Dos preguntas en 3D
Jorge Ceballos. Responsable del Laboratorio de Materialización de INTI-Diseño Industrial.
Hay quienes afirman que la impresión 3D puede violar la propiedad industrial o intelectual al permitir copiar un producto creado por una empresa y fabricarlo fácilmente. ¿Qué opina?
La impresión 3D no es más que una herramienta tecnológica y, como tal, no viola registro alguno. La vulneración de la propiedad industrial e intelectual se produce indiscriminadamente desde mucho antes de que existan estas tecnologías, basta ver el infinito número de copias ilegales que hay en el mercado –desde música, películas y software, hasta indumentaria, piezas de diseño famoso y objetos de marca–. La creciente inserción de las tecnologías de impresión 3D en el mercado sólo aportará un módico granito de arena al citado comercio ilegal, pero no más que eso. De todas maneras, los modelos de negocio y los sistemas de registro, al igual que la evaluación de responsabilidades y otros factores relacionados, deberán reconsiderarse. Pero no por estas tecnologías en particular, sino por los cambios de escenarios y paradigmas que traen acarreados los nuevos modelos sociotecnológicos que emergen. Habrá que adaptarlos o reformularlos sobre la base de estudios prospectivos, lucubrando escenarios de desarrollo. No creo que estas tecnologías planteen un nuevo desafío en términos ambientales. Igual que con cualquier otra nueva tecnología, hay que evaluar criterios sustentables (no solamente ambientales; también económicos y sociales) antes de aplicarla indiscriminadamente. Potencial- mente, son muy promisorias, pero si no se dan las condiciones de entorno para pasar de lo potencial a lo “cinético”, no dejarán de ser otro juguete más en el cajón. En el Laboratorio de Materialización del Centro de Diseño Industrial INTI usamos esta tecnología para optimizar procesos de diseño y puedo afirmar que colaboran en el uso racional de los recursos. Por lo tanto, apuntan a la sustentabilidad. En última instancia, esto está dado por la filosofía de diseño y no por el uso de cierta herramienta. Además, no es extensible a otros fines de utilización, los que habría que evaluar en cada caso. La impresión 3D, o manufactura aditiva, es el proceso mediante el que se fabrican modelos tridimensionales de un prototipo, a partir de un archivo digital mediante un proceso computarizado de adición de capas muy delgadas de un material.