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Pioneras

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Cuando Ana Simeone comenzó a desempeñar­se como agente inmobiliar­ia todavía no existía la carrera de Martillero Público. Las inmobiliar­ias solían ser una división de las escribanía­s y estudios de abogados. Además, acota Simeone, más extraño aún resultaba ver a una mujer al frente de una inmobiliar­ia.

“Yo, desde los siete años, iba a ver inmuebles con mi papá. Me casé a los 15 años y a los 18 ya tenía dos hijos. Como tenía mucha experienci­a hice un curso y me puse una inmobiliar­ia. Quería hacer una inmobiliar­ia diferente, con buena presencia”, dice Simeone, que comenzó con su negocio hace 42 años. Comenzó con una inmobiliar­ia en Flores, después pasó por Belgrano y San Isidro.

“Primero vendía casas. Después, cuando empezó la crisis del petróleo me fui a Europa. Y en 1992, cuando comenzó el Mercosur, comencé a viajar a los países que lo integraban, y en 2002 volví a Europa.” De esa experienci­a, pasó a ser una desarrolla­dora inmobiliar­ia especializ­ada en fábricas, edificios corporativ­os y parques industrial­es. “Pasamos por crisis, pero nunca cerramos ni nos vino un cheque rebotado”, asegura.

Otra pionera en el rubro es Alejandra Covello, que además de martillera es Contadora Pública, con doctorado en Ciencias Económicas (UBA). “Cuando comencé, fue un trabajo de verano. Después querían que me quedara, pero que no siguiera con los estudios. Yo soy cabeza dura: me fui a la facultad, estudié y terminé. Y ojalá hubiera estudiado mil cosas más. A los 21 años empecé a trabajar sola, porque veía que había muchas cosas para cambiar en el mercado inmobiliar­io, sobre todo en marketing”, cuenta Covello, que en 1992 fundó Covello propiedade­s. Comenzó con la venta de propiedade­s en la zona de Palermo Nuevo (aledaño al predio de La Rural), donde contabiliz­a vendidos más de 200 proyectos. Con el nuevo siglo, llegó la expansión. La primera sucursal fue en Miami en 2002, como una forma de subsanar la crisis. “El tema de las sucursales surgió por un cliente globalizad­o (antes se usaba esa palabra). Tras asesorarno­s con una consultora, llegamos a la conclusión de que había que hacer foco en estos clientes para brindarle el servicio que requerían.”

Hoy, Covello Propiedade­s tiene sucursales en Miami, Montevideo, Punta del Este y Carmelo. “Cuando vimos que esos mismos clientes iban a

Punta del Este, en 2004 empezamos ahí, con la Torre Acuarela, que era un proyecto faraónico. El foco, a partir de entonces, estuvo entre los productos premium o bien lo que denominamo­s productos boutique. Después abrimos la sucursal de Carmelo.”

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