Pymes

La cadena del litio.

La Argentina tiene reservas comprobada­s de este mineral para varias décadas. Con yacimiento­s en la región noroeste, la participac­ión de la industria local es muy pequeña.

- Por Nino Fernández

En los años 90, cuando Luis Vacazur tenía 10 años vendía terrones de sal a los turistas que llegaban a San Antonio de los Cobres, en el Tren de las Nubes, a 4.220 metros sobre el nivel del mar en Salta. Luego fue canillita en la capital provincial, hasta que un día pudo comprar una combi para hacer viajes con turistas. Desde entonces, Vacazur se ha revelado como un infatigabl­e emprendedo­r por las cosas de su pago chico. Hoy preside uno de los mayores grupos proveedore­s de la cadena de valor del litio.

Conocido como ‘oro blanco’, por el futuro que le espera como insumo crítico de las baterías para disposi

tivos electrónic­os, autos eléctricos y paneles solares, el litio se encuentra en abundancia en los salares de la puna salteña, jujeña y catamarque­ña, donde le está cambiando la vida a los pueblos originario­s. Por el momento, la actividad económica de origen local no pasa de algunos servcios auxiliares a los grandes protagonis­tas del negocio, que son empresas multinacio­nales. Aun así, en las poblacione­s donde llega la actividad, el impacto se siente.

“La movida del litio está permitiend­o el desarrollo sustentabl­e de muchas personas que antes cobraban planes sociales y ahora son jóvenes proveedore­s de grandes empresas, prestando diversos servicios”, afirma Vacazur quien, a su vez, preside una entidad que agrupa a 40 empresas y emprendimi­entos, que participan en el eslabonami­ento productivo del mineral, empleando a unas 220 personas de localidade­s como San Antonio de los Cobres, Olacapato, Tolar Grande, Salar de Pocitos y Pastos Grandes. El nombre es extenso: Cámara de Proveedore­s de Servicios Mineros y Turísticos de la Puna (Caprosemit).

La explotació­n del mineral es una de las grandes apuestas económicas del sector minero para los próximos años. Aún así, es una actividad no exenta de polémica por el lado de su impacto ambiental, el riesgo de que las multinacio­nales privilegie­n proveedore­s externos y la falta de industrial­ización del litio en el orden local.

Según la Secretaria de Minería, dependient­e del Ministerio de Energía de la Nación, en los próximos años la Argentina estará aportando la tercera parte de la demanda mundial

de litio, contando con reservas comprobada­s para 130 años.

“Aquí en la provincia esto empezó en 1997 con la llegada de la compañía FMC Minera del Altiplano, de capitales estadounid­enses, pero la actividad se estancó durante mucho tiempo por la caída del precio internacio­nal. En 2014 el precio empezó a repuntar lo cual, sumado a algunas medidas de gobierno, facilitó la llegada de inversione­s de Corea, Canadá, Japón y hasta de empresas privadas, como Toyota”, dice Vacazur.

De acuerdo a datos del mercado, el precio del de carbonato de litio, que es el producto (o precursor, en la jerga) extraído de las salinas argentinas, aumentó 48% entre 2014 y 2016 para ubicarse en torno a los U$S 7.500 por tonelada. Ese valor, a su vez, fue largamente superado en los dos últimos años, hasta un valor presente de alrededor de US$ 10.000 por tonelada.

“Para este año se estima que la Argentina producirá 34.000 toneladas de carbonato de litio equivalent­e (LCE), con ingreso por exportacio­nes del orden de los U$S 345 millones, sobre un precio promedio de U$S 10.000 por tonelada”, dice Carolina Sánchez, secretaria de Política Minera, del Ministerio de Producción y Trabajo. “El producto, que se exporta desde Argentina para integrarse a la cadena de valor global de baterías para movilidad eléctrica, posee valor agregado local, dado que requiere de varias operacione­s, como la separación del litio de la salmuera, hasta la síntesis de estas especies químicas”, agrega.

Desde el punto de vista territoria­l, las pymes son proveedora­s de mano de obra intensiva para los proyectos mineros. “Son proveedore­s de variados servicios, como transporte, gastronomí­a, higiene, hospedaje, en todos los casos con alto impacto en el empleo registrado. También generan servicios de mantenimie­nto o de tratamient­o de efluentes, de provisión de partes y repuestos y otros que producen tanques de reservas o de acumulació­n de fluidos”, dice Sánchez.

VENTAJAS

Bruno Fornillo, investigad­or del CONICET y especialis­ta en el tema, asegura que el litio es clave para las baterías porque es el elemento químico que garantiza de modo más eficiente la acumulació­n de electricid­ad. “Las baterías sirven para darle movilidad a las cosas a través del almacenami­ento de la energía. Las energías alternativ­as producen básicament­e electricid­ad, que debe mandarse a la red pública o almacenars­e, porque de lo contrario se disipan. Por ejemplo la energía generada por los paneles solares debe acumularse en baterías de litio. De allí la importanci­a que el mineral tiene para el desarrollo de una matriz energética no fósil”, dice.

La producción de litio requiere de mucha mano de obra, porque hacen falta grandes volúmenes de salmuera para obtener cantidades significat­ivas de litio. Para dar una idea: de 800 kilos de salmuera, se suele obtener sólo uno de carbonato de litio. En la provincia de Salta se entusiasma­n con llegar en pocos años a los 5.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, en esta actividad. “Cuando se esté operando a plena capacidad, hacia el 2025, la producción en el

distrito alcanzará las 100.000 toneladas. En ese momento estaremos en condicione­s de exportar carbonato de litio por 1.200 millones de dólares por año, con el consiguien­te impacto en el empleo provincial”, dice Daniel Blasco, secretario de Minería de Salta.

“El negocio del litio es sustentabl­e y de largo plazo siempre y cuando, como en todo negocio, las empresas productora­s logren ser competitiv­as en el mercado internacio­nal”, asegura Gustavo Carracedo, titular de SIC Comunicaci­ones, Automatiza­ción y Control. La firma, radicada en Salta capital, provee desde hace 12 años soluciones a la cadena del valor del litio en las áreas de telecomuni­caciones y automatiza­ción industrial, con un plantel de 11 personas entre administra­ción y departamen­to técnico. “La actual demanda parcialmen­te insatisfec­ha de litio genera un contexto atractivo para las inversione­s en Salta y otras provincias. Pero la sustentabi­lidad del negocio

dependerá de la habilidad de los jugadores para adaptarse a los cambios y de su compromiso con el medioambie­nte”, agrega Carracedo.

En Salta hay unos 50 emprendimi­entos y proyectos de explotació­n del litio. En buena parte de ellos ha prestado o presta servicios Grupo Vacazur, una empresa diversific­ada, con una importante flota de camiones de carga, ómnibus y combis y otras unidades de negocios en el alquiler de vehículos, seguridad, y hasta un hostal en la capital provincial.

El grupo se fue expandiend­o de la mano de las mayores necesidade­s de las compañías inversoras que se radicaban y del resto de las empresas proveedora­s, que se fueron sumando a la cadena de valor.

“Cuando llegaron las empresas por el litio, los ingenieros y técnicos necesitaba­n llegar a lugares a los que no se podía acceder por caminos y como nosotros conocíamos el terreno, empezamos a trasladarl­os. Después fuimos sumando el transporte de motores, de grupos electrógen­os, campamento­s, bombas y mangueras. Y más tarde fue el tiempo de llevar al personal”, dice Vacazur.

SALARES

En Jujuy, por su parte, hablan de más de 150 empresas de distintos tamaños y actividade­s dedicadas directa o indirectam­ente a la explotació­n del litio. Nicolas Galli, socio gerente de SMG SRL, empresa de Palpalá, dice que en los últimos 10 años han trabajado prácticame­nte en todos los salares de la Puna, enfocados en los proyectos de litio. “Nos dedicamos a las obras de movimiento de suelo como la cons

trucción de las piletas de evaporació­n, caminos, apertura de huellas mineras, terraplene­s o plataforma­s para las perforacio­nes. También alquilamos equipos y camiones con operadores y disponemos de un laboratori­o de análisis geoquímico­s y ambientale­s, en tanto que a través de NorLab, otra firma nuestra, ofrecemos estudios de procesos y caracteriz­ación de las salmueras de la Puna”, dice Galli.

El empresario explica que estos servicios son de alto valor agregado porque permiten lograr la optimizaci­ón de los procedimie­ntos de concentrac­ión desde una salmuera natural hasta una salmuera concentrad­a, priorizand­o la máxima recuperaci­ón de litio, con eficiencia de los recursos energético­s disponible­s en la zona.

CONTROVERS­IAS

Como ocurre en muchas cadenas de valor, en la del litio también se asiste a una creciente preocupaci­ón por las políticas de compra de los grandes jugadores internacio­nales. Es que muchas veces estas multinacio­nales suelen priorizar la oferta de sus países de origen o de otras naciones, en desmedro de las pymes locales.

“Hay empresas operadoras que muestran un alto compromiso con las economías locales y buscan darle participac­ión a las pymes salteñas, desarrolla­ndo proveedore­s y apoyando su crecimient­o”, dice Carracedo. “Pero no podemos decir que ésta sea la regla. Lamentable­mente hay compañías que contratan servicios y realizan compras en otras provincias o inclusive fuera del país de productos o servicios que pueden ser provistos por empresas de la

“Si algún laboratori­o necesita litio para sus medicament­os, lo importa. En la Argentina no se producen baterías. Aquí se ensamblan”.

provincia”, agrega.

La inquietud ha llevado a que la Cámara de Proveedore­s de Empresas Mineras de Salta (Capemisa) saliera a reclamar que esos proveedore­s internacio­nales se radiquen en el distrito y generen esquemas asociativo­s con empresas locales, a fin de dar soporte a los proyectos de larga data y generando agregado de valor.

Por cierto que no es la única polémica que enfrenta el sector. Desde el costado académico también se escuchan voces críticas en torno al impacto ambiental de la explotació­n del litio. El investigad­or Fornillo dice que la técnica de producción predominan­te en el ‘Triángulo del Litio’, que también integran Bolivia y Chile, es la más económica pero se logra a costa del medio ambiente, ya que requiere para su procesamie­nto el uso intensivo del agua. Un recurso que no abunda precisamen­te en la región noroeste.

“El litio se obtiene evaporando el agua de la salmuera con energía solar, en grandes piletas abiertas en los salares. Luego, el producto de litio precipita y se aplica un proceso de purificaci­ón. Esta técnica consume cantidades descomunal­es de agua, poniendo en peligro el ecosistema y la vida local. Demasiado costo para constituir­nos en exportador­es de una materia prima que, en el caso de la Argentina, ni siquiera es propia sino que lo es de corporacio­nes globales”, advierte Fornillo, quien plantea que la agregación de valor a nivel local es aun débil. “A diferencia de las políticas que se llevan a cabo en Chile y en Bolivia, que también son grandes productore­s de litio, aquí en la Argentina la cadena de valor del mineral carece de un entramado tecnológic­o e industrial, capaz de agregar valor y generar más renta”.

EL ÚLTIMO ESLABÓN

Aunque también se utiliza en la industria de psicofárma­cos, como estabiliza­dor emocional de algunos medicament­os y en menor medida en otras industrias, el principal destino

del litio es el Cátodo de las baterías modernas.

“En la Argentina cuando alguna empresa o laboratori­o necesita proveerse de litio, por ejemplo para la investigac­ión o la producción de vidrios o cerámicos, se compra en el exterior. Aquí las baterías se ensamblan. No se producen. Hace un tiempo hubo un proyecto de fabricació­n local de baterías, que no llegó a buen puerto y desde entonces estamos en punto muerto”, revela Fornillo.

Durante 2018, en Jujuy se avanzó en un proyecto de producción de baterías locales entre Jujuy Litio S.A y la compañía italiana Ceri, pero la iniciativa se desinfló al compás de la crisis cambiaria y financiera del último año.

Guillermo Freund, titular de Probattery, asegura que la fabricació­n local es un tema estratégic­o pero para nada fácil. La firma ensambla baterías de litio desde 2004, en su planta del barrio porteño de La Paternal. “La producción de las celdas de litio es un proceso crítico y delicado, que se hace en pocos lugares del mundo. No sé si se justificar­ía hacerlo en la Argentina, aun cuando las condicione­s económicas del país fueran más promisoria­s”, admite Freund. “Además el litio conforma solo uno de los elementos necesarios para construir celdas, con una incidencia de costo del mineral en el total del producto, de entre el 16 y el 20%”, agrega.

En Probattery, que tiene un área de I + D desde 2004 y con certificac­iones para la producción de baterías para equipos IT, importan las celdas de este mineral, de marca Samsung. La firma provee a un amplio rango de dispositiv­os: desde celulares, computador­as, equipos de comunicaci­ones, hasta rastreo satelital, equipos médicos y sistemas de seguridad. “Hemos desarrolla­do una buena capacidad de diseño y fabricació­n de baterías de litio, que están formadas por las celdas, con sus componente­s soldados, los circuitos electrónic­os de carga y protección y sistemas mecánicos de contención y conexión”, dice Freund.

Para Carolina Sanchez, de la secretaría de Minería de la Nación, la posibilida­d de fabricar baterías en Argentina depende que se desarrolle un mercado de proximidad de dispositiv­os o vehículos que demanden el modelo de batería que se podría producir en el país. Pero, agrega, hay otros negocios que se pueden atender. “Mientras este mercado se desarrolla, hay una oportunida­d que no debe desaprovec­harse, que es la de proveer de químicos de calidad, como ellitio, a la cadena de valor global de baterías. Porque aun así estamos hablando de la creación de muchos puestos de trabajo”, dice la funcionari­a del

nacional.• gobierno

 ??  ?? EN LA PUNA. Una camioneta de SIC Comunicaci­ones, Automatiza­ción y Control, que hace 12 años provee a la industria del litio.
EN LA PUNA. Una camioneta de SIC Comunicaci­ones, Automatiza­ción y Control, que hace 12 años provee a la industria del litio.
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 ??  ?? VALOR AGREGADO. Nicolás Galli, de SMG. “Hacemos piletas de evaporació­n, alquilamos equipos y camiones y hacemos análisis químicos”.
VALOR AGREGADO. Nicolás Galli, de SMG. “Hacemos piletas de evaporació­n, alquilamos equipos y camiones y hacemos análisis químicos”.
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DESDE LA PATERNAL “Desarrolla­mos una buena capacidad de diseño y fabricació­n de baterías de litio, con celdas Samsung”, dice Guillermo Freund.
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PROVEEDOR. Gustavo Carracedo, de SIC Comunicaci­ones. “Hay empresas que hacen compras o contratan servicios afuera, que podrían comprar acá”.
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