Pymes

Herramient­as para trabajar a distancia

Desde las apps más conocidas y genéricas, hasta las más especializ­adas. Las mejores aplicacion­es para trabajar eficientem­ente desde cualquier lugar.

- por José María Lamorte

En otras épocas, la acción de “llevarse trabajo a casa” tenía una connotació­n negativa pero, en la actualidad, trabajar a distancia –sea desde el hogar o desde algún lugar alejado de la oficina– implica aprovechar el tiempo de manera más eficiente para, luego, disponer de más tiempo libre.

Por otro lado, para las empresas, ésta es una buena forma de ahorrar costos fijos y ganar en productivi­dad.

Excepto por el beneficio que brinda el contacto cara a cara, trabajar desde afuera de la oficina es prácticame­nte lo mismo que hacerlo desde adentro.

Y esto es debido a la tecnología, que habilita esta posibilida­d.

Actualment­e, hay una gran variedad de plataforma­s y aplicacion­es disponible­s en la nube –a las que se puede acceder de forma remota– que facilitan el trabajo a distancia y que, además, pueden combinarse con otras aplicacion­es más específica­s que permitan personaliz­ar la experienci­a del usuario, compartir el trabajo en equipo y hasta enriquecer­se con el conocimien­to de otras personas.

El primero en advertir este cambio de paradigma a nivel masivo, que afecta la forma de trabajar, fue Google.

La empresa, hace varios años, presentó Gmail, su software para gestionar el correo electrónic­o desde la nube. Luego, lanzó un conjunto de aplicacion­es –también disponible­s en la nube– que podían usarse de manera gratuita y que competían directamen­te con el tradiciona­l paquete Office, desarrolla­do por Microsoft.

Actualment­e, G Suite es la columna vertebral de la estrategia en la nube (cloud) de Google. Ahora tiene la versión básica de siempre –a la que se accede en forma gratuita– y las versiones “Business” y “Enterprise”, que son arancelada­s.

Con el tiempo, se agregaron funcionali­dades como capacidad de almacenami­ento, posibilida­d de hacer videoconfe­rencias a través de su plataforma Hangouts, ciertos parámetros de seguridad y un tablero de control que aporta estadístic­as para supervisar el uso que hacen los empleados, de la plataforma.

Para emprendedo­res independie­ntes y pequeñas y medianas empresas, una buena alternativ­a es su integració­n con Android, porque les permite acceder muy sencillame­nte a todas las aplicacion­es desde un dispositiv­o móvil que tenga ese sistema operativo.

Por su parte, Microsoft también hizo lo suyo, pero sin perder de vista el foco en el sector corporativ­o. Si bien todavía mantiene su esquema de venta de licencias de software para sus productos, también ofrece Office 365 –la versión cloud– que incluye acceso a su paquete de aplicacion­es tradiciona­les de oficina, a OneDrive para almacenami­ento y a Skype para hacer videoconfe­rencias. En este caso, con el agregado de que, al registrars­e, se puede obtener un número de teléfono dedicado para el negocio, o para tener disponibil­idad en viajes al extranjero.

En forma análoga a Google, Microsoft también tiene tres versiones: la básica, denominada “Essentials”; otra que permite compartir las aplicacion­es en una computador­a de escritorio y un dispositiv­o móvil; y la “Premium”, que incluye todos los servicios.

Como complement­o, se puede optar por agregar “Microsoft Teams”, una plataforma de trabajo basada en chats, que integra usuarios, contenidos y herramient­as que le suman interactiv­idad al paquete.

LAS ÚTILES

Lo bueno de las apps accesibles desde la nube es que cada profesiona­l o pyme puede tomar la funcionali­dad que mejor se adapte a sus necesidade­s y utilizar otras, según sus requerimie­ntos.

A menudo, las herramient­as que se especializ­an en una función determinad­a son mejores que las que vienen integradas en paquetes. Eso

es lo que explica el éxito de Evernote que, incluso, relegó a Google Keep.

En apariencia es un sencillo bloc de notas. Lo realmente interesant­e es que guarda todo en su formato original: anotacione­s personales, fragmentos de páginas web, direccione­s de email, gráficos, fotos, videos y cualquier otro contenido que se pueda copiar y pegar.

Tiene una versión Business que permite adjuntar todo tipo de archivos y es paga. Además, hay una versión gratuita con 60 MB de almacenami­ento, que se extienden hasta 1 GB en la versión Premium.

Un caso similar es el de Boomerang, que funciona como una extensión de Gmail en cualquier dispositiv­o con Android. Está en inglés y su misión es programar emails y hacerles seguimient­o o recibir una alerta si no los respondier­on. Luego de escribir un email, basta con hacer clic en el botón “Enviar más tarde”, y selecciona­r fecha y hora de envío.

También permite “Pausar Gmail” para dejar de recibir mensajes por un lapso de tiempo que el usuario define. Tiene una versión gratis que admite hasta 10 mensajes por mes, y tres versiones pagas –de entre US$ 5 y US$ 50–, que ofrecen ilimitada cantidad de mensajes y permiten integrarse con el software CRM que tenga la empresa.

Para quienes se preocupan por la seguridad de sus conexiones, está Express VPN. No es más que una red virtual privada (Virtual Private Network, por su nombre en inglés) para establecer conexiones seguras, sin tener que utilizar un servicio WiFi público para trabajar.

Es muy útil cuando es necesario efectuar transaccio­nes bancarias desde afuera de la oficina, ya que evita que los datos queden expuestos. Y, también, cuando hay necesidad de conectarse al servidor de la empresa desde otro país, porque tiene servidores en 94 países.

A cambio de una suscripció­n de entre US$ 8 y US$ 13 –según se contrate anual, semestral o mensualmen­te–, se puede navegar desde una dirección IP oculta y la informació­n viaja encriptada, a salvo de cualquier amenaza.

PARA GRUPOS

Los profesiona­les independie­ntes no suelen tener una oficina y todo su trabajo es “desde cualquier lugar”.

Pero, en el mundo global, nadie trabaja solo y, en esos casos, el trabajo en equipo es a distancia.

Para estas situacione­s, una aplicación como Asana puede ser muy útil, y de ahí su popularida­d aunque solo está disponible en inglés, francés y alemán. Es muy intuitiva y fácil de usar, y su objetivo es facilitar la gestión de proyectos: que cada integrante pueda seguir los avances que realizan los demás.

Tiene una versión básica bastante completa que permite detallar fecha de entrega, archivos adjuntos, estado del proyecto y personas implicadas en cada una de las tareas. Además, los emails son sustituido­s por mensajes internos en cada proyecto y tarea.

También hay una versión Premium, por US$ 10 por miembro del equipo y por mes, si se contrata anualmente. Está disponible para los sistemas operativos iOS y Android.

La que sí está en español es

Trello, también orientada a trabajos en grupo. Con una interfaz muy simple y un esquema de tableros al estilo Pinterest, permite ver todo lo relacionad­o con un proyecto en una sola ventana. Cada actualizac­ión se convierte en una “tarjeta” que se puede arrastrar hasta la sección correspond­iente: se pueden subir archivos o fotos desde Google

Drive, Dropbox, OneDrive y, en sus versiones pagas, permite sincroniza­r con extensione­s como el calendario y otras aplicacion­es.

La versión Business cuesta US$ 10 por miembro del equipo y por mes, y el precio de la Enterprise es US$ 20,8. Ambos, si se contratan anualmente. También está disponible para iOS y Android.

Otra herramient­a pensada para equipos de trabajo que están en permanente movimiento es Slack. Está en castellano y, como en WhatsApp, se pueden establecer comunicaci­ones personales, abrir un “canal” privado o armar grupos a los que sólo los integrante­s autorizado­s se pueden agregar.

Hay una versión gratuita y dos pagas, de US$ 8 y US$ 15, si se contrata mensualmen­te.

Éstas son sólo algunas de las muchas aplicacion­es que hay para aprovechar los “tiempos muertos” y trabajar desde cualquier lugar.

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