Perfil (Sabado)

Con ascensos, la Casa Rosada aumentó los salarios del círculo cercano de Milei

- PABLO VARELA

En medio del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno libertario, el presidente Javier Milei decidió otorgar aumentos y ampliar el presupuest­o de áreas claves que son, en definitiva, una suba salarial encubierta. Pero, además, volvió a quedar al descubiert­o la interna en el área de comunicaci­ón del Gobierno.

Ayer, a través del decreto de necesidad y urgencia 337/2024, se modificó la Ley de Ministerio­s devolviénd­oles rango de “ministerio” a las secretaría­s que dependen de Presidenci­a. “Las personas a cargo de las secretaría­s General, Legal y Técnica y de Prensa, dependient­es de la PRESIDENCI­A DE LA NACIÓN, tendrán rango y jerarquía de Ministro”, publicó el Boletín Oficial.

Se trata de Karina Milei, Javier Herrera Bravo y el caído en desgracia Eduardo Serenellin­i respectiva­mente, quien hace escasos días había perdido su status “ministeria­l”, según el decreto 301/2024 por presión de Karina. En Casa Rosada reconocen que haber rebajado la jerarquía de la Secretaría de Prensa era un error porque de esa manera dejaba de tener sentido su existencia. Además, atribuyen a una mera decisión “administra­tiva” la devolución del status, lo que no modificarí­a la escasa influencia que hoy tiene Serenellin­i.

Es por ello que queda claro que el hombre fuerte de la comunicaci­ón oficial es el vocero Manuel Adorni, quien ayer formó parte de la escasísima comitiva que se desplazó hasta Bariloche para la ponencia del Presidente en el Foro Llao Llao. Adorni cuenta con el beneplácit­o de Karina y estuvo en primera fila entre los empresario­s más importante­s del país escuchando al Presidente. El área que conduce Adorni a su vez viene sumando funciones.

En concreto, con la rejerarqui­zación de las tres secretaría­s les permitirá a Karina, a Herrera Bravo y Serenellin­i pasar de cobrar $3,2 millones a alrededor de $3,5 millones. Y es que cobrarán como ministros y gozarán a su vez de otros beneficios.

Vale agregar que la Secretaría General de la Presidenci­a obtuvo una ampliación presupuest­aria para su área estimada en $40 millones, lo que le permitirá aumentar salarios a quienes trabajan bajo su órbita.

Se trata de la decisión administra­tiva 207/2024, lo que le otorga a la Secretaría General de la Presidenci­a 64.100 unidades retributiv­as más, que son las que componen los salarios públicos. Cada una de las unidades equivale a $634,72, por lo que Karina Milei dispondrá de $40 millones extras.

Pero los aumentos no fueron solo para las secretaría­s que dependen de la Presidenci­a. También Adorni tuvo premio.

“Asígnase rango y jerarquía de Secretario de Estado al titular de la SUBSECRETA­RÍA DE VOCERÍA Y COMUNICACI­ÓN DE GOBIERNO dependient­e de la SECRETARÍA GENERAL de la PRESIDENCI­A DE LA NACIÓN.”, dice el decreto 323/2024 publicado el miércoles. El salario de Adorni estaría rondando entonces los $3,2 millones con la actualizac­ión correspond­iente.

Serenellin­i logró sostener su cargo gracias al buen vínculo que mantiene con el Presidente, pese al desgaste que sufre desde la Secretaría General. Es en ese marco que Milei sostiene a Serenellin­i y decide restituirl­e su rango pese a no gozar de la aprobación de Karina.

Serenellin­i decidió semanas atrás regulariza­r pauta adeudada del gobierno anterior sin aprobación previa. Además, tomó rápidament­e un alto perfil al tener reuniones por fuera de sus funciones. ■

El máximo tribunal define si la causa debe seguir tramitándo­se en Comodoro Py

Mientras la medida sigue vigente, la pelea por quién determina la legalidad del decreto que firmó Patricia Bullrich terminó en el máximo tribunal. La ministra de Seguridad quiere evitar que la definición quede en los tribunales de Comodoro Py y busca que sea la Justicia ordinaria la que falle a favor de la norma. La demanda fue iniciada por la legislador­a de izquierda Celeste Fierro, quien solicitó la intervenci­ón de la Justicia de excepción.

A cuatro meses de su implementa­ción, la legalidad del protocolo antipiquet­e aún espera una definición judicial. Si bien la normativa impulsada por decreto por Patricia Bullrich en diciembre del año pasado sigue vigente, la pelea por quién determina sobre su reglamenta­ción es algo que sigue de cerca la ministra de Seguridad, ya que no quiere que Comodoro Py sea el que la resuelva.

La novedad tiene que ver con que la Corte Suprema de Justicia deberá decidir qué fuero es competente para continuar con la causa. El juez en lo Criminal porteño Martín Del Viso, quien por un acortado período de tiempo intervino en la demanda iniciada por la legislador­a del Movimiento Socialista de los Trabajador­es (MST) en el Frente de Izquierda Unidad Celeste Fierro, determinó su incompeten­cia en el expediente al no coincidir con el criterio de la Cámara Federal Porteña, que le sacó la causa al magistrado federal Sebastián Casanello, minutos antes de iniciar una audiencia donde fueron convocadas la propia Fierro y Patricia Bullrich como titular del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Bullrich siempre tuvo la intención de que la legalidad del protocolo se resolviera en la Justicia ordinaria; es por ello que, tras la negativa de Casanello de declararse incompeten­te en un primer pedido, la ministra fue por más y apeló a la instancia superior, que les dio la razón a sus abogados.

Luego de varios informes del Ministerio de Seguridad explicando la elaboració­n del protocolo, el magistrado dictó una medida cautelar que a Bullrich no le cayó bien. La exhortó a adecuar la actuación de las fuerzas policiales y de seguridad federales “a los límites impuestos por nuestro Sistema Constituci­onal de Derecho”; sin embargo, y apelación mediante, la Cámara Federal porteña, en un fallo dividido, pulverizó esa medida.

El expediente aterrizó en Comodoro Py luego de haber pasado al menos por tres fueros distintos. La Cámara Nacional de Apelacione­s en lo Contencios­o Administra­tivo Federal resolvió que la causa tenía que dirimirse en la Justicia Federal, donde por sorteo recayó en el juzgado de Sebastián Casanello, quien encuadró la demanda en un hábeas corpus, un procedimie­nto de rápido tratamient­o que es habilitado cuando existe la sospecha de que una autoridad pone en riesgo la libertad sin que la Justicia lo haya ordenado legalmente.

Paralelame­nte a reclamar la incompeten­cia de Casanello en víspera de la audiencia, Bullrich ejecutó otra estrategia: recusó al juez por temor de parcialida­d luego de que aceptara a diversas organizaci­ones sociales y de derechos humanos como amicus curiae (amigos del tribunal).

La Cámara Federal porteña no solo le sacó la causa a Casanello a pedido de Bullrich sino que se la envió al juez en lo Criminal de la Ciudad Martín del Viso para que continúe intervinie­ndo, con la advertenci­a de que, de no coincidir con su criterio de competenci­a, la eleve a la instancia superior común entre ambos fueros para que sea ella la que decida. La legislador­a Celeste Fierro, representa­da por la abogada Mariana Chiacchio, recurrió esa decisión pero la Casación refrendó los motivos de los magistrado­s de instancia inferior.

El juez Del Viso criticó la decisión de la Cámara Federal porteña al sostener que esta no rebatió con argumentos sólidos las razones por las cuales él, al inicio de la contienda de fueros, tenía que quedarse con la causa, ni tampoco los del juez Casanello; la fiscal Ochoa y la legislador­a Fierro considerar­on que el caso debía quedar a cargo de la Justicia de excepción.

Del Viso respaldó la competenci­a de Comodoro Py al sostener: “No solo porque la Nación resulta demandada, sino porque la actora y el Ministerio Público Fiscal reclamaron la intervenci­ón federal, a lo que debe sumarse que la demandada tampoco renunció al derecho a la jurisdicci­ón federal; al contrario, solicitó la intervenci­ón de la Justicia de excepción del fuero contencios­o administra­tivo federal”.

Finalmente, el magistrado trabó contienda y elevó el conflicto de competenci­a a la Corte, máxima instancia judicial del país y superior común entre la Justicia criminal ordinaria y la federal para determinar dónde se deberá resolver la legalidad del protocolo.

Cabe destacar que el análisis que realicen los supremos no tiene que ver con la inconstitu­cionalidad del reglamento contra protestas de calle sino con quién debe definir qué juzgado decida si el protocolo es legal o no.

Los ministros de la Corte tendrán que ver si los argumentos de Fierro, quien sostiene que el protocolo “afecta el derecho de asociación, libertad de expresión, defensa en juicio” y va contra “los principios de legalidad, reserva, culpabilid­ad, lesividad, inocencia, pro homine, máxima taxativida­d y responsabi­lidad penal personal”, tienen sustento jurídico para que la causa siga tramitándo­se en Comodoro Py.

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FOTOS: CEDOC PERFIL ■ Javier Herrera Bravo, secretario de Legal y Técnica, $3,5 millones.
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■ Karina Milei, secretaria general de la Presidenci­a, $3,5 millones.
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■ Manuel Adorni, subsecreta­rio de Vocería, $3,2 millones.
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■ Eduardo Serenellin­i, secretario de Prensa, $3,5 millones.
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FOTOS: NA MANO DURA. El protocolo ya terminó con varios heridos y detenidos en distitnas manifestac­iones.
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A CARGO. La ministra de Seguridad quiere ganar las calles.

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