“SUFRÍ VIOLENCIA DE GÉNERO Y DURANTE MUCHOS AÑOS YO MISMA ME BOICOTEÉ COMO ARTISTA”
La artista de la movida tropical, flflamante subcampeona del Cantando 2020, brilla en su mejor momento profesional. “Tuve que superar muchas adversidades para llegar a este presente”, reflflexiona. Y se mete de lleno en un tema sensible: la violencia psicológica y laboral que sufrió por parte de una ex pareja, quien a su vez era su manager.
Tiene una de las voces más privilegiadas de la movida tropical, y no en vano la llaman “la Reina”. Dueña de un estilo único, lleva más de una década cantando profesionalmente: desde que ganó el concurso Pasión canta, en 2008, no se detuvo y publicó siete álbumes de estudio. Además de recorrer la Argentina y países limítrofes –en Bolivia incluso tuvo su propio programa de televisión y es una celebridad absoluta-, Angela Leiva (32) tocó en escenarios de Estados Unidos, Inglaterra, España y hasta brindó un show en Estocolmo, la capital de Suecia. El año pasado la rompió en el Cantando 2020, certamen al que llegó a la final junto con su partenaire Brian Lanzelotta y terminaron consagrándose subcampeones, detrás de Agustín “Cachete” Sierra. Pero no todo es color de rosa en la vida de esta artista oriunda de Tandil y criada en Lanús, adonde se mudó con su familia a los 8 años por cuestiones laborales de sus padres. ¿Qué pasó? En medio de su incipiente éxito profesional, su pareja de entonces y ex manager comenzó a hostigarla y Leiva sufrió violencia de género, situación que la llevó a apartarse del centro de la escena y que le costó años enteros de terapia. Aunque actualmente rige una perimetral contra su ex y la cantante pudo rearmar su vida amorosa con un
músico de su banda, cuenta que no terminó de sanar del todo y que los fantasmas del acoso siguen pululando de cerca. En un verano atípico por la pandemia del coronavirus, Angela pudo brindar un concierto íntimo en Villa Carlos Paz y allí recibió a Pronto para charlar de todo. Se hospedó en el Hotel Club House de la ciudad serrana y en una tarde fresca, pidió un café cortado y se entregó a una entrevista a fondo.
-¿Cómo arrancaste el año?
-Muy bien. Para los que estuvimos en el Cantando, el año recién arrancó a mediados de enero, que fue cuando terminó el programa. Pasé un fin de año a full, ensayando incluso hasta el 31 de diciembre incluido. Fue mucha adrenalina por la instancia de las finales y una vez que terminó el Cantando, retomé con mi agenda. Por suerte, Córdoba me abrió las puertas siempre y durante la pandemia, respetando los protocolos y cuidando todo, pude venir a tocar aquí. Carlos Paz, Alta Gracia y Córdoba fueron los primeros en recibirme con un formato de show más íntimo.
-¿Cómo evaluás tu paso por el Cantando?
-Fue una experiencia hermosa. La convocatoria fue bastante rápida: el año pasado fui un día de invitada a Los ángeles de la mañana, se habló de una posible participación en el Cantando y automáticamente a la semana me llamaron de La flia. Fue bastante rápido y no lo dudé ni un segundo porque tenía muchas ganas de estar. Me parecía muy interesante el formato y al no haber estado nunca en un programa de Marcelo Tinelli, me parecía que iba a sentirme más cómoda en el Cantando que en el Bailando. Fue más fácil tomar la decisión.
-¿Te convocaron para el Bailando 2021?
-Sí, me llamaron y acepté. Voy a estar y me parece muy interesante porque soy cantante y quiero aprender otras materias del arte. Eso me parece buenísimo. El baile va a ser complementario para mi carrera y me va a sumar aprender a bailar. Si bien no soy una experta, tampoco soy una patadura y creo que en baile estoy aprobada. De chiquita tomé clases pero con los años fui dejando. Me encanta, siempre me gustó bailar.
-¿Cómo te llevás con las previas y la parte mediática del programa? -Cuando acepté entrar en el Cantando, supe que iba a tener que aprender a lidiar con la parte más mediática porque no deja de ser un reality. Creo que lo manejé bastante bien pero no te voy a mentir: hubo algunas situaciones que las sufrí porque no sabía cómo reaccionar o qué hacer. Pero después, con el tiempo, fui entendiendo que uno no tiene que dejar de ser uno mismo y ahí está el verdadero