Una apuesta fallida
EL PROYECTO DE QUASAR BUILDERS CONCLUYE CON EL REVÉS DE AVENIDA.COM.
La noticia más resonante de los últimos meses, en el reducido ámbito de la inversión de riesgo en la Argentina, es mala. Fundada a fines de 2013 por Andy Freire, Santiago Bilinkis, Pablo Simón, Federico Malek y Alan Kraus, y con US$ 50,5 millones en su haber, producto de tres rondas de inversión, Avenida.com debió reducir a la mitad su plantel, cerrar su depósito y reorientar su estrategia del e-commerce propio a un marketplace estilo MercadoLibre. La compañía nunca llegó al punto de equilibrio, mientras que los fondos Naspers y Tiger, que lideraron sus series By C, sufrieron enormes pérdidas debido a sus apuestas por la india Flipkart, que sucumbió ante Amazon. Por eso, “decidieron no seguir invirtiendo en este tipo de modelo de negocio en ninguno de los nuevos mercados en los que estaban apostando”, según explicó la firma en un comunicado.
Más allá del caso en particular, es la propia Quasar Builders la que deja de existir, según revela Pablo Simón, su CEO: “Siempre se planteó como un proyecto de cuatro años y eso termina ahora. Vamos a seguir trabajando con las empresas que tenemos (Restorando, Trocafone y Sirena) pero no habrá nuevas. Los socios estamos en proyectos diferentes. Personalmente, estoy armando un fondo nuevo”. En efecto, luego de invertir US$ 1,5 millones en 2015, el año pasado sólo habían desembolsado 200.000, en partes iguales, entre los proyectos de Snapcar y Vinti. Otro tanto sucede con los fondos Vrainz, con proyectos fondeados por US$ 1 millón en 2015, con Mountain Nazca, que había hecho lo propio por 750.000 en aquella temporada, con ArFintech y con Codamation. Al cierre de esta edición, ninguno de los cuatro tenía planes definidos para este año en la Argentina. Es que, como afirma Simón, “el contexto global para inversiones de este tipo en América Latina está, hoy por hoy, muy frío y creo que seguirá igual durante al menos la primera mitad del año”.
puntualiza Ignacio Plaza, para poner en contexto los datos relevados.
Eso es claro: a nuestro país le sobran emprendedores y le falta inversión. “Hoy, la Argentina cuenta con el talento para generar startups de alto impacto, pero no dispone de acceso al financiamiento necesario en el mercado local. Con la sanción de las nuevas leyes, la Argentina puede afianzarse en la región como un polo de desarrollo innovador, como consecuencia de que su semillero de emprendedores tenga acceso a un mercado local capaz de otorgar financiamiento”, indica Ariel Arrieta.
En consecuencia, ¿puede transformarse el 2017 en el año del despegue de la industria de capital emprendedor?“Se espera que se creen nuevas aceleradoras y fondos de valores mucho más relevantes en comparación con los de años anteriores. Esto debería permitir un escenario muy positivo para los emprendimientos que, hasta aquí, tenían que irse al extranjero para levantar capital”, coincide Luis Bermejo. “También hay fondos de Estados Unidos y de México que están viniendo a la Argentina, porque saben que hay buen dealflow. Los resultados los iremos viendo con el tiempo, no son de un día para el otro”, confirma Diego González Bravo.
Pero diferentes perspectivas revelan matices que dejan planteado el interrogante: ¿Existe la posibilidad concreta de que sea otro año perdido para el financiamiento de riesgo de emprendedores argentinos? “Si la economía finalmente encuentra su rumbo y se empieza a delinear una lógica clara para los próximos años de gobierno, seguramente veamos una actividad muchos más activa de fondos de inversión del exterior”, condiciona Antonio Peña.
El corto plazo, sin embargo, no parece tan alentador, como ilustra Ernesto Corona: “Las tasas de interés alientan al capital a invertir especulativamente, lo mismo que la concentración de exenciones en industrias de bajo valor agregado, como la minería y los granos. No vemos un crecimiento significativo de la inversión en capital emprendedor mientras las condiciones se mantengan más atractivas en el mercado financiero”.
Diferentes perspectivas revelan matices que dejan planteado el interrogante: ¿Será otro año perdido para el financiamiento de riesgo de emprendedores locales?