TRUCOS PARA QUE SEA MENOS CARA LA FACTURA DE LUZ
Muchos equipos y dispositivos que se usan en una empresa consumen más energía que la estimada. ¿Qué hacer para ahorrar energía eléctrica?
Por convencimiento u obligación, desde hace un tiempo el concepto de sustentabilidad genera cada vez más adhesiones en las empresas. Y si bien está relacionado con el impacto ambiental, social y económico de todas las actividades que se realizan, también impacta en la calidad de vida de las personas y, especialmente, impulsa el ahorro energético, un tema que es imprescindible tener en cuenta a la luz de las subas de las tarifas eléctricas.
AYUDAR AL CONTROL
En la Argentina, surgieron emprendimientos que apuntan a facilitar la tarea de mantener controlado el gasto de energía. Uno de esos casos es el de Wabee, un medidor de consumo eléctrico que se puede gestionar desde el celular para administrar el uso de electricidad en una oficina, una empresa o el hogar. Además, permite recibir alertas frente a situaciones atípicas, como cortes y recupero de energía o picos de tensión.
El producto –desarrollado por los emprendedores Claudio Figuerola, Gabriel Cacosso y Marcelo Gore– incluye una pequeña caja, de diseño minimalista, que se conecta al tablero eléctrico. Luego, hay que instalar en el celular una aplicación también desa- rrollada por ellos y, a partir de ahí, obtener en tiempo real la información relativa al consumo eléctrico.
Según Figuerola, el producto surgió debido a la necesidad de “ayudar a conocer mejor el uso que hacemos de la energía eléctrica”. Y Cacosso, su socio, agrega: “Es la mejor manera de adoptar una cultura de consumo más verde. Luego de trabajar la idea con profundidad, diseñamos el producto e iniciamos el desarrollo”.
El equipo tiene componentes desarrollados en el país, como el diseño de electrónica e industrial, la inyección de la carcasa exterior y la mano de obra especializada para el montaje y armado de las partes eléctricas. En 2016, obtuvo el premio en la categoría Eficiencia Energética del concurso “Poné tu energía para cuidar el ambiente”, de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
ENCENDER EL AHORRO
Tan importante como contar con el equipamiento adecuado para optimizar el gasto de energía, es saber en qué se usa la electricidad. Por eso, los especialistas recomiendan realizar un “estudio de consumo eléctrico” y luego determinar cuáles son las medidas de ahorro más adecuadas.
El siguiente paso –que es muy importante– debería ser concientizar a los empleados mediante campañas de información y de formación para promover el ahorro energético.
En general, los equipos electrónicos (computadoras, impresoras, faxes, pantallas, etc.) suelen estar encendidos todo el tiempo y muchas veces no están siendo utilizados. Ese encendido en modo stand by también gasta energía eléctrica que suma pesos a la factura.
Algunas costumbres son fáciles de implementar. Por ejemplo, apagar equipos que no van a usarse durante más de una hora y desconectar aquellos que directamente no tengan uso. Otro tip útil es configurar el salvapantallas de la computadora para que se active a los 10 minutos de no utilizarla, y en modo “Pantalla en negro”, ya que es el color que menos consume.
Según el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), la iluminación representa aproximadamente la tercera parte del consumo en una oficina. Por lo tanto, al decidir el tipo de iluminación, hay que tener en cuenta los requerimientos de cada ambiente y aprovechar al máximo la luz natural, adecuando la ubicación de los puestos de trabajo a su disponibilidad.
Otra sugerencia es sustituir las lamparitas incandescentes por fluorescentes o, mejor aún, por las basadas en
LED, cuyo precio ya es bastante competitivo. Desde junio de 2011, en la Argentina está prohibida la venta de lamparitas incandescentes de más de 25 W.
Mantener limpias las lamparitas y los artefactos que las contienen es un consejo muy fácil de implementar. También es mejor usar iluminación dirigida, que impacte en el área de trabajo, que una iluminación general. Y si es posible, utilizar temporizadores, que suban o bajen la intensidad según el requerimiento puntual de cada momento.
GASTO POR EQUIPO
Todos los artefactos eléctricos están divididos en siete categorías de eficiencia energética: desde “clase A” hasta “clase G”. Los “clase A” son los más eficientes, ya que consumen aproximadamente 50% menos que el consumo promedio. Por lo tanto, al comprar un nuevo equipo, es aconsejable verificar que sea “clase A” o, en su defecto, “clase B”. La indicación suele estar en una etiqueta pegada al equipo.
En su página web, el ENRE ofrece un listado con el consumo promedio de aparatos y equipos eléctricos y electrónicos. Muchos de ellos se utilizan en una empresa.
Por ejemplo, un acondicionador de aire frío/calor de 3.500 frigorías tiene un consumo promedio de 1,6 kW/h. Le sigue un caloventor chico con termostato, que ronda 1,5 kW/h. Lo mismo que una estufa de cuarzo también con termostato y que un horno eléctrico de entre 25 y 30 litros con termostato, un aparato muy de moda en las cocinas de las empresas.
La aspiradora, utilizada para la limpieza, consume 1,2 kW/h. La cafetera eléctrica se lleva 0,9 kW/h y un microondas consume 0,64 kW/h. Sólo el CPU de una computadora insume 0,4 kW/h y un televisor LCD de 40 pulgadas, 0,18 kW/h.
A partir de simples acciones y de sencillos cuidados, puede ahorrarse bastante energía eléctrica, y así colaborar con el cuidado del medio ambiente y con el propio bolsillo.