Nueva norma.
La nueva norma, que entrará en vigencia el 1º de enero de 2020, toma los beneficios fiscales y laborales de la ley de Software de 2003 y la extiende a todos los sectores vinculados con la tecnología. Fue votada por unanimidad.
Afines de mayo, el Senado sancionó la Ley de Economía del Conocimiento, que amplía a partir del 1º de enero próximo los alcances de la Ley de Software que rige desde 2003 y vencía este año. “La medida es un impulso a las actividades productivas que se caracterizan por el uso intensivo de tecnología y que requieren capital humano altamente calificado”, señaló Argencon, una de las entidades que impulsaron la ley, donde se agrupan varias de las principales empresas que integran el sector.
“La Cámara y toda la red de polos y clústers del país celebran el nacimiento de esta ley que promueve la Economía del Conocimiento”, dijo Aníbal Carmona, titular de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI). “Con esta sanción, la Argentina da continuidad a un marco legal y tributario propicio para la generación de más empleos del futuro HOY, logrando mantener una política de Estado que comenzó con Ley del Software”, agregó. Con 49 votos a favor y por unanimidad, la Cámara de Senadores le dio sanción definitiva al proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo en el mes de marzo. La iniciativa ya había sido aprobada con 182 votos positivos en Diputados.
Con el nuevo régimen, se busca que
las 11.000 empresas alcanzadas tengan un marco tributario que les permita competir globalmente, duplicando en 10 años su cantidad de empleados y multiplicando las exportaciones para que alcancen los US$ 15.000 millones en 2030. La propuesta nació del consenso con empresarios, técnicos y legisladores y contó con el apoyo de empresarios del sector.
“La Economía del Conocimiento representa una extraordinaria oportunidad para crecer, generar empleo y multiplicar las exportaciones, el consenso fue un paso fundamental. El desafío, ahora, es aumentar la colaboración pública-privada para garantizar infraestructura e incorporación de tecnología necesarias para el desarrollo de nuestra cadena productiva”, indicó el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica (ver reportaje).
Las actividades de la Economía del Conocimiento son las más dinámicas de nuestra economía: entre 2007 y
2017 generaron 65% más empleo que en el resto de las actividades productivas y sus operaciones crecieron en el mismo período un 70%, frente a un crecimiento general del 12%. Además, los salarios son un 35% más elevados que en el resto de los sectores. Actualmente, emplean a 215.000 personas.
La Economía del Conocimiento incluye actividades como software,
biotecnología, las industrias aeroespacial y satelital, audiovisual, servicios geológicos y de prospección y relacionados con electrónica y comunicaciones, centros de exportación de servicios profesionales, investigación y desarrollo, nanotecnología y nanociencia y la fabricación de bienes 4.0. Su productividad tiene un impacto federal, ya que todas sus actividades vienen creciendo en distintas regiones del país, con centros de desarrollo e innovación en Tucumán, Resistencia, Bariloche y Posadas, entre otras ciudades.
BENEFICIOS
La nueva normativa reduce los costos laborales para el sector, ya que adelanta el Mínimo no Imponible que la reforma tributaria prevé para el 2022. Además, otorga un bono de crédito fiscal transferible equivalente a 1,6 veces las contribuciones que debieran abonarse sobre ese mínimo no imponible. Este beneficio puede utilizarse para cancelar impuestos nacionales, como IVA o Ganancias. Además, contempla una alícuota reducida del Impuesto a las Ganancias del 15%.
Por otro lado, la ley estipula que los exportadores que hayan abonado o a los que se les hayan retenido impuestos similares al Impuesto a las Ganancias en el país destino de la exportación, podrán deducir lo pagado contra el impuesto a las Ganancias, obteniendo un alivio fiscal.
También, fomenta la creación de nuevas empresas. A partir de ahora, aquellas empresas con una antigüedad menor a tres años, y categorizadas como Micro en el Registro Pyme, pueden ser una actividad elegible acreditando solamente el 70% de su facturación, sin necesidad de cumplimentar otros requisitos.
Entre otros beneficios, la normativa implica una mayor estabilidad fiscal para sus beneficiarios, ya que no podrán ver aumentada su carga
La norma adelanta el Mínimo no Imponible, otorga un bono fiscal, premia la actividad exportadora y da estabilidad fiscal.
tributaria total nacional a partir de la inscripción en el Registro y durante toda la vigencia del mismo, incluyendo los derechos de exportación.
Se espera que los beneficios impositivos den estímulo a la economía conocimiento-intensiva cuyos trabajadores son los que cuentan con mayor potencial de crecimiento, generen inversión y divisas multiplicando exportaciones”, dijo Vivian Mont, socia a cargo de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones de KPMG Argentina.
Según KPMG, en esta nueva norma se definen como actividades productivas aquellas que se caracterizan por el uso intensivo de tecnología y que requieren capital humano altamente calificado. Contempla menores costos laborales y tributarios, estabilidad fiscal, fomento de nuevas firmas para actividades que se caracterizan por el uso intensivo de tecnología y que requieren de capital humano altamente calificado a fin de competir a escala global. “De acuerdo con estimaciones realizadas en el mercado, la nueva ley podría impulsar exportaciones por US$ 15.000 millones de exportación hacia 2030”, agregó la consultora.
“Esta Ley es un hito para el desarrollo económico de nuestro país y, principalmente, para el sector: es la primera vez en la historia que se reconoce la existencia de la Economía del Conocimiento y se detallan las disciplinas que la integran. Además, no sólo permite proyectar una década de estabilidad normativa e institucional a todos los clústers de la Economía del Conocimiento, sino que abre las puertas para más desarrollo, creación de empleo y exportaciones”, sintetizó Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon.