El collage es mucho más que un juego de niños con tijeras y papeles
Desde la pandemia, esta forma de expresión personal y artística, que va más allá de unas tijeras y papeles, se ha vuelto cada vez más presente.
“En el imaginario colectivo, hacer collage es solo un juego de niños, pero el collage es la unión de varias técnicas, no se puede simplificar solo a unas tijeras y unos papeles”, explica a PERFIL Diego Durañona, de la Sociedad Argentina de Collage (SAC), más conocido como Urko. Esta forma de expresión está en aumento, sobre todo después de los tiempos de pandemia.
Definiciones, por favor. Urko define el collage como un
“arte donde se resignifica, se crea a partir de lo preexistente. Es un volver a contar, es reencontrar imágenes, materiales e ideas que nunca se habían visto anteriormente. Una toma de decisiones continua. Un estudio sobre la morfología, el soporte, la vida útil del papel”.
Mientras que para la profesora en Artes Visuales Laura Córdoba el collage es un lenguaje. “Es búsqueda y transformación constante. Es un lenguaje híbrido que nos permite resignificar y reconstruir. Nos invita a experimentar plástica y poéticamente, es una herramienta para expresar ideas ante el mundo o navegar internamente”.
Desde un enfoque psicológico, explica a PERFIL Gabriela Renault, decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía, USAL: “El collage puede cumplir una función expresiva, dando lugar a que el terapeuta, a través de su método analítico, trate de que el paciente haga conscientes aquellas cosas que están implícitas dentro de él, que no han sido verbalizadas porque quizá no hay palabras para ello o porque quizás es doloroso o amenazante hacerlo”.
Por eso Renault, frente a la pregunta ¿qué se busca?, considera que cuando se utiliza esta técnica o en talleres para diferentes temáticas y edades, se trata de “poder poner en palabras las emociones, los bloqueos, darle rienda a nuestra creatividad y liberar así tensiones”. A lo que la licenciada sostiene: “Por ello, es una técnica utilizada en muchas escuelas en Psicología, ya que es para todas las edades y puede ser utilizada en diferentes momentos”.
Características. La diseñadora gráfica Georgi Maekaneku, destaca a PERFIL su carácter democrático. “Creo que es una de las características más lindas que tiene el collage”, dice. “Está al alcance de todo el mundo y no requiere una gran inversión económica para empezar (con algunas revistas, tijera y pegamento ya podés hacerlo). Es una técnica que la puede llevar a cabo tanto una persona que se dedica al arte como un contador/a, kinesiólogx, psicologx, docente etc.”, puntualiza.
Entre otros puntos, Maekaneku agrega: “El collage no te exige que tengas un gran ojo observador para comenzar, con que disfrutes de crear y jugar ya es más que suficiente para que, poco a poco, descubras tu propio estilo y aprendas a manejar esta técnica en el mismo proceso de crear”.
También, su carácter transformador y sustentable. “Porque en general usamos materiales que se podrían clasificar como basura, u obsoletos. Yo, ahí, encuentro magia. Me resulta maravilloso cómo les podamos dar una segunda oportunidad a libros, fotos, objetos que alguna vez brillaron de esplendor y el paso del tiempo los hundió en un cajón oscuro, hasta que los encontramos y los convertimos en nada más ni nada menos que una obra de arte”, afirma Maekaneku.
Público y pandemia. “Cualquiera puede hacer collage si cuenta con interés, papeles y herramientas básicas para cortar y pegar. Es una disciplina muy accesible a nivel técnico y también a nivel material ya que se pueden recuperar cosas que para muchos son de descarte”, explica Córdoba. A lo que Maekaneku, agrega que el collage “es la mejor manera de entrar en el arte para quienes nunca hicieron nada artístico. Y al mismo tiempo es ideal para gente más experimentada, que ya maneja alguna otra técnica (ya sea ilustración, cerámica, pintura etc.) ya que les hace ver el proceso creativo de otro modo, más descontracturado y no tan atado a ciertas reglas”.
A partir de su experiencia, Maekaneku ve en los talleres que cada vez más mujeres buscan un tiempo para ellas, de disfrute, de hacer algo que les gusta y no para sumar puntos. “Mis alumnas o están en los 30 y pico, 40, o son jubiladas o mujeres a punto de jubilarse, que están aprovechando ese momento de sus vidas para hacer solo lo que les gusta”, dice.
En este punto, Maekaneku hace referencia al covid. “Seguramente la pandemia tiene mucho que ver en este cambio de pensamiento. Es como que ahora todos nos dimos cuenta de nuestra propia finitud”, reflexiona. Córdoba coincide con esta mirada: “Noto que con la pandemia hubo un aumento en el interés de la gente por esta disciplina (y sigue en alza). Muchas de las personas que pudieron quedarse en sus casas se enfocaron en hacer actividades creativas vinculadas con el hacer manual y artístico, buscando algo de distracción en un contexto tan duro. Además, las redes sociales facilitan la difusión del trabajo de collagistas de todo el mundo, que motiva a más personas a crear o indagar en este universo”, dice.
Urko también suma y coincide con esta visión. “En 2020 y 2021, intuitivamente, muchos se introdujeron a este mundo y un gran porcentaje lo tomó como forma de vida. Las redes sociales ayudaron mucho también a compartir y mostrar el trabajo que se estaba realizando. Definitivamente, creo que en los últimos años el collage creció mucho, no solo en Argentina, sino también en Latinoamérica, es común hoy en día encontrar talleres, docentes del collage, exposiciones, publicaciones e incluso el intercambio entre agrupaciones de países hermanos”, concluye. ■
“No te exige que tengas un gran ojo observador, con que disfrutes de crear y jugar es suficiente”