Un paseo moderno por clásicos vitales
El Centro de Experimentación del Teatro Colón presenta dos conciertos a cargo del renombrado Divertimento Ensemble. Su director habla con PERFIL sobre el recorrido sobre compositores italianos.
Con una primera función en el día de ayer, siguen hoy gracias al Centro de Experimentación del Teatro Colón las funciones del Divertimento Ensemble, que dirige Sandro Gorli, y que recorre en dos funciones diferentes compositores clásicos y modernos de Italia, como Ivan Fedele y Mauro Lanza. PERFIL habló con Gorli que define el trabajo de Divertimento Ensemble con la música italiano de la siguiente forma: “Prefiero no llamar a la música del siglo pasado ‘música contemporánea’; en particular estos dos autores, Franco Donatoni y Luciano Berio, a quienes me gustaría considerar “históricos”. Su música ya ha pasado por un proceso interpretativo que la acerca más a la música de principios del siglo XX que a lo que se escribe hoy; constituye un repertorio que los compositores de las generaciones inmediatas examinaron directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, encontrando estímulos e indicaciones. Hoy, en que todos los cambios se aceleran enormemente, han retrocedido pero constituyen nuestro legado histórico”.
—¿Cómo y por qué se eligieron los compositores?
—La posibilidad de crear tres programas diferentes en tres días consecutivos, y por tanto un número importante de composiciones, generó el deseo de presentar al público argentino una breve “historia de la música italiana” de los últimos 50 años. Hemos elegido composiciones muy recientes de compositores muy jóvenes, pero también composiciones “históricas” que me parece identificar como las “raíces” de lo que se compone hoy en Italia.
—¿Y cuál fue el criterio utilizado para elegir la música?
—Podría haber “compuesto” muchos otros programas siguiendo los criterios que acabo de mencionar, con nombres completamente diferentes. Berio
y Donatoni no son los únicos grandes compositores italianos nacidos en la primera mitad del siglo XX que dejaron huellas en las generaciones posteriores.
—¿Cómo ha cambiado la investigación de Divertimento Ensemble en este tiempo?
—La música ha cambiado mucho en las últimas décadas; los materiales musicales, el uso que se hace de instrumentos tradicionales, lo digital ha traído nuevos sonidos y nuevas posibilidades de combinación. Pero, siempre ha habido una línea musical ininterrumpida escrita para responder a las preguntas que el hombre siempre se ha planteado, que siempre quedarán sin respuesta y que, por tanto, surgen continuamente. Esta línea ininterrumpida, que entiende la composición como un proceso de conocimiento, es lo que siempre hemos buscado.
—¿Qué significa regresar a la Argentina?
—Vinimos, y por tanto Italia, con América Latina de una manera fuerte y socialmente comprometida. Trajimos la música de Kagel pero, en cierto modo, también una parte del mundo en el que Kagel se había movido. Mi relación profesional con Mauricio se remonta a 1981, año en el que dirigí la primera representación italiana de Variété en el Teatro alla Scala; desde entonces la relación se ha transformado en vínculo de amistad. Regresar hoy a Buenos Aires renueva el recuerdo de este hermoso vínculo y recuerda una frase que Mauricio decía con asombro cada vez que venía a Milán: “Parece Buenos Aires”. Aparte de este recuerdo, me siento muy halagado y feliz de poder acercar al público porteño está música.