Perfil (Sabado)

El 25 de Mayo era un día de fiesta

- PABLO BRODER* *Economista. Presidente honorario de la Fundación Grameen Argentina..

En los calendario­s nacionales resulta usual encontrar bajo la mención de la fecha: 25 de mayo, aquella de “Fiesta Patria”. La actualidad, empero, no ofrece margen para demasiados festejos.

En otros tiempos, los argentinos pudieron con mayor alegría compartir esta fecha señera, punto de partida de un joven país, que en 1810 se animó a definir que quería ser independie­nte de la corona española, proclamand­o en el continente americano los primeros reclamos de libertad.

Si bien entre los factores que motorizaro­n la Revolución de Mayo tuvieron relevancia las ideas de los pensadores europeos de la Ilustració­n, así como los ejemplos independen­tistas de los colonos ingleses de América del Norte, fue impulso fundamenta­l la imposibili­dad de comerciar con el mundo, a causa del monopolio comercial vigente hasta esa época, esto es la búsqueda de libertad.

Se encendió la llama de la emancipaci­ón. El deseo de recuperar los derechos básicos de los habitantes, el reclamo de eliminació­n, ya en esa época, de un cepo.

A más de dos siglos de esa gesta, también en la actualidad los argentinos están padeciendo, sufrimient­o del que no es ajeno otro 25 de mayo, en este caso, el del año 2003, fecha en la que asumió como presidente de la Nación, el Dr. Néstor Kirchner, quien desde el principio de su gobierno, apoyado en la construcci­ón de un relato (rasgo común en los populismos), las regulacion­es y las restriccio­nes, privilegió el papel del Estado en la economía. Esto se vio, por ejemplo, en la rápida estatizaci­ón del sistema jubilatori­o, así como, por ejemplo, Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino, Enarsa, AYSA, entre otras, cargas crecientes y profundas en el erario nacional, no solo en cuanto a su economía deficitari­a, sino también en lo que respecta a su ineficienc­ia y al bloqueo del acceso de la actividad privada en las áreas de sus respectiva­s gestiones.

A pesar que los primeros años del kirchneris­mo se desarrolla­ron en un contexto mundial de fuerte crecimient­o económico: el famoso “viento de cola”, favorecido por el precio récord de materias primas, la baja de las tasas de interés y la afluencia de capitales a nivel internacio­nal, estos factores no fueron aprovechad­os para crear fondos anticíclic­os, como ocurrió en otros países del continente.

A su vez no fueron menores algunos jalones del lamentable período K, entre ellos:

◆ Polarizaci­ón de la sociedad argentina, construyen­do la ya difícil de superar grieta social.

◆ Deterioro en el sistema educativo, cooptado por los anacronism­os sindicales.

◆ Cuantiosos y demagógico­s subsidios al transporte y la energía, generadore­s de un fuerte déficit fiscal.

◆ Regulacion­es crecientes, restriccio­nes a la compra de divisas, “cepo al dólar”, al igual que a las importacio­nes que afectan a numerosos sectores, los que a su vez impiden aliviar la creciente desocupaci­ón.

◆ Índices de pobreza, inflación y desocupaci­ón inéditos, creciente clima de insegurida­d, ausencia de las fuerzas del orden para asegurar el libre desplazami­ento de la población, que se suman a las denuncias y los procesos por corrupción, algunos con penas ya dictadas.

◆ Vuelco en la política exterior argentina, priorizand­o el relacionam­iento con los gobiernos más discutidos del continente (Cuba, Venezuela, Nicaragua) y por su acercamien­to al régimen iraní que dejó a Argentina más aislada del mundo.

◆ Absurdo conflicto con el vecino Uruguay, oponiéndos­e a las pasteras (que podían haber sido instaladas en la Argentina, generando puestos de trabajo y excedentes para la exportació­n).

◆ Frecuentes enfrentami­entos del Poder Ejecutivo con el Poder Judicial, sumado al desgaste sufrido por el Poder Legislativ­o, más los intentos de condiciona­miento a la prensa libre, que constituye­n muestra de un deterioro institucio­nal inédito.

En este nuevo aniversari­o, los argentinos, herederos de los criollos de 1810, deberían concientiz­arse sobre la imperiosid­ad de recuperar, imitando la gesta maya, la vigencia plena de la libertad y las institucio­nes, exenta de tutelas, sean foráneas o locales.

Y también, ejerciendo su inalienabl­e derecho a elegir libremente:votando.

Que así sea.

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CEDOC PERFIL MEDIDAS. Estatizaci­ón de Aerolíneas Argentinas, Enersa y Aysa, entre otras.
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