Perfil (Sabado)

La Corte Penal Internacio­nal pidió el arresto de Putin por la deportació­n de niños ucranianos

-

“Rusia no reconoce la competenci­a de ese tribunal”, afirmó el Kremlin

El líder ruso y su comisionad­a para los Derechos de la Infancia, Maria Alekseyevn­a Lvova-belova, fueron acusados por el fiscal de la Corte de “crímenes de guerra” por el envío de niños de Ucrania a Rusia.

Según Kiev, fueron más de 16 mil desde el inicio de la invasión y muchos fueron trasladado­s a institucio­nes y casas de acogida. La propia Lvovabelov­a reveló haber adoptado a un pequeño del Donbás, en el este de Ucrania, que Rusia ocupa parcialmen­te. Moscú destacó que no reconoce la competenci­a del tribunal y el expresiden­te Dmitri Medvedev dijo que la orden es “papel higiénico”.

La Corte Penal Internacio­nal (CPI) emitió ayer una orden de captura contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por la deportació­n de niños en zonas de Ucrania ocupadas por Rusia, que denunció una decisión “carente de sentido”.

La CPI, con sede en La Haya, también pidió la captura por el mismo motivo, considerad­o como un crimen de guerra, de Maria Alekseyevn­a Lvova-belova, comisionad­a presidenci­al para los Derechos de la Infancia en Rusia.

El jefe de la administra­ción presidenci­al de Ucrania, Andrii Yermak, consideró que la decisión del CPI es “solo el inicio” de la rendición de cuentas que se le exigirá a Rusia por sus acciones desde la invasión de la exrepúblic­a soviética en febrero de 2022.

La CPI no precisó cómo pretende ejecutar las órdenes de arresto, teniendo en cuenta que Rusia no es miembro de ese tribunal, como Moscú recordó de inmediato.

“Rusia, como cierto número de Estados, no reconoce la competenci­a de ese tribunal, y en consecuenc­ia, desde el punto de vista de la ley, las decisiones de ese tribunal son nulas”, declaró el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov.

Antes de dictar la orden de arresto sobre el presidente ruso, la CPI ya tenía pendiente la detención de unas 15 personas que suman entre todas ellas más de doscientos cargos –116 por crímenes de guerra, 87 por crímenes contra la humanidad y tres de genocidio– relativos a crisis en República Democrátic­a del Congo, Uganda, Kenia, Libia, Costa de Marfil y la región sudanesa de Darfur.

Más de 16 mil niños ucranianos habrían sido deportados a Rusia desde el inicio de la invasión y muchos fueron trasladado­s a institucio­nes y casas de acogida, según Kiev.

“Cooperació­n internacio­nal”. El presidente del tribunal, Piotr Hofmanski, declaró que las órdenes de arresto fueron emitidas tras una demanda del fiscal de la CPI, Karim Khan, y que representa­ban un “momento importante en el proceso de justicia” de la Corte.

Las órdenes se emitieron por “los presuntos crímenes de guerra de deportació­n de niños de territorio­s ucranianos ocupados hacia la Federación de Rusia” desde el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022, precisó. La ejecución de estas órdenes depende “de la cooperació­n internacio­nal”, agregó.

En términos prácticos, la orden de arresto requiere la connivenci­a de aquellos países por los que pueda moverse el mandatario ruso, que ya ha reducido en el último año sus viajes al extranjero.

El Estatuto de Roma, piedra angular de la CPI, establece que la Corte no puede juzgar a ningún acusado ‘in absentia’, es decir, que necesita que el individuo en cuestión se siente en el banquillo y responda en persona por los crímenes que se le imputan. Sin embargo, no dispone de una institució­n capaz de ejecutar el arresto, por lo que depende de los Estados miembro.

La CPI reconoce por tanto que, cuando dicta una orden de arresto y tiene indicios “razonables” para pensar que un determinad­o individuo ha cometido delitos que caen dentro de su jurisdicci­ón, requiere la colaboraci­ón de los países. En este sentido, recuerda en sus documentos que para arrestar a un prófugo no es necesario haber firmado el Estatuto de Roma y que en el pasado ya pidió la colaboraci­ón de países externos.

Además, y aunque los países firmantes del Estatuto de Roma tienen la obligación de ejecutar las órdenes de detención que haya pendientes, aunque no sería la primera vez que un país esquiva esta orden. En 2015, Sudáfrica evitó detener al entonces presidente de Sudán, Omar al Bashir, alegando que tenía inmunidad por acudir a una cumbre de la Unión Africana.

Una vez detenido, el sospechoso sigue un proceso que depende en un primer momento de las institucio­nes del país donde se haya procedido al arresto. Debe comparecer ante la autoridad judicial competente, que examinará si se

han cumplido o no las leyes y si cabe la entrega a la CPI, dentro de un proceso que difiere del de extradició­n.

Actualment­e, 123 países han suscrito el Estatuto de Roma, pero entre ellos no están Rusia ni tampoco otros aliados del propio Putin, como podrían ser China o Bielorrusi­a. El CPI tampoco tiene potestad sobre India, anfitrión de la cumbre de líderes del G20 prevista para septiembre y para la que el Kremlin no ha confirmado ni desmentido ni confirmado aún que pueda acudir el presidente ruso.

Adopciones. Durante un encuentro con Putin a mediados de febrero, Lvova-belova declaró que había adoptado a un niño de 15 años de Mariúpol, una ciudad del sur de Ucrania ocupada por Moscú desde mayo.

“Ahora sé lo que significa ser madre de un niño del Donbás, es un trabajo difícil, pero nos queremos, eso es seguro”, dijo. “Evacuamos hogares de niños hacia zonas seguras, les organizamo­s una reeducació­n y prótesis y les entregamos ayuda humanitari­a”, añadió.

Tras la emisión de la orden de arresto, Lvova-belova aseguró que seguiría realizando su trabajo en la Comisión de Derechos de la Infancia. “Hubo sanciones contra mí de todos los países, incluso de Japón, y ahora una orden de arresto, pero seguiremos trabajando”, declaró, según la agencia estatal RIA Novosti.

El expresiden­te ruso Dmitri Medvédev comparó por su parte la orden de arresto a papel higiénico. “No hace falta explicar dónde debe ser usado ese papel”, escribió en Twitter en inglés, junto a un emoticón de papel de baño.

“Botín de guerra”. La emisión de una orden de captura contra un jefe de Estado en ejercicio y miembro del Consejo de Seguridad de la ONU es un paso inédito para el tribunal creado en 2002.

Su fiscal, Karim Khan, investiga desde hace más de un año posibles crímenes de guerra o contra la humanidad cometidos en Ucrania dsde el inicio de la ofensiva rusa. Khan declaró este mes tras una visita a Ucrania que los presuntos secuestros de niños eran objeto de “una investigac­ión prioritari­a”.

“Los niños no pueden ser tratados como botín de guerra”, dijo, y recordó que la Convención de Ginebra prohíbe a las potencias de ocupación trasladar a civiles.

El contenido de las órdenes de arresto no se ha difundido “para proteger a las víctimas”, precisó.

En un comunicado, la CPI declaró que “motivos razonables para pensar que Putin es personalme­nte responsabl­e de los crímenes mencionado­s”. El líder ruso es presuntame­nte responsabl­e de manera directa por esos actos y por su “incapacida­d de ejercer un control apropiado sobre los subordinad­os civiles y militares” que los cometieron o permitiero­n que se cometieran, subrayó.

Ni Rusia ni Ucrania son miembros de la CPI, pero el gobierno de Kiev aceptó la jurisdicci­ón del tribunal y está colaborand­o con la oficina de Khan. Rusia rechaza haber cometido crímenes de guerra en su operación militar.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, consideró la decisión de la CPI como el inicio de un proceso para que Rusia rinda “cuentas”.

El gobierno británico celebró la medida y dijo que ésta obligaría “a quienes están en la cúpula del régimen ruso, incluido Vladimir Putin, a rendir cuentas”. ■

“Evacuamos niños a zonas seguras, les organizamo­s una reeducació­n”, dijo Lvova-belova

 ?? FOTOS: AFP ?? FRANCOTIRA­DOR. El líder ruso probando un arma sofisticad­a para los tiradores. Miles de chicos ucranianos fueron enviados a Rusia.
FOTOS: AFP FRANCOTIRA­DOR. El líder ruso probando un arma sofisticad­a para los tiradores. Miles de chicos ucranianos fueron enviados a Rusia.
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? LA HAYA. La sede del tribunal, reconocido por 123 países, pero no por Rusia, China o India. El fiscal Karim Khan investiga desde hace más de un año las denuncias.
LA HAYA. La sede del tribunal, reconocido por 123 países, pero no por Rusia, China o India. El fiscal Karim Khan investiga desde hace más de un año las denuncias.
 ?? ?? IMÁGENES. La asesora de Putin, en una reciente reunión, cuando le dijo al presidente: “Ahora sé lo que es ser madre de un niño del Donbás”.
IMÁGENES. La asesora de Putin, en una reciente reunión, cuando le dijo al presidente: “Ahora sé lo que es ser madre de un niño del Donbás”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina