“LA PANDEMIA NOS OBLIGÓ A GUARDARNOS EN NOSOTROS MISMOS Y TAMBIÉN A PENSAR MÁS EN LOS DEMÁS”
El actor, que protagoniza Mentiras inteligentes en el Teatro Lola Membrives, reconoce haber sido siempre muy casero pero con la cuarentena estuvo más que nunca en su hogar. Aprendió a cocinar, se dedicó a leer y escribir y pudo llamar a personas con las que no hablaba hacía tiempo. “Charlé largos ratos por teléfono con actores y actrices y entendí que no debemos hacernos tanta mala sangre ni discutir ni preocuparnos tanto cuando la vida de todo ser humano es tan frágil”, reflflexiona
sta es la cuarta temporada que hago la obra y estoy muy contento porque me encanta”, señala Arnaldo André (77), quien protagoniza junto a Marta González la comedia Mentiras Inteligentes en el Teatro Lola Membrives, uno de los más amplios y emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires. El reconocido actor está desde que se estrenó la obra y a lo largo de estos años por el elenco pasaron figuras como Betiana Blum, Mariano Martínez, Florencia Torrente, Nora Cárpena y Micaela Vázquez. Actualmente, al staff lo completan Marta González, Federico Bal y Lula Rosenthal, quien debió salir al toro y prepararse con pocos días previos al debut tras la repentina desvinculación de Cinthia Fernández de la obra.
En un mano a mano con Pronto, Arnaldo se refirió a su presente profesional y personal, analizó cómo lo afectó la pandemia por el coronavirus y en qué invirtió el tiempo durante la cuarentena.
-¿A qué atribuís el éxito de la obra?
-A que no es una comedia pasatista sino muy inteligente, usando si se me permite el mismo adjetivo del título de la obra. El autor maneja muy bien el humor y le permite a la gente pensar un poco sobre el conflicto de la historia. Si sos padre, te vas a plantear cómo reaccionar si en el seno de la familia tu hijo se enamora de otra chica y quiere abandonar a la mujer y su hijo. Es imposible que los padres dejen de reflexionar y pensar en ese conflicto. Y en el caso de un matrimonio joven, lo mismo: ¿qué me pasaría si me llegara a suceder esto?
- Sos el histórico del grupo.
-Sí. Tanto la directora Valeria Ambrosio y el producto Alberto Raimundo como yo somos los que ya hemos hecho cuatro temporadas con la obra. Para Fede sería la segunda y para Marta y Lula, la primera. Como esperábamos, el público reacciona de la misma manera y eso en cierta forma te da seguridad porque la obra está probada y sabemos que a la gente le gusta, se divierte y aplaude. El conflicto central está tratado con mucho humor e inteligencia.
-¿Tienen cuidados especiales a la hora de actuar?
-Muchos. El piquito que mi personaje se da con el de Marta ya no se hace y salvo ese acercamiento físico, en el resto de las escenas no tenemos un contacto muy cercano. En las puestas anteriores no ha habido abrazos ni acercamientos, salvo un saludo o un piquito al aire que ya lo hemos sacado. Lo mismo pasa con los chicos, Fede y Lula, que la directora también lo resolvió. Se respetan todos los protocolos arriba del escenario, las distancias y también con el público: la sala está totalmente preparada y tenemos la ventaja de que el teatro sea enorme, con más de mil localidades de las cuales solo puede ingresar un máximo de 300 personas. Las butacas se ocupan de por medio, al igual que las filas. No hay ningún riesgo, se le toma la temperatura a la gente al ingresar y se les pone alcohol en las manos. Está todo preparado para que las personas asistan a vernos y se sientan seguras y protegidas.
- ¿Imaginaste alguna vez que ibas a trabajar en estas condiciones?
-Jamás, ¡nunca! Hasta hace poco, cuando empezamos a salir a la calle y podíamos ir a tomar un café, observaba a mi alrededor y me preguntaba: “¿Pero qué es esto?”. Ahora ya me acostumbré pero me costaba ver a la gente con su barbijo. Miraba la televisión y decía: “¿Qué mundo estamos viviendo? ¿Qué es esto?”. Luego uno se va acostumbrando y ahora ya los barbijos no me llaman la atención. Es más, ahora lo que me llama la atención es el que no usa tapabocas en la calle. Está en nosotros también concientizar a la gente y llamar a que nos cuidemos entre todos. Lo importante es que todos nos cuidemos, que nadie se reúna en situaciones no permitidas, que no existan más las fiestas clandestinas y que cada cual se proteja para el bien de todos.
-¿ Con Fede Bal charlaste sobre este tema? Cinthia Fernández lo acusó de haber participado de una fiesta multitudinaria y por eso terminó saliendo de la obra.
-Sí, sí, lo hablé con Fede. Cuando Cinthia se estaba por desvincular, tuve mi charla con él y Fede estaba convencido de que no había hecho nada que nos pudiera haber puesto en riesgo. Me dijo que asistió a esa fiesta de fin de año en Mar del Plata y luego hizo lo que debía hacer, que es el hisopado tanto para él como para su novia. Les dio negativo, se tomó los días necesarios para volver al ensayo y de todos modos entiendo la posición de Cinthia. Era la que más escenas tenía con Fede, ella resguarda la salud suya y de sus hijas y decidió desvincularse. Lo he hablado con él y en la obra está todo normal. Lamento lo de Cinthia porque en el poco tiempo de ensayo que compartimos, que fue menos de un mes, encontré una chica con predisposición para trabajar y para la comedia. Fue muy profesional con nosotros y creo que puede convertirse en una buena comediante. Pero bueno, así es la vida, el medio y nuestro trabajo.
- ¿Cómo es el medio?
-Y, vamos haciendo y deshaciendo familias todo el tiempo. Hoy no estoy ni con Betiana Blum ni con Nora Cárpena ni con Mariano Martínez ni Flor Torrente ni con Mica Vázquez. Cuando uno está, comparte mucho y luego van cambiando los grupos. Ya estoy acostumbrado a eso. - Yendo hacia atrás, ¿cómo te afectó en lo personal la pandemia?
-Mirá, tuve un acto de contención para meterme dentro de mí y pensar mucho en mí y en los demás, cosa que a veces no hacemos. Estamos muy preocupados por los logros que queremos obtener y hay mucho egoísmo. La pandemia nos obligó a guardarnos, estar más adentro y por ende también pensar más en los demás.
De hecho, aproveché para llamar a mucha gente con la que no hablaba hace mucho tiempo: actores y actrices con los que dialogué largos ratos. Entendí que no debemos hacernos tanta mala sangre ni discutir ni preocuparnos tanto cuando la vida de todo ser humano es tan frágil. Sin dudas que somos frágiles y lo único que podemos y debemos hacer es vivir este presente de la manera que sea, tratando de cuidarnos y dándole valor a lo que tiene que ver con el afecto y el corazón. - ¿Con qué ocupabas el tiempo?
-Leí mucho, miré muchas películas, me hice adicto a Netflix y hasta aprendí a cocinar algunas cosas nuevas, como hacer un guiso de lenteja en pleno invierno. Con el asesoramiento de algunas amigas, he aprendido a hacer lasagnas y reconozco que haberme metido en la cocina me salvó mucho. Es una gran terapia, que va más allá de la pandemia. Saber que tenés un tiempo ocupado cocinando para después disfrutar del resultado, está bárbaro. No la pasé mal porque vivo en un departamento donde tengo bastante sol y en el invierno aproveché para dedicarme a la lectura. Cuando se empezó a abrir todo, tuve caminatas por mi barrio en la primavera y todo con los cuidados permanentes. Las únicas reuniones que tuve fueron en las fiestas, en mi casa y con pocas personas. No hicimos nada extraordinario y nos cuidamos muchísimo para tener la vida con mucha paz. -Después de tu película Lectura según Justino, hiciste Los deudos. ¿Cuándo sale?
-No se sabe. Los deudos está en carpeta y no imaginaba lo que iba a suceder este año, por lo tanto me estanqué. Tiene que cambiar un poco la situación para que vuelva a trabajar sobre este proyecto y poder presentarlo al INCAA. Por ahora, está en stand by. Al comienzo de la cuarentena me habían convocado para actuar en una película paraguaya que tenía que ver con la pandemia pero eso también quedó estancado. No está saliendo y no me han vuelto a llamar. Por ahora disfruto del teatro, que me gusta muchísimo. - ¿Está escrita tu película?
-Sí. El guión ya está escrito y no es definitivo porque siempre va teniendo modificaciones. Con Lectura según Justino, el guión que presentamos al INCAA fue sufriendo modificaciones porque uno lo va releyendo y entiende que hay cosas que debe hacer de otra manera. Entonces, lo reescribí e inclusivo en plena filmación fui cambiando cosas. Lo importante es que la matriz de Los deudos está. Es una película que habla de la obsesión que tienen algunas personas de no desprenderse de los muertos, de los seres queridos que se murieron y que desaparecieron físicamente.
- ¿A vos qué te pasa con tus seres queridos que han muerto?
-Bueno, cuando murió mi padre yo era muy chico pero cuando falleció mi madre, yo ya me había estado preparando. Ella venía bien hasta que todo cambió y vimos que el final era casi inminente. Entonces, fui preparando mi mente para su partida. Sé que ella descansa en paz y como también se fue en paz, por esa razón yo tengo mucha paz dentro de mí. - ¿Tenés algún momento en el que te conectás especialmente con ellos?
-No, no, especialmente no: me conecto siempre. Pienso en ellos así como hombre católico creyente que soy. Tengo ese acercamiento espiritual con Dios, la Virgen y en Paraguay nosotros somos devotos de la Virgen de Caacupé. Así como aquí la Virgen está situada en Luján, por ejemplo, en Paraguay está situada en la ciudad de Caacupé. Siempre le ruego por la salud, porque nos cuide y desaparezca
esta pandemia tan desagradable. Soy de rezar todos los días dos veces: por la mañana y antes de irme a dormir por la noche. Lo hice así toda la vida y lo sigo haciendo.
- Una curiosidad: ¿qué te pasa cada vez que pasás por la librería Grand Spléndid?
-Siento mucha emoción y no puedo dejar de pensar en una época tan importante de mi vida, que fue cuando debuté en teatro al lado de Mirtha Legrand. Fue en 40 kilates y fue mi primer trabajo importante, que me dio popularidad. Mucho público fue a verla a Mirtha y a las otras figuras que estaban en la marquesina y de repente se encontraron con un descnocido, un chico joven de 26 años que les llamó la atención. Ahí empezaron a conocerme, despegó mi carrera y pude empezar a vivir de mi profesión. Así que no puedo dejar de emocionarme y de pensar en ese momento cada vez que paso. Y si tengo posibilidad de entrar a la librería, me siento en la cafetería que hoy está donde estaba el escenario mismo y de ahí miro esa platea enorme llena de libros, que me encantaría leerlos. Miro los libros y recuerdo la cantidad de público que iba a vernos todas las noches. - ¿Con Mirtha continuaste el vínculo en el tiempo?
-No, salvo las veces que iba a sus almuerzos. Pero no llegué a hacerme amigo. A mí me cuesta un poquitito hacerme amigos porque le dedico mucho tiempo a las amistades. Como amigo soy fiel, generoso, pendiente de ellos y si bien no tengo muchos amigos, los que conservo son de calidad y valen oro para mí. Del ambiente artístico podría decirte que una gran amiga es Marta González y no lo digo porque ahora estemos trabajando juntos; las veces que no compartimos un trabajo también seguimos conectados y cultivando el hermoso vínculo que tenemos.
- ¿Qué añorás para el 2021?
-Deseo que sea mejor que el año que pasó, que nos cuidemos mucho y que gracias al cuidado podamos tener más flexibilidad para continuar con nuestra rutina de trabajo, los paseos y tratando de olvidarnos de las muertes que se llevó este coronavirus. Que el sol salga para todos y que Dios nos proteja.
“REZO DOS VECES AL DÍA: UNA POR LA MAÑANA Y OTRA
POR LA NOCHE”