“Intento ser un músico que busca comprender la riqueza del continente”
El 19 de abril, Yamandú Costa, guitarrista excelso, vuelve a Argentina. Pocos suena como Costa, y pocos aman la música de la región como Costa, y pocos la han traducido a la universalidad de la guitarra como él: “Para mí es como volver a la casa, ya hay muchos amigos aquí. Argentina es mi segundo país, de corazón. He crecido escuchando el folclore argentino. La responsabilidad es muy fuerte, muy grande. Tocar en su tierra, en su casa, en su región, es para mí un compromiso grande”. Y suma: “Lo que me puede definir es mi inquietud, y mis ganas de seguir teniendo salud para llevar mi guitarra por todo el mundo. Soy un guitarrista de mi continente, soy, como mi papá, un apasionado de la música de mi continente. Intento ser un músico que busca comprender la riqueza del continente, y me gusta llevar al mundo esos matices nuestros, esas diferencias”.
—¿Qué momento recordás que defina el comienzo de tu relación con la guitarra?
—Yo me crié en una familia de músicos, mi primera relación con la guitarra tiene que ver con pasión que veía en mi papá. Tenía mucho miedo que yo la agarrara de niño, y le hiciera daño. Empecé a aprender a tocar a los 4 o 5 años. Es una relación de toda la vida. Llegó un guitarrista argentino al sur de Brasil, donde yo vivía. Se llama Lucío Chanel, un correntino que ha influenciado mucho en mi niñez y hasta hoy es mi gran inspiración. Soy guitarrista de frontera, brasileño pero con mucha influencia de la música argentina.
—¿Qué has descubierto del arte que solo podías descubrir siendo artista?
—La gente a veces cree que la vida de un artista es algo lleno de privilegios, de lujos, de cuidados. Puede que lo sea, pero es una vida muy inestable. En todos los sentidos. Podés ganar plata: un día dormís en el hotel más caro y al otro en el suelo del aeropuerto. Lo que me atrae en esta vida son las circunstancias, y la manera de adaptarse a las mismas. Es una vida muy dinámica, donde hay que adaptarse siempre, a cada segundo, a cada momento. Hay muchos problemas, que pasan de una manera u otra. Es algo muy interesante, y es difícil tener una profesión que te de tantas posibilidades y tantos problemas a la vez.
—Por supuesto, de Yupanqui, de Cafrune. A mi papá le encantaba esa música, y yo también era un niño cantor. Argentino Luna, José Larralde, mucha música del litoral. A mi papá le encantaba el chamamé, Ernesto Montiel, Monchito Merlo, Los Tucu Tucu, Los Fronterizos. Después escuché cosas más modernas, como Juan Falú, y ahí cambió mi manera de mirar el folclore. Pero al principio, mi niñez, la influencias con estas.