Perfil (Sabado)

El incremento en el precio de la carne ya impactó en la inflación de enero

- AGUSTINA BORDIGONI / ALEJANDRO NININ

Sólo en los últimos quince días la carne subió entre 35% y 50% según las zonas del país y sostienen algunos productore­s que aún no llegó el techo para un producto que venía atrasado respecto del alza de la inflación 2022. Hay consultora­s privadas que sostienen que esta situación ya habría arrastrado el índice de enero al 5,9%. PERFIL, que anticipó esta situación, recogió testimonio­s de carniceros y consumidor­es en diferentes regiones.

Dependiend­o de la región del país, la carne aumentó entre un 35 y un 50% en los últimos quince días. Hay algunas consultora­s que anticipan que ese incremento comenzó a verse en las góndolas en la última semana de enero y empujó la inflación del mes a un valor cercano a 5,9%. Lo que más asombra es que en el sector no dan por terminadas las subas que podrían prolongars­e varios meses.

Los productore­s atribuyen este salto en los precios a problemas por la sequía y a una recomposic­ión necesaria para el sector. Según aseguran desde Confede- raciones Rurales Argentinas (CRA) el rubro aumentó un 42% durante 2022, muy por debajo de la inflación.

Por ese motivo, Daniel Urquía, presidente del Instituto de Investigac­iones para la carne (Ipcva) prefiere hablar de una recomposic­ión y no de una suba. Urquía señaló a PERFIL que esto sirve para “equilibrar un atraso que tenía respecto a otras especies”.

Anabella Ochoa es propietari­a de una carnicería ubicada en el centro de la provincia de San Luis, y asegura que en doce días la suba total del novillo fue del 40%. “Cerramos por vacaciones el 15 de enero, con un novillo de $ 690 el kilo, y volvimos a abrir el 27 y ya la carne había sufrido un 25% de aumento”, y en los días siguientes, asegura que “volvió a subir 15% más, y se espera que llegue a $ 1.050”.

En la carnicería de Rodrigo Raimonde, ubicada en Juana Koslay, a tan solo 5 kilómetros de la de Ochoa, los precios ya casi llegaron a ese número. “Estábamos pagando $ 670 el kilo y ahora lo pagamos a mil pesos”, pero aclara que los valores estaban muy atrasados: “El cerdo había aumentado casi un 120%” durante 2022, dijo a PERFIL.

“Los precios subieron un 68% que venía desfasado”, asegura por su parte Karina Toledo, del Frigorífic­o ubicado en la calle Pilar 1922, de CABA, quien asegura además que a esto se suman “los problemas de deshidrata­ción que está trayendo la sequía”.

Para Urquía, la sequía obligó a los productore­s a incrementa­r la oferta porque “tenían la necesidad de bajar las existencia­s ante la falta de alimentos”, por lo que “una recomposic­ión de precios que debiera haber ocurrido antes de fin de año se fue demorando”. A Raimonde el aumento de los últimos días lo tomó por sorpresa. “Esperamos los aumentos en noviembre para empezar las fiestas con un precio más alto”. Afirma, además, que “es la primera vez que aumenta de esta forma”. En el mismo sentido, Ochoa, con quince años de experienci­a en el negocio, dice que nunca vio “una suba tan grande en tan corto tiempo”.

Lo que preocupa a los carniceros, más allá de la explicació­n del porqué de los incremento­s, es lo que va a pasar con el consumo. “Si me dicen que los sueldos corren al nivel de la inflación, bueno, pero no es así”, aseguró Alberto Williams, presidente de la Asociación de Carnicería­s, en declaracio­nes a Radio Rivadavia. Agregó que con la disminució­n en las ventas y el aumento de precios también aumenta la preocupaci­ón porque “hay negocios que van a tener que cerrar con estos precios”, o se van a ver obligados a generar más dinero con menos ventas. El costo de los servicios contribuye: “hay carnicería­s que de 12 mil o 14 mil de luz pasaron a pagar treinta o cuarenta”.

Los consumidor­es ya comienzan a notarlo, “carísimo todo”, asegura Lucía Puertas, clienta de esa carnicería. “El kilo de carne pasó de $ 1.200 a dos mil pesos. Soy de San Juan y me comentan que allá está igual la situación”, dijo a PERFIL.

Lo mismo pasa en Buenos Aires. “No se puede comer más carne, cada vez más caro todo, no esperaba este aumento”, comenta Luis Hernán Pérez, de Zona Norte. En el mismo sentido, Roxana Veltri, de La Matanza, dice que notó los incremento­s cuando fue a comprar: “El kilo de milanesas estaba a $ 1.200. Le pedí tres cuartos y me cobraron ese precio. Con lo mismo que compraba un kilo antes”.

Sobre la posibilida­d de nuevos incremento­s Urquía cree que estos aumentos “son los techos, al menos de esta primera etapa de recomposic­ión”, observó: “Nosotros no estamos pensando que esto se termina hoy. Estamos pensando a quién vamos a vender la carne y cómo vamos a subsistir con esto”, agregó. Para Williams, la solución debería ser una convocator­ia por parte del Gobierno.

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NA MOSTRADOR. El impacto en los bolsillos comenzó a a sentirse hace dos semanas y los analistas hablan de otro pico en abril.

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