“SUPONGO QUE A MIS HIJOS LES GUSTARÁ VERME ACOMPAÑADA PORQUE VOY A SER MENOS HINCHAPELOTAS CON ELLOS Y LES VOY A ESTAR MENOS ENCIMA”
La actriz está haciendo temporada en Carlos
Paz con la comedia La Mentirita y viene de romperla en la primera edición de Masterchef Celebrity. Sus hijos, Nicolás y Stéfano, están
grandes y ella sufre el síndrome del nido vacío. Por eso, aunque asegura sentirse bien sola no descarta volver a encontrar el amor. “Sería una alegría para mí y también para
mis hijos”, reconoce
La primera vez que hizo temporada en Villa Carlos Paz fue con Jorge Guinzburg en 2005 con la obra TermiNéstor y desde entonces, Iliana Calabró (54) eligió una y otra vez las sierras para hacer teatro. “Me enamoré de este lugar, de la calidez de la gente, amo venir a Córdoba”, se sincera la actriz, quien encabeza la comedia La mentirita, en el Teatro Del Lago, junto a Freddy Villarreal, René Bertrand, Rodrigo Noya, Laura Bruni y Morena Rial. “La paso bien acá aunque este año es muy particular. Me gusta recibir gente en casa, hacer comidas, generar equipo y este año con la pandemia no se pudo. Cada tanto vamos a comer afuera con todos los cuidados y el clima este verano no acompañó. Llovió mucho, estuvo fresco, el pronóstico no jugó a favor. Extraño lo que era natural hacer acá: ir a visitar a mis amigos cordobeses, cenar afuera después de la función, encontrarme con colegas”, afirma Iliana.
-Encima este verano te faltó tu mamá, La Coca, en Carlos Paz.
-No vino, no la dejé venir. Se quedó en casa, en Buenos Aires, y creo que hizo bien porque está más protegida. Mis tíos se contagiaron coronavirus, mis primos también, unos amigos íntimos lo mismo. Todos se re cuidaban pero cayeron. Así que la tengo en su burbuja y solo ve a la señora que la cuida.
-¿Estuvo muy encerrada todos estos meses?
-Sí. Ahora sale a dar una vuelta manzana, va al supermercado o por ahí va un ratito al Botánico. No más que eso. La tengo bastante aislada, pobre. Encima ella es muy sociable y eso le está jugando en contra. El problema es que al no salir, no está acostumbrada al barbijo y se lo baja todo el tiempo. Todavía está recuperándose de la cadera, tiene sus sesiones de kinesiología en casa y cuando se va la kinesióloga, dice: “Ay, ya no aguantaba más el barbijo puesto”. O sea que no se acostumbra a usarlo, se siente incómoda y como la conozco mucho, si llega a salir a una confitería le recalco que le ponga alcohol a todo, que no se toque la cara y que no se quite el barbijo por nada más que para tomar el cafecito.
-¿A vos cómo te afectó la pandemia? -Me puse bastante obsesiva y me cuido mucho. Cuando fueron los Premios Carlos, me puse bastante loca porque no había alcohol, llovía mucho, estábamos hacinados, la prensa estaba toda amontonada, sin aire y se bajaban el barbijo. Era un caos y me enojé porque no se respetó el protocolo. Me cuidé mucho toda la pandemia y me moría si me lo pescaba ahí. Zafé siempre y eso que trabajé durante la cuarentena porque estuve en El precio justo, en Bienvenidos a bordo, en Masterchef Celebrity. Soy medio loquita con mi forma de cuidarme pero zafé en todos lados.
-¿Cómo lo manejaste con el teatro? -Con mis compañeros somos muy cuidadosos, aunque le puede pasar a cualquiera. Llegué hasta acá sin contagiarme y eso se debe a que extremé siempre los cuidados. Al comienzo de la temporada, la gente estaba más relajada pero como ahora muchos ya lo pasaron, se cuidan más que nunca. Fredy Villarreal, por ejemplo, la pasó muy mal y como nadie sabe hasta cuándo le duran los anticuerpos, se cuida muchísimo. Rodri Noya es muy cuidadoso, es vecino mío y anda con el alcohol todo el tiempo. Si salimos a comer, estamos en el restaurante con el tapabocas, solo nos lo bajamos para comer. Yo me lo dejo colgando de una oreja, aunque me fastidie y los que están al lado mío se manejan de igual manera. -Muchos productores teatrales, aún sabiendo que podían perder dinero este verano, igual apostaron. ¿Cómo ves la temporada?
-Si bien arrancó bastante flojo para todos, a nosotros nos pasó que fue in crescendo y cada día recibimos más gente en el teatro. Salvo excepciones o mal clima, fue creciendo. Lo loco fue que casi todos los sábados diluvió en Carlos Paz antes de la función y eso jugó en contra. Con alerta meteorológica, la gente no sale de la casa y se le devuelve el dinero o se reprograma en ese caso. La venta anticipada funcionó mejor en febrero y, por ahí, salimos hechos. Esa es la realidad. Todos sabíamos que nadie venía a ganar o a llevársela con pala. Muchos vamos a poder cubrir los gastos y otros, lamentablemente, saldrán perdiendo. Todo es en relación a las dimensiones del teatro y la ubicación porque los que están en el centro tienen un público fijo, que es el que pasea por la puerta. A los que estamos más retirados, tienen que venir expresamente.
-¿Vos salís ganando?
-Sí porque tengo la bendición de trabajar
“A MAMÁ ESTE VERANO NO LA DEJÉ VENIR, LA TENGO EN SU BURBUJA”