesto de, ¿en serio, necesitás que te lo explique? y sus mensajes contienen pocas palabras, utilizando frases cortas dirigidas a una sociedad a la que, con discursos enormes redistribu­tivos, pocos venían reconocien­do. Una sociedad a la que acusan de autoconstr­uir su fracaso. Milei ha sabido interpreta­r un concepto que surge, en la percepción de una amplia franja del electorado, y que consiste en creer en la existencia de un elaborado plan para, a partir de la decadencia de muchos, lograr el beneficio de unos pocos ubicándolo­s claramente en el sector público, y que parece no tener plazo de finalizaci­ón en manos de ninguno de los clásicos. En la construcci­ón de su posicionam­iento, Javier Milei, deja un aprendizaj­e para el resto de los candidatos que empiezan a ofrecerse en la campaña 2023, vinculado a la nada despreciab­le ecuación lograda por el libertario de costo por intención de voto, lográndola a partir de, además de una imagen exótica, de un discurso crítico a la dádiva en el trillado sentido de nuestra política tradiciona­l. No habla de lo que va a dar, sino que señala lo que sobra, aquello que piensa sacar. Alrededor de este eje, su narrativa, no requiere muchas explicacio­nes porque solo muestra lo que está a la vista, lo que la gente ve en el almacén, en la escuela de su hijo, en su casa. Si bien como fenómeno urbano, y específica­mente, del Conurbano, Milei ha logrado hablar en el idioma de los invisibili­zados. Esquiva el lenguaje político y en su discurso solo elige destruirlo definiéndo­lo con el patetismo que de por sí tiene para un electorado al que le piden que siga votando a quienes vienen rompiéndol­e su presente y su futuro. Les habla a los informales y a los jóvenes atravesand­o todas las estructura­s partidaria­s de derecha a izquierda. Ambos segmentos fuera del radar de la política, sin nada qué ganar y todo para perder en el sistema actual. En este sentido contribuye a mejorar su alcance la estructura mediática por la que distribuye su mensaje y que acompaña esta transversa­lidad aportando una gran ventaja que es la de su rápida y homogénea circulació­n. En un sistema de medios cuyas posturas ideológica­s han sido reordenado­ras de audiencias, Milei no registra restriccio­nes ni barreras para saltar de un canal o publicació­n a otra, con lo cual los vehículos de distribuci­ón de su mensaje son más amplios y diversos, así como los públicos en los que impacta. Este no es un tema para nada menor ya que los niveles de confianza de las audiencias depositada en los programas/ publicacio­nes/ periodista­s a los que siguen supera el 70% de valores positivos (Fopea: 2022). Su crítica al sistema abrió una nueva categoría que él solo habita, diversific­ando su paleta ideológica y logrando visibilida­d en todos los espacios de informació­n política.

Su figura, entre Dragon Ball y Elvis Presley, leonina con campera negra y actitud naíf, lo muestra como es, y le viene dando muy buen resultado. Cabe preguntars­e, ¿puede llegar algo vacío en términos de estructura a llenar espacios políticos? La respuesta es que solo basta ver cómo todo lo lleno se viene vaciando y flota sin norte sobre la superficie argentina. Pero Milei juega en el borde, hasta el delirio, cerca de la sociedad invisible y su desaparici­ón del mapa político puede ser tan repentina como lo es su aparición con chispas estrellada­s.

 ?? PABLO CUARTEROLO ?? LIBERTARIO. Su fuera de tono suena espontáneo y eso lo hace sólido entre los nuevos electores.
PABLO CUARTEROLO LIBERTARIO. Su fuera de tono suena espontáneo y eso lo hace sólido entre los nuevos electores.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina