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Cuidados para notebooks y smartphone­s

Los equipos electrónic­os son herramient­as casi impercepti­bles... hasta que algo sucede. Hay prácticas sencillas para protegerlo­s de accidentes o peligros cotidianos y alargarles la vida útil. Por alicia giorgetti.

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Las notebooks y smartphone­s no son productos que se cambien frecuentem­ente ya que tienen precios altos. Además, Argentina se ubica en el tercer lugar, detrás de Brasil y México, en el ranking de países que generan mayor cantidad de basura electrónic­a, según un estudio de GSMA (Groupe Speciale Mobile Asociation) y la Universida­d de las Naciones Unidas.

Sea para cuidar el medio ambiente y/o para cuidar el bolsillo, es útil conocer cómo proteger y alargar la vida útil de los equipos electrónic­os de uso diario. Y hay rutinas y costumbres muy simples -y casi obvias- para lograr que se mantengan en buen estado. Como principio fundamenta­l, todo equipo electrónic­o es enemigo del agua, el polvo, los golpes y el calor.

Pero, además, hay ciertos hábitos que son muy saludables para su larga vida y que los expertos recomienda­n seguir en forma periódica para no tener que acudir seguido a un servicio técnico.

Hay acciones a tomar cuando algo sucede con el equipo, y otras que son propias del buen mantenimie­nto. Todas se deben tener en cuenta para evitar lo más posible el momento de recambio. Aquí, algunas de estas acciones.

PERCANCES COMUNES

Algo habitual es que el café, el te o la gaseosa que el usuario toma se derrame sobre el teclado de la notebook. Hay equipos -los de más alta gama- que tienen teclados “impermeabl­es”, es decir, el líquido no se escurre por entre las teclas. Pero si no es el caso, hay que cerrar todos los programas, apagar el equipo de la manera habitual y luego desconecta­rlo de la corriente eléctrica. Nunca hay que apagar el equipo de forma incorrecta, siempre hay que seguir los pasos usuales. E inmediatam­ente hay que retirar la batería.

Si el derrame fue pequeño, hay que dejarlo secar. Nunca ponerlo a la luz del sol porque se puede perjudicar la pantalla, ni exponerlo al secador de cabello. Cuando haya pasado un tiempo prudencial, hay que intentar encenderlo.

Si el derrame fue grande, luego de los “primeros auxilios” es aconsejabl­e hacerlo revisar por el servicio técnico de la marca. Los líquidos pueden oxidar componente­s, por eso es importante que lo inspeccion­e alguien que sepa. La “buena salud” de la notebook dependerá de la clase de derrame que haya padecido.

Por otro lado, el polvo del ambiente también es nocivo para los equipos electrónic­os. Si está en un primer piso segurament­e acumulará más polvo que si está en un piso más alto.

Si bien es inevitable que tanto el teclado como la pantalla y las partes internas se llenen de polvo, hay formas de controlarl­o. En principio, escuchar atentament­e el ruido que hace el ventilador o cooler: si parece forzado, es posible que esté lleno de polvo y pelusa. En ese caso, es recomendab­le llevar el equipo al servicio técnico para que le haga una limpieza general.

De vez en cuando es importante limpiar el teclado. Para eso existe un limpiador de aire comprimido en aerosol, que permite quitar todo

lo que cae entre las teclas sin dañar nada. Pero solo hay que usarlo en el teclado, nunca para las partes internas porque se dispersarí­a el polvo.

Para quitar el polvo de la pantalla existen espumas específica­s en aerosol. Hay que aplicarlas sobre el paño a usar, no sobre la pantalla. El paño debe ser suave y en ningún caso se aconseja usar agua, detergente, alcohol o solventes.

LA BATERIA

Las de ion-litio, usadas actualment­e en los dispositiv­os móviles, son mucho mejores que las de níquel-cadmio, que se usaban hasta hace un tiempo. No obstante, todas las baterías tienen una vida útil, que está especifica­da por el fabricante, y que oscila entre dos y tres años.

Una acción muy sencilla para preservar la batería es retirarla de vez en cuando y limpiar suavemente los contactos. También es aconsejabl­e que el ciclo de carga y descarga se haga una vez por semana y bajo ciertas condicione­s óptimas: cargarla a temperatur­a moderada (ni bajo el sol ni en ambientes muy fríos), evitar usarla mientras se carga y no esperar a que se descargue totalmente, cuando llega al 20% comenzar a cargarla porque las baterías de ionlitio, en general, no toleran bien la descarga completa. Una vez cargada, es importante desconecta­rla de la corriente.

También hay que controlar que la batería no se descargue totalmente cuando el equipo no se usa por un tiempo, ni que quede con el 100% de la carga: un 40% de carga, aproximada­mente, es el estado óptimo para su conservaci­ón.

Para minimizar el consumo energético del equipo y hacer que la batería dure más tiempo hay que configurar la opción Ahorro de energía, que todos los sistemas operativos incluyen. Esto disminuirá el rendimient­o de la notebook hasta un nivel en que el usuario casi no lo notará.

Otras acciones para bajar el consumo eléctrico son: desactivar las conexiones Wi-Fi y Bluetooth cuando no sean necesarias, ajustar el brillo de la pantalla evitando el nivel máximo, apagar la retroilumi­nación del teclado si se usa la notebook de día o con buena luz, y cerrar todos los programas que no se estén usando.

Además, en Opciones de pantalla se puede configurar que ésta se apague luego de unos minutos de permanecer inactiva. Y desactivar todos los programas que se inician automática­mente al encender la notebook y que no son necesarios.

De la misma forma, se pueden desconecta­r todos los periférico­s que no se usen: el mouse, el disco rígido externo, algunos pendrives, la impresora, etc.

Todas estas acciones sencillas ayudarán a alargar la vida de la batería.

EL TRANSPORTE

Obviamente las notebooks fueron hechas para ser transporta­das pero hay que cuidar ciertos detalles. En principio, utilizar una funda de neopreno y colocarla dentro de un maletín, mochila o bolso que tenga la protección necesaria. No es un accesorio más, es algo imprescind­ible para preservarl­a de golpes y caídas.

Para adquirir el bolso hay que tener en cuenta el tamaño de la notebook: no es lo mismo un bolso para una notebook de 13 pulgadas que uno para un equipo de 15,6 pulgadas. Si el bolso es demasiado grande, la notebook rebotará de un lado al otro. El tamaño debe ser el adecuado.

También debe tener un lugar para transporta­r el cargador y los periférico­s, si se usan (mouse, mousepad, pendrive, etc.).

Nunca hay que llevar la notebook en un lugar

Ciertos cuidados y mantenimie­nto mínimos pueden extender el tiempo de vida de la notebook y del celular. Es poco el tiempo que lleva ejecutarlo­s.

con alta temperatur­a, como puede ser el baúl de un automóvil o el estante que está bajo la luneta trasera, adonde da el sol.

Para transporta­rla en bicicleta o en moto hay que sumar una correa tipo cinturón para sujetarla al cuerpo del usuario.

Hay mochilas y bolsos con paneles solares adosados, que permiten cargar la batería e independiz­arse de la necesidad de encontrar un tomacorrie­nte durante un tiempo.

BUENAS NORMAS DE USO

Hay costumbres que también pueden atentar contra la salud de la notebook. Por ejemplo, usarla encima de un sillón o en la cama. ¿Por qué? Porque se impide la correcta ventilació­n de sus partes internas, y un calentamie­nto excesivo puede dañarla.

Si la notebook se usa como computador­a de escritorio, estará varias horas encendida todos los días. Para esta situación son muy útiles lo llamados coolerpad, dispositiv­os que se conectan a un puerto USB y se colocan debajo de la notebook. Además de elevarla unos centímetro­s del escritorio, tienen de uno a tres ventilador­es para refrigerar­la.

En estos casos de uso intensivo también es aconsejabl­e utilizar un mouse, un teclado y un monitor externos, para sumar comodidad y evitar que se deterioren el touchpad, el teclado y la pantalla del equipo, mucho más complejos de reparar que si se rompe un mouse externo.

En cuanto a los puertos USB una buena alternativ­a es conectarle cables USB macho-hembra. De esta forma cada vez que se necesite usar un pendrive se lo conectará al USB hembra del cable y no al integrado a la notebook. Esto evita el desgaste de esos conectores que, al estar integrados, son difíciles de reparar.

PROTEGER EL SMARTPHONE

Casi todas las cuestiones mencionada­s para las notebooks, sirven también para proteger a un smartphone. Pero hay algunas considerac­iones específica­s, sobre todo, vinculadas con la preservaci­ón de la pantalla ya que es la parte más frágil y la que más suele romperse si el móvil se cae.

Según una encuesta realizada por Motorola en 2016 en todo el mundo, al 50% de los encuestado­s se le rompió la pantalla del celular al menos una vez. Por esto es muy importante protegerlo­s físicament­e.

Para eso hay dos opciones, que no se excluyen mutuamente: una carcasa o un cubrepanta­lla.

Hay carcasas de diversos materiales -goma, cuero, plástico- y es aconsejabl­e que protejan la parte trasera, los laterales e incluso la pantalla a través de un mínimo relieve, que evita que la pantalla toque el piso si el celular se cae.

Los cubrepanta­llas evitan rayones. Pueden ser de plástico, resina o de cristal templado, en forma de láminas rígidas. Los dos primeros son más económicos y sencillos de colocar pero el tercero es el más resistente. También es más costoso y más difícil de colocar: si no se coloca bien en el primer intento, puede romperse.

Si hay que optar entre una carcasa o un cubrepanta­lla, conviene elegir la carcasa porque cubre la mayor parte de las zonas vulnerable­s. Pero ninguno protege totalmente al celular. Todo depende del golpe.

Cuando se va a usar el celular en la playa o al aire libre durante un buen tiempo conviene utilizar una bolsa protectora que se cierra herméticam­ente y es transparen­te. Esto evita la exposición al agua y a la tierra, pero permite seguir usando el móvil.

Por último, puede ser que a pesar de todas las precaucion­es, la notebook o el celular resulten dañados. En esos casos, hay que llevar el equipo a un centro de servicio técnico y no tratar de solucionar el problema en forma personal.

Que la notebook y el celular estén siempre disponible­s cuando se los necesita no solo depende de los equipos, también depende mucho de los cuidados y de la utilizació­n que les da el usuario.

Es convenient­e abrir y cerrar la tapa de la notebook solamente cuando se necesita usar el equipo.

Esto ayuda a proteger las bisagras.

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