“Es una obra que trabaja muchas capas”
El Teatro Colón presenta en La Rural la apertura de su temporada: Resurrección, su saludo y homenaje a los 40 años de la recuperación de la democracia.
“Por la connotación que tiene es por eso que elegimos La Rural.”
El director general y artístico del Teatro Colón, Jorge Telerman, destaca muchas cosas de la apertura de la nueva temporada del mítico epicentro cultural argentino. “La ví en agosto, y tres meses después la estaba anunciando”, dice Telerman, dando cuenta de las ayudas, la voluntad y el esfuerzo que lleva la puesta de Resurrección, de Gustav Mahler, que podrá verse en La Rural desde el martes 7 al 9 de marzo con puesta en escena de Romeo Castellucci y dirección musical de Charles Dutoit. Es la primera vez que la puesta que requiere una logística fuera la norma se ve lejos de Francia (donde Telerman la vio en el Festival de Aix-en-provence, que hoy coproduce esta puesta). Dirá Telerman: “Estoy muy entusiasmado y muy estimulado, porque Resurrección es una obra que trabaja en tantas capas, y armoniza tan bien con las líneas rectoras y centrales de la impronta que quiero desplegar en esta gestión y en esta temporada.”
—La pregunta es simple pero obligada: ¿por qué salir a otro espacio con la apertura de la temporada?
—Por un lado, estábamos buscando, desde el Colón, que es la institución artística pública por excelencia no solamente de la ciudad de Buenos Aires de qué manera homenajeamos y saludamos los 40 años de la recuperación de la democracia en Argentina. Queríamos hacerlo, por supuesto, con una actividad importante.por el otro lado, de qué forma el Colón, de una manera muy fuerte, saliendo extra muros, podía representar con su propia política artística, manteniendo los contenidos que produce, y poniéndolos en escena en un espacio no tradicional. De esas dos cosas que tenía en mente, todo se encauza cuando tuve la dicha de ver en el Festival de Aix-en-provence, Resurrección. Además de la emoción que nos inundó a los presentes (y que permitió comprobar lo universal de la obra), estaba el impacto, lo deslumbrante, y entendiendo que era una obra universal, una de las mejores de Mahler (que es decir una de las bellas de la humanidad) y viendo la puesta de Castellucci que sintetiza tan concretamente el espíritu de resurrección, fue muy fácil la decisión. Se podía ver como la vida se impone y puede nacer en medio de la devastación: era la mejor obra para homenajear a la democracia, a su recuperación, destacando que con el trabajo de los justos se recuperan las buenas cosas, que es eso lo que puede revertir las malas decisiones que la sociedad toma. Sin duda, la obra lleva a reflexiones sobre nuestra propia historia, sin importar de donde seamos: una reflexión no solo melancólica, sino sobre la capacidad de rehacerse.
— Más allá de la logística ¿cómo ves el hacerlo en un espacio tan connotado como La Rural?
—Efectivamente es una obra muy complicada, entonces un poco una parte responde a la otra. Pocos lugares en la ciudad se prestaban. Hablando con Castellucci, queríamos un lugar muy connotado. El lugar tenía que ser amplio y cerrado, entonces las opciones son muy pocas. En el Luna Park no se puede hacer, por ejemplo, ya que tiene que permitir la entrada de autos. Pero además de eso, por eso mismo, por lo connotado, es que se eligió la Rural, desde la Feria del Libro a las pasiones políticas, ahí está todo, ahí sucede lo que a algunos les gusta y lo que algunos odian. También algunas cosas que todos amamos. Esa es la reflexión que me interesa: como episodios artísticos como este, aunque sucede con el arte en general y el arte político en particular, tienen la capacidad de amalgama, que te permite convocar a un público que se emocione más allá de sus posturas políticas, sociales, filosóficas. Como cuando lo artístico sucede, rompe esas separaciones que tenemos en nuestra vida. Sin duda, habrá momentos acongojantes viendo Resurrección. No me cabe la menor duda que personas que están sentadas azarosamente se van a emocionar en los mismos momentos.