“Un local es una locura”
“Sé que no es políticamente correcto decirlo, pero creo que el que pone un local en este contexto está loco. Quizás el negocio funciona bien, pero los alquileres están por las nubes y encima se ajustan cada seis meses. A esto hay que sumarle que el consumo va en caída; es un contexto negativo por donde se lo mire”, se sincera
Daniela Bufczyk, dueña de Urbanito. Se trata de una marca de ropa para chicos, con cuatro locales propios y dos franquicias en operación. A comienzos de año, Bufcyk debió mudar uno de sus locales, sobre la avenida Santa Fe y se pasó a otro en Almagro, un local que no sólo está más barato sino también és más grande.
Para paliar la baja del consumo, Urbanito ofrece promociones del tipo 2 x 1, venden ropa de la temporada anterior con un 30% de descuento y da cuotas sin interés. “Así y todo es notable, la gente va directo al perchero de la temporada pasada para comprar con descuento”, comenta. Según el histórico de la marca, un local bien ubicado factura alrededor de $ 400.000 y 500.000 mensuales. “El tema es general, con los comerciantes que hablo coincidimos en que con suerte se llega al nivel del ventas del año pasado. Dicen que lo peor ya pasó, espero que así sea y que se implementen políticas de consumo, que es lo que mueve la economía del país.”
Si bien le llegan pedidos de franquicias, tampoco encuentra el perfil adecuado para este contexto. Por lo general, dice, son inversores que quieren manejar el negocio de manera remota o, a lo sumo, estar algunas horas. “Eso funcionaba hace unos años; hoy hay que estar en el local, el compromiso es fundamental. La logística, los recursos humanos, la variedad de prendas y talles; son muchas variables que hay que manejar y controlar”, advierte.
La inversión total para abrir una franquicia de Urbanito, dependiendo de tamaño y ubicación del local, está entre los $ 500.000 y 700.000. “Nosotros no cobramos fee de ingreso porque el franquiciado ya tiene que comprar la colección completa de prendas. Más o menos $ 300.000 son de mercadería”, dice. “Tienen que entender que con una caja de ropa, no se monta un negocio. Tampoco la idea es matarlo: le damos un descuento del 15% por volumen de compra. Todo lo que podamos hacer siempre se hará porque un franquiciado es un cliente y un socio a su vez.”