Temporada de caza para las puntocom.
Fondos “venture capital”, “aceleradoras” y “clubes de ángeles” cuentan con una billetera de US$ 37 millones para apostar a desarrollos de alto impacto. ¿Alcanza?
el contexto internacional no parece tan desfavorable como podría suponerse. Si bien Brasil registra una caída cercana al 50% en la inversión de capital emprendedor, producto indudable del derrumbe de su economía, América Latina todavía resiste. De hecho, verifica un aumento del 46% en el primer semestre del año pasado, hasta US$ 218 millones distribuidos entre 104 transacciones, según los últimos datos de la Asociación Latinoamericana de Private Equity y Venture Capital (Lavca).
“Lo que vemos hoy en el paisaje de las startups de la región es fruto de mucho trabajo de los inversores locales. Pero como hay algunas que están resolviendo problemas, creando valor y creciendo rápidamente, todas cualidades atrayentes para los fondos internacionales significativos que están entrando en el mercado, principalmente en México y Brasil”, señala Julie Ruvolo, directora de Lavca.
“América Latina es un mercado digital que está al borde de un enorme crecimiento en los próximos años. Sin embargo, la región sólo recibe una fracción de la inversión de venture capital que se destina a otros mercados emergentes, como India. Hay una gran oportunidad, tanto para inversores locales como para internacionales”, añade.
Si bien está lejos de los aportes de Monsanto para el fondo brasileño de inversión en agtech BR Startups, por US$ 92 millones, o de Founders Fund y Sequoia para la también brasileña Nubank, por 50 millones, un ejemplo concreto al respecto es el del MercadoLibre Commerce Fund o MELI Fund. Creado en 2013, lleva invertidos dos millones en 16 compañías de soluciones de business intelligence, contabilidad en la nube, e-commerce para grandes marcas o finanzas para vendedores, siete de ellas fundadas por argentinos, como es el caso de las más recientes: Trocafone y Clinc.
Sin embargo, Ignacio Estivariz, gerente de
Desarrollo Corporativo de MercadoLibre y vocero del fondo, anticipa: “El objetivo de corto plazo es invertir US$ 10 millones en la región, en emprendimientos que potencien el ecosistema de e-commerce, se desarrollen sobre nuestra plataforma abierta y agreguen valor a nuestros vendedores y compradores”.
El salto tiene que ver con un cambio estratégico. “Queremos que nuestro fondo tenga mayor protagonismo. Por eso, vamos a invertir no sólo en proyectos en estadio de semilla, sino también de madurez. Este cambio hace que comencemos a apoyar a dos tipos de compañías con rondas de seeds y de serie A, lo cual naturalmente aumenta el ticket promedio”, explica.
No es el único caso. Ahí está también el de KaszeK Ventures, el fondo de inversión de riesgo fundado en 2011 por los ex MercadoLibre Hernán Kazah y Nicolás Szekasy que, con sus apuestas por emprendimientos de la talla de Open English, Netshoes, SaferTaxi o Eventioz, se transformó en uno de los más importantes de América
Latina. El año pasado adicionaron a su de emprendimientos criollos a Increase, que se sumó a Restorando, Technisys, YOP, TiendaNube, Nubeliu y GoIntegro.
“Esperamos invertir en todas las compañías que entren en nuestra tesis”, indica Nicolás Berman, otro de sus socios. Es decir: series A (ronda de inversión cuando el emprendimiento ya tiene un producto o servicio en el mercado) de firmas que escalen mediante el uso de tecnología, apunten a grandes mercados, cuenten con barreras de entrada locales y con fundadores que hagan la diferencia.
VIEJOS JUGADORES, NUEVOS FONDOS
Cinco players de ya reconocida trayectoria en el ámbito de la inversión en capital emprendedor ostentan las principales novedades del mercado. Es que, en todos los casos, buscan estructurar nuevos fondos con los que puedan multiplicar sus desembolsos a lo largo del 2017, si es que encuentran los emprendimientos indicados. Se trata de NXTP Labs, de la asociación entre Alta Ventures y Axia Ventures, del fondo cordobés Alaya Capital Partners, de Cites y de Cygnus Capital.
De este modo, en primer lugar, NXTP Labs elevaría su exposición desde los US$ 2,325 millones
destinados a 17 emprendimientos durante el año pasado –con Satellogic, FAV, VU, Zolvers, Wideo, The Other Guys, Agrofy, Cinemad, Crowdium y Mofiler a la cabeza en los montos– hasta nada menos que 15 millones para el actual. Así lo asegura Ariel Arrieta, socio y CEO de la aceleradora creada en 2012, con ya más de 175 proyectos fondeados.
“Estamos levantando un fondo común cerrado de capital emprendedor de alto impacto junto a Consultatio, con expectativas de llegar a US$ 120 millones y con inversores regionales como la Corporación Financiera Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina. Sumado a esto, también lanzamos un fondo para captar capital del blanqueo y de compañías de seguros con cotización pública en la bolsa local, aprobado por la Comisión Nacional de Valores. Esto incrementa nuestra capacidad para invertir en compañías argentinas”, precisa Arrieta.
“En nuestro caso, buscamos equipos capaces de llevar adelante proyectos regionales escalables que puedan llegar a valer, al menos, US$ 100 millones, pero que no sean capital-intensivos. Nos atraen los proyectos innovadores y no simplemente las copias de compañías que tuvieron éxito en otros mercados. En el proceso de selección, deben demostrar tracción. No buscamos emprendimientos en modo de prueba y validación de sus modelos de negocios, sino compañías ya validadas por el mercado y que necesiten capital para escalar”, continúa.
Es que, igual que para muchos de sus pares, la oportunidad de crear firmas en nuestro país, que se destaquen por la calidad del talento emprendedor está intacta, según el inversor. “Las compañías argentinas siguen siendo relativamente baratas respecto de otros mercados regionales. Esto tiene que ver con la falta de capital para invertir, lo que llevó a una demanda desproporcionadamente mayor por parte de potenciales emprendedores con relación al capital disponible. Esto probablemente cambie cuando empiecen a ingresar otros fondos y el mercado se vuelva más competitivo. Seguramente veamos una suba de las valuaciones de las compañías locales”, analiza.
En ese camino, en segundo término se ubica la asociación entre la mexicana
Alta Ventures y Axia Ventures, que lidera Lisandro Bril. De hecho, el año pasado sólo había invertido US$ 2 millones en
compañías a las que ya había apoyado –lo que se denomina “follow on” en la jerga del venture capital– como Muraly, Unleash, Keclon, GranData y Technisys, que pudieron recibir hasta 20 millones de sus coinversores.
“Mis fondos ya habían completado su período de inversión. Por eso, esperamos levantar uno nuevo que nos permita invertir US$ 5 millones este año, en emprendimientos de IT e Internet, biotech, IoT y machine learning, robótica, healthtech y cleantech. En todos los casos, buscamos innovación de fundadores argentinos con proyección global”, sostiene Bril.
Aunque estructurado durante el año pasado en Chile, debido a los beneficios que ofrece por ahora ese país, otro ejemplo al respecto es el del segundo fondo de la cordobesa Alaya Capital Partners, por US$ 16 millones. “Este año, vamos a invertir cuatro millones en emprendimientos de base tecnológica en etapas tempranas, con al menos dos cofundadores, un equipo de alto impacto y, preferentemente, de sectores como e-health, fintech y agroali-
mentación”, informa Luis Bermejo, socio y CEO de la iniciativa creada en 2012.
Una cuarta iniciativa que se encuentra constituyendo un nuevo fondo es la del Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social, mejor conocido como Cites, creada por Sancor Seguros en 2013. De este modo, prevé multiplicar por entre cinco y siete veces sus desembolsos del año pasado, subiendo de 600.000 a entre US$ 3 y 4 millones.
“Es que Cites se está consolidando como una incubadora de emprendedores científicos en las áreas de nanotecnología, biotecnología, ingeniería y software, que desarrollen productos para agricultura, fintech, logística, bioinformática, y soluciones innovadoras para los negocios del seguro y la medicina prepaga. Esto facilita encontrarlos y convencerlos del valor que les ofrecemos. Además, el fondo va a potenciar el alcance de nuestras inversiones”, subraya Martín Marlatto, su Chief Business Development Officer.
El que también se propone dar un salto desde los US$ 300.000 desembolsados el año pasado –en las startups S4, Semtive, Eiwa, La Maquinita, Unleash y Bitcourt–, hasta nada menos que entre dos y tres millones de billetes con la cara de Washington es Cygnus Capital.
“El nuevo fondo Cygnus II es un venture capital considerablemente mayor. El año pasado nos abocamos al fundraising y, entonces, estuvimos a media máquina en términos de inversiones. Ahora, esperamos encontrar buenos proyectos de fintech, agtech, biotech y cleantech para hacer tickets más grandes. Creemos que son los sectores con más potencial en nuestro país”, asegura Diego González Bravo, cofundador y actual CEO.
Cinco jugadores ostentan las principales novedades del mercado. Se trata de NXTP Labs, Alta/Axia Ventures, Alaya Capital Partners, Cites y Cygnus Capital.
A REDOBLAR LA APUESTA
El comportamiento del resto de los principales fondos de inversión en capital emprendedor en nuestro país es heterogéneo. Por ejemplo, Wayra, la aceleradora fundada por Telefónica en 2011, planea continuar con sus inversiones en torno a US$ 1,1 millones anuales, entre dinero en efectivo y servicios, para un promedio de nueve proyectos cada doce meses.
“Como aceleramos las empresas en las que invertimos, para dedicarles tiempo, no lo hacemos con más de diez por año. Trabajamos junto a ellas, ofreciéndoles incluso nuestras oficinas para que puedan desarrollarse. Brindamos un apoyo integral, que incluye la proporción de herramientas tecnológicas, mentores cualificados y la financiación que necesitan para impulsar su crecimiento”, señala Lorena Suárez, su CEO.
En concreto, la ejecutiva anticipa que prevén continuar invirtiendo en empresas de software o de software más hardware, en soluciones digitales en general y con particular atención en Big Data, IoT, seguridad, educación, agro y salud: “El 70% de las empresas en las que invertimos logra siguientes rondas de financiación para continuar creciendo, y multiplica por cinco su facturación, en promedio, desde que comenzamos a trabajar con ellas”.
Por lo contrario, como cara visible de Primary Ventures, el fondo creado en 2013 por el Mercado a Término de Rosario, también conocido como Rofex, y Argentina Clearing, Ignacio Plazase anima a casi decuplicar sus promesas de desembolsos durante este año. “El 2016 fue un año de transición, en especial por el retraso en la Ley de Emprendedores, que postergó algunas decisiones de operadores a la espera condiciones más ventajosas”, admite. De hecho, en su caso, apenas invirtió
US$ 120.000 en cinco proyectos: Eiwa, Nubimetrix, Bitcourt/Signatura, S4 y GasOnline.
“Este año, vamos a estar entre 250.000 y un millón de dólares para proyectos de fintech en particular. Es posible que nuestra operación se vuelva más compleja con la incorporación de nuevos socios, lo que conformaría una orden de magnitud total bastante mayor. En ese caso, el alcance se ampliaría a biotech, agro, cleantech, IoT y SaaS, para negocios B2B o B2B2C”, describe Plazase.
Otro aporte relevante será el del club de business angels del IAE. Creado en 2005 y con 110
socios en su haber, el año pasado sólo realizó cuatro due diligences, sin concretar ninguna inversión. Pero para esta temporada estiman desembolsos por 700.000 dólares. “Además de los proyectos de IT que recibimos habitualmente, se está notando un mayor interés por la bio y la nanotecnología, y también por las energías renovables. Muchos inversores buscan proyectos de economía real”, explica Juan Martín Rodríguez, su CEO.
Por su parte, Overboost, la aceleradora creada en 2011, tiene previsto duplicar sus apuestas respecto del año pasado, cuando llegó a US$ 260.000 entre las plataformas Edutest.me, Sports.tt, Toptrend.news, Topsifytickets y Lingosongs. “Nuestro foco es bastante marcado en proyectos de inteligencia artificial, plataformas de análisis social, educación y entretenimiento. Siempre buscamos emprendedores con algún tipo de experiencia, sobre todo porque nos interesa sumarnos a proyectos que estén en etapa de monetización”, sostiene Antonio Peña, su CEO.
Desde 54 Ventures, el fondo creado en 2014 como brazo inversor de Emprear, los planes pasan por sumar a los desembolsos realizados el año pasado –en SmartPoll, DeliveriesYa, DMO y Be Better Hotels–, otros “300.000 dólares en emprendimientos de software, mobile apps, e-commerce, digital media, fintech, healthtech e IoT”, asegura Elian Álvarez, cofundador y socio gerente.
Por último, la aceleradora sanjuanina Nerdcube, creada en 2015, prevé conservar una escala cercana a los US$ 320.000 aportados a los proyectos de MOMS, TravelPAO, GoPool, GlucoApp, e-Body, PagoCuotas e iMuni, con aportes del Banco Interamericano de Desarrollo.
“El plan es mantener la inversión base de 300.000 dólares entre el BID y Nerdcube, y levantar en rondas de inversión nacionales otros 250.000 para los proyectos más avanzados. Prevemos destinarlos a emprendimientos de realidad aumentada y mercados de doble lado, como las plataformas. En el primer caso, por su fuerte espacio de aplicación en sectores industriales, y en el segundo, por la necesidad de optimizar los mercados electrónicos de consumo masivo”, completa Ernesto Corona, su CEO.
¿ESTAMOS MAL, PERO VAMOS BIEN?
En resumidas cuentas, los inversores de capital emprendedor de nuestro país son, sin duda, más optimistas sobre el futuro de la industria que respecto del magro presente. “Necesitamos multiplicar la inversión de capital emprendedor, tanto ángel como venture capital, por unas 25 a 50 veces respecto de las magnitudes actuales, para llegar a niveles sobre el PBI que puedan causar impacto”,