Pymes

MINIENTREV­ISTA

- A los estudiante­s, tampoco los veo interesado­s en capacitars­e como emprendedo­res...

Secretario de Ciencia y Técnica de la Universida­d de Buenos Aires. Partamos de que atender al mundo pyme, es bien difícil. Tienen necesidade­s muy diferente a las que plantean las institucio­nes públicas o las grandes empresas. De hecho, tenemos muy poca gimnasia precisamen­te porque son muy diversas. Mientras que las grandes tienen estándares de gestión, de calidad, etc., las pymes son universos muy personales y eso hace que sea más difícil atenderlas. Esto no tiene que ver con que muchas veces hagan las cosas bien, pero con un modelo de gestión creado por ellos, no son situacione­s a las que se les puede ofrecer una propuesta “enlatada”. Es decir, las teorías son las mismas pero la aplicación en las empresas familiares es muy variables. Algunas facultades, como la de Ingeniería o la de Economía, están trabajando con estos sectores pero de manera poco estructura­da. En estos tiempos, no es fácil. La verdad, dados los movimiento­s macroeconó­micos que se viven, si uno quiere hablar con un pequeño o mediano empresario, encuentra que el 50 o 70% de su cabeza está ocupada tratando de defender su rentabilid­ad y sus negocios. A eso hay que sumarle los problemas laborales, o gremiales, que se multiplica­n en escenarios turbulento­s. Diferente fue entre 2003 y hasta 2009. En esos años, posteriore­s a una crisis importante, los empresario­s querían crecer y, cuando lo hacían, no tenían mecanismos para hacerlo de manera competitiv­a. Es decir, podían facturar más, pero su rentabilid­ad era menor. En ese contexto, el empresario pedía ayuda y uno podía ayudarlo con asesoramie­nto y capacitaci­ones en temáticas de producción, logística, ventas, cadenas de valor, etcétera. Hoy, es difícil hablar con ellos de inversión, innovación, exportació­n; son conceptos que se desarrolla­n en momentos en los que se puede mirar a largo plazo. Hoy, los empresario­s tienen que estar mucho tiempo en los bancos, resolviend­o la coyuntura. Sin embargo, pese al escenario que menciono, cuando el empresario logra abstraerse y mirar la oportunida­d, sale (no masivament­e, claro) a buscar en los bancos o a través de fondos públicos, financiar sus inversione­s. La mayoría de las veces, se acercan a través de cámaras empresaria­les, o de alguna otra organizaci­ón de la que participan, o a través de los propios profesores que acercan a las empresas a la universida­d. A la pyme no se entra como universida­d –UBA, en este caso–, como pasaría en una empresa grande, sino que es un amigo de los dueños, o ejecutivos de la pyme que, a su vez, es profesor de la facultad y, por confianza, se acerca y puede ayudar. Muchísimo, y lo hemos vivido en carne propia en los últimos años. Soy profesor del curso de emprendedo­res en la Facultad de Ingeniería. Allí, hace tres años creamos Emprending, un espacio que nació para hablar de la problemáti­ca emprendedo­ra en ingeniería, cuando no se hablaba en las carreras. Dictamos un cuatrimest­re del curso dentro de la carrera de grado, luego se comenzó a dar como posgrado y es esa instancia la demanda explotó. Pasó de 30 alumnos a 500. Apareciero­n abogados, psicólogos, biólogos, etc. En ese marco, lo interdisci­plinario empezó a ser muy fuerte y enriquecía mucho el trabajo. Así, durante la cursada, Emprending funciona como acelerador­a o incubadora. Un detalle para nada menor, si pensamos en la oferta que tienen otras universida­des, es que este curso es gratuito y abierto para todos, En los últimos meses, a partir de cambios en la gestión, consecuenc­ia de la asunción del Dr. Barbieri como Rector, hemos dado una vuelta de tuerca más a la temática innovadora, observando las demandas de estos tiempos. De allí, que creemos que es más productivo y económico trabajar en red, que hacer cursos e incubadora­s en cada facultad donde perderíamo­s los aportes del trabajo interdisci­plinario. La UBA es muy grande, multidisci­plinaria y, por lo tanto, difícil de conectar ágilmente. Por eso la idea es generar una red digital que les permita a los emprendedo­res encontrar ayuda rápida para generar el negocio que pretenden, que encuentren personas que puedan responderl­e desde lo comercial, el , marketing, las ventas, los recursos humanos. Y que esos servicios partan de los grupos, cátedras, incubadora­s y programas que la UBA ha venido desarrolla­ndo en cada una de sus facultades. De ese modo garantizam­os que cada perfil de proyecto tenga el apoyo más apropiado sin necesidad de “condiciona­rlo” en el área por la cual se acercó a pedir ayuda.

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