Un salón para redescubrir el arte clásico
A la hora de las experiencias inmersivas, el famoso salón, ubicado en un banco abandonado, genera una vivencia única.
Concebido de manera conjunta por Culturespaces y la compañía IMG, la experiencia inmersiva Hall des Lumières aterrizó en el 2022 en Nueva York, puntualmente en el área del City Hall, es decir, en una zona operativa donde se encuentra la intendencia y otros grandes edificios que hacen a la vida de la ciudad. Culturespaces es un gestor privado de museos y sitios que están vinculados al patrimonio cultural de Francia, sus autores, y sus historias. Y la compañía IMG genera un despliegue visual en una era donde la inmersión es vapuleada en experiencia baratas, y deja en evidencia cómo la arquitectura y la inventiva conviven al menos en esta sede neoyorkina, ubicada en el 49 de Chambers Streets, dentro de un viejo banco abandonado, el Emigrant Industrial Savings Bank, un edificio colosal que altera su uso original para ser ahora un permanente espacio en reconfiguración y movimiento, con proyecciones diseñadas para sus recovecos, su bóveda, sus pliegues y rincones.
Ha declarado Stephen Flint, vicepresidente ejecutivo de Eventos de Arte y Entretenimiento de IMG a Condé Nast Traveler: “Llevamos más de tres años trabajando para renovar y restaurar este edificio emblemático, y estamos absolutamente encantados de la gente a la que le damos la bienvenida, que llega a conocer increíbles obras de arte y a ver la histórica arquitectura que hasta ahora estaba oculta al posible a todo el público”.
Proyecto. La idea del centro de arte digital inmersivo, con sedes en diferentes rincones del planeta, es generar nuevos accesos para que el público interactúe con obras legendarias de una forma nueva. Generar un puente no tradicional, pero sí con un pie en la innovación, para por ejemplo reconfigurar dentro de sus paredes los méritos de la obra de Gustav Klimt que pueden mutar en una radical experiencia de animación digital proyectada en una estructura fuera de la norma. Gustav Klimt: Oro en movimiento fue la primera experiencia en Nueva York, y es un clásico de las compañías. Hasta ahora, puertas adentro, la consideraban su mejor obra. Y es cierto que verla proyectada, diseñada, para lucirse en paredes art decó de más de diez metros, y superficies de mármol, acompañadas de majestuosas columnas, o de vidrieras de otra era, o hasta los techos de las bóvedas genera un real nuevo escenario, que nunca busca reemplazar al original si no tan solo dar una nueva vida, mutarlo para que siga respirando frente públicos que quizás no esperaba este impacto.
Novedad. Por estos días, la novedad del Hall des Lumières de Nueva York tiene que ver con Marc Chagall y sus vibrantes obras, que hacen a la nueva exhibición Chagal, Paris-new York. Obviamente, el juego es el mismo, pero los colores, las vibraciones y el tono son diferentes. La diferencia aquí es que Chagall sí tuvo dos momentos vitales de su carrera en las ciudades en cuestión, Nueva York y París. Su arte de comienzos del siglo pasado, no solo se limitaba a lo pictórico, si no que su paleta iba desde vitrales a collages, pasando por diseño de indumentarias. En las paredes del banco, todo esto genera un contraste poderoso, que parece resaltar el real efecto de todo lo que el arte puede hacer incluso cuando sale de sus espacios habituales y muta sus formas.