LA POTENCIA DE UN LEGADO
—¿Cómo definen hoy la potencia de la obra de Rovira?
—Es (casi) una regla decir que hay músicos que, a pesar del talento que tenían, no obtuvieron el reconocimiento que se merecían. En Argentina, el ejemplo más paradigmático es el de Eduardo Rovira. Gracias al trabajo de Sónico, hubo una importante reevaluación de las contribuciones clave de Rovira al tango moderno. Aunque Rovira fue contemporáneo de Piazzolla, su camino musical se desarrolló en otra dirección; logró ser radicalmente original. Nunca dejó de experimentar, siendo el primero en incorporar el dodecafonismo
y la electrónica en la música popular de Buenos Aires. No se conformó y prefirió la búsqueda constante; siempre cambiante y evolutivo. Desafortunadamente, a pesar de crear una música muy personal y rica en ideas, su música cayó en el olvido después de su muerte. Este compositor clave del tango de vanguardia a menudo sigue siendo considerado erróneamente como “el otro Astor Piazzolla”. Pero aún hay tiempo para descubrir a este gran compositor de la música argentina.
—¿Cuál es la alteración del show?
—Para las presentaciones del álbum de Five, Six, Seven, Eight… The Edge of Tango Vol. 2, Sónico sale de su formato de “concierto” sumando una dimensión adicional. Las actuaciones contienen un diseño de luces, momentos teatrales interpretados por los músicos que serán enmarcados por cuatro creaciones de danza contemporánea proyectadas en una pantalla gigante. Estas coreografías fueron interpretadas por el belga Kobe Wyffels, un bailarín de Platform -K (compañía que trabaja con bailarines con síndrome de Down), La argentina Lisi Estarás y el israelí Ido Batash de la prestigiosa compañía Les ballets C de la B (de Alain Plattel) y por último, un bailarin de break-dance, el belgocongolese Karim Kalinji.