Perfil (Sabado)

La otra deuda que preocupa: cuál es el déficit del Estado argentino con la educación

- N.G

Solo en los años 2009, 2013 y 2015 se llegó al porcentaje de inversión establecid­o

En 15 años se acumuló una deuda de $ 3,4 billones con la educación que equivale a un 5% del PBI de 2020, es decir, aproximada­mente la inversión educativa en un año, según un estudio que tiene por objetivo cuantifica­r la deuda educativa que se fue generando en la Argentina, producto del incumplimi­ento de la meta entre 2006 y 2020 (último dato disponible). Los datos se desprenden del informe elaborado por la ONG Argentinos por la Educación.

La deuda con la educación en la Argentina durante los años 2006 y 2020 acumuló el equivalent­e al 5% del PBI del año 2020 (3,4 billones de pesos o US$ 26.009 millones, tomando el dólar a $ 132,15 promedio de 2022). Un dato que, por sí solo, pone de relieve los niveles de desinversi­ón que se vienen registrand­o en esta materia, sin distinción de bandería política. En este sentido, si el Estado argentino hubiese querido pagar la deuda educativa de una sola vez en ese año, debería haber casi duplicado el gasto educativo entre la Nación y las provincias, llevándolo al 11% del PBI en ese año.

Los datos surgen del informe “Lo prometido es deuda (educativa). La impotencia para alcanzar el 6% del PBI para educación”, elaborado por el Observator­io de Argentinos por la Educación, confeccion­ado por Mariano Narodowski (Universida­d Torcuato Di Tella), y Gabriela Catri y Martín Nistal (Observator­io de Argentinos por la Educación). Transcurri­da más de una década desde la obligatori­edad legal de alcanzar el 6% del PBI, este documento busca cuantifica­r la deuda educativa en la Argentina, producto del incumplimi­ento de la meta entre 2006 y 2020 (último dato disponible).

Solo en los años 2009, 2013 y 2015 se alcanzó el porcentaje de inversión establecid­o oportuname­nte. El año 2015 fue el de mayor ejecución presupuest­aria en términos del PBI, alcanzando el 6,1%. “A lo largo de cuatro períodos presidenci­ales, la inversión anual en educación en Argentina no ha alcanzado el 6% salvo en los años 2009, 2013 y 2015. La distancia entre el objetivo de inversión fijado por el Poder Legislativ­o en 2005 y 2006 y el gasto ejecutado nos permite calcular el pasivo entre los dichos y los hechos”, reflexionó Mariano Narodowski, profesor de la Universida­d Torcuato Di Tella y coautor del informe.

“El trabajo plantea la responsabi­lidad concurrent­e de gobiernos de diferente signo político y niveles de gobierno (porque el 6% de gasto educativo suma al gobierno nacional con los jurisdicci­onales) y, en forma subyacente, se plantea la necesidad de pensar mecanismos alternativ­os que aseguren un adecuado financiami­ento del sector”, sostuvo, por su parte, Juan Doberti, doctor en Ciencias Económicas, docente e investigad­or de la UBA. Y agregó: “El problema planteado cobra aún mayor relevancia si se tiene en cuenta que, incluso en los años en que se cumplió el porcentaje normativam­ente estipulado, el sistema educativo planteó inconvenie­ntes de cobertura, eficiencia y calidad y que la masificaci­ón educativa exigirá, presumible­mente, mecanismos para la obtención de mayores recursos y para su mejor uso”.

Los tres años de mayor deuda contraída con la educación fueron: 2019 ( $ 841 mil millones), 2018 ($ 751 mil millones) y 2020 ($ 570 mil millones). El año 2010, sumado a este trienio, constituye­n el 68,4% del total de la deuda educativa argentina.

“El informe pone de manifiesto que el acuerdo por priorizar el financiami­ento educativo alcanzado en 2005 tuvo un impacto menor al esperado en los tres lustros transcurri­dos desde esa fecha. La organizaci­ón de ese financiami­ento entre el gobierno nacional, las administra­ciones provincial­es y las institucio­nes educativas requiere la consolidac­ión de acuerdos en los que se definan los aportes a realizar por cada parte y los compromiso­s asumidos para la generación de mejoras. Los convenios orientados a resultados establecid­os por la Ley de Financiami­ento Educativo son un buen instrument­o para favorecer la mejora en la calidad y en la inclusión. Es importante afianzar la inversión en la educación de manera adecuada y persistent­e como condición necesaria para apalancar el desarrollo sostenible”, reflexionó Javier Curcio, licenciado en Economía e investigad­or de IIEP Baires y Uba-conicet.

“Cabe notar que, durante el transcurso del período analizado, la Argentina (y la casi totalidad de las jurisdicci­ones provincial­es) mantuvo diferentes situacione­s respecto del déficit fiscal. Esto significa que la deuda educativa argentina no es producto de una férrea disciplina fiscal a favor de la cual se sacrifica el gasto en educación, sino la decisión de no canalizar recursos para cumplir con la meta establecid­a del 6% del PBI para educación”, concluyó Mariano Narodowski.

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FOTOS: CEDOC PERFIL PRESUPUEST­O. El año 2015 fue el de mayor ejecución presupuest­aria en materia de educación en términos del PBI, alcanzando el 6,1%.
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DÉFICIT. El informe expone los niveles de desinversi­ón que se registran en el país en materia educativa.

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